La reforma laboral
Enviado por lorena1977 • 23 de Septiembre de 2012 • Tutorial • 9.511 Palabras (39 Páginas) • 632 Visitas
De los 14 tipos de huelgas que practicaron los trabajadores en la historia, la de brazos caidos es la que menos les gusta a la patronal. Por sus connotaciones, para la producción y no casusa motivo para la vaja de la seguridad social.
De los 46 millones de españoles , la población activa puede estar en 24 millones de españoles/as en edad de trabajar.Menos 5,5 millones de desempleados. En la actualidad pueden resultar 18,5 millones de bien o mal empleados.A estos trabajadores son los que hay que organizar. No plantearles huelgas generales, con banderolas y silbatos, en dias fectivos para llenarle los oídos a la patronal, y gobierno mientras estos busca apoyo en los sindicatos para defenestrar el movimiento sindical y destruir los derechos laborales ah queridos en los últimos 50 años. Huelga de brazos caidos aya donde sea posible , no sentarse mas con patronal y gobierno hacerles el juego, que ellos necesitan para encubrir la violencia que significa ir echando trabajadores al paro por oleadas con el beneplácito o implicación de los sindicatos.
Personalmente no puedo aceptar de buen grado, las reformas laborales acuñadas últimamente por entes sociales y gobierno de turno con el pretexto ayudar a salir de la crisis, que trabajadores con 67 años puedan realizar trabajos de alto riesgo, en alturas equivalentes y superiores a 30 metaros, mientras por debajo marchen trabajadores/as entre 18 y 45 años universitarios con carrera terminadas y FP Pidiendo empleo a la desesperada porque del depende su vida y su futuro. A eto se le puede llamar coger el rábano por las hojas, y dejar el troncho enterrado.
Santamaría urge a llegar a un acuerdo laboral, pero los sindicatos niegan más contactos
Marxismo, doctrina y teoría social, económica y política basada en la obra de Karl Marx y sus seguidores, indisolublemente unida a dos ideologías y movimientos políticos: el socialismo y el comunismo.
Manifiesto Comunista Portada de la primera edición del Manifiesto Comunista, publicado en 1848, año de movimientos revolucionarios en toda Europa. El Manifiesto Comunista ha sido uno de los libros más influyentes del siglo XIX: inspiración de movimientos socialistas y comunistas en todo el mundo, y primera causa de acontecimientos tales como la Revolución Rusa.THE BETTMANN ARCHIVE
2 DOCTRINARIO MARXISTA
Principales obras de Karl Marx © Microsoft Corporation. Reservados todos los derechos.
La obra de Marx puede dividirse entre sus primeros escritos filosóficos (Manuscritos filosóficos y económicos, 1844; La ideología alemana, 1845-1846), sus panfletos (Manifiesto Comunista, 1848), sus análisis de acontecimientos contemporáneos (El 18 brumario de Luis Bonaparte, 1852; La guerra civil en Francia, 1871) y los escritos fundamentales de su madurez (Contribución a la crítica de la economía política, 1859; y, sobre todo, El capital, vol. 1, 1867; vols. 2 y 3, publicados póstumamente). Las ramificaciones de la doctrina marxista podemos encontrarlas en ámbitos filosóficos, económicos, históricos, políticos y de la mayoría de las ciencias sociales. Ningún otro teórico ha sido tan estudiado y tan discutido durante el siglo XX como Karl Marx. La razón de este interés está lejos de ser exclusivamente académica. Ningún otro pensador moderno ha tenido tanta influencia sobre los movimientos políticos y sociales.
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LECTURA ADICIONAL
El materialismo histórico
En el siguiente fragmento, Jean Touchard incide en la importancia que Karl Marx otorgó a la filosofía materialista de la historia. El concepto de materialismo histórico pasó a convertirse en uno de los principales puntos del conjunto del pensamiento marxista.
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Marx pretendía desvelar las leyes inherentes al desarrollo del capitalismo. Creía que cada época histórica se caracterizaba por un modo de producción específico que se correspondía con el sistema de poder establecido y, por lo tanto, con una clase dirigente en perpetuo conflicto con una clase oprimida. Así, la sociedad medieval estuvo caracterizada por el modo de producción feudal, en el que la clase poseedora de la tierra obtenía una plusvalía del campesinado que trabajaba aquélla. Las sucesivas transiciones del sistema de esclavitud al feudalismo, y del feudalismo al capitalismo, se produjeron cuando las fuerzas productivas (es decir, los grupos relacionados con el trabajo y los medios de producción como las máquinas) no podían seguir desarrollándose con las relaciones de producción existentes entre las distintas clases sociales. Así, la crisis que afectó al feudalismo cuando el capitalismo necesitaba una creciente clase trabajadora conllevó la eliminación de las bases legales e ideológicas tradicionales que ataban a los siervos a la tierra.
La relación fundamental del capitalismo, basada en salarios, parte de un contrato entre partes jurídicamente iguales. Los propietarios del capital (capitalistas) pagan a los trabajadores (el proletariado, poseedor únicamente de su fuerza de trabajo) salarios a cambio de un número de horas de trabajo acordado. Esta relación disfraza una desigualdad real: los capitalistas se benefician de parte de lo producido por los trabajadores y no remunerado en sus salarios. Esta plusvalía generada en favor de la clase capitalista proporciona a los propietarios del capital una gran riqueza y el control sobre el desarrollo económico de la sociedad. De esta manera se están apropiando no solamente de la riqueza, sino también del poder. La compleja superestructura política, el conjunto de leyes e ideologías, regula y refuerza este tipo de relaciones sociales. En efecto, al poseer la plusvalía, los capitalistas pueden acumular riqueza y poder, determinando la dirección que seguirá la sociedad. Los bienes producidos mediante el sistema capitalista deben tener valor de uso, ya que, de no tenerlo, no se podrían encontrar compradores; pero, para el capitalista, tienen que tener valor de cambio: no se producen para el consumo del propio capitalista, sino para que éste pueda intercambiarlos por dinero. Así, la producción capitalista es esencialmente una producción dirigida al intercambio y no a la satisfacción de necesidades. La competencia hace que las empresas capitalistas ineficaces vayan a la quiebra, y se tienda a la concentración de empresas y la creación de monopolios, al tiempo que los mercados no dejan de crecer, pues las técnicas productivas y las medios de intercambio están continuamente cambiando y mejorando.
Las crisis son un fenómeno inherente al capitalismo. Los capitalistas intentan aumentar la intensidad de la jornada laboral y, en consecuencia, la productividad del trabajo. Por su parte, los trabajadores, si están organizados, resistirán. Los capitalistas intentarán ampliar
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