Reforma Tributaria

Muchas discusiones se han centrado alrededor de si se deben o no eliminar los parafiscales en Colombia, algunos argumentos se han expuesto sobre este tema en diferentes instancias del gobierno, pero hasta el momento la realidad es que los parafiscales continúan estando vigentes en nuestro país.

Antes de pensar en tomar partido y dar respuesta a esta pregunta es importante determinar el impacto de estos para el caso de cada uno de los dos escenarios. En primer lugar, los parafiscales son hoy en día “la garantía” de la inversión social para que 11,5 millones de colombianos tengan acceso a los programas de prevención y protección que ofrece el Gobierno Nacional a través del Instituto Colombiano de Bienestar Familiar (ICBF) en cuanto a seguridad alimentaria, atención a adultos mayores y familia. Adicionalmente, estos impuestos brindan la oportunidad de acceder a través de un ingreso adicional en subsidios económicos y en especies a una educación en técnicas y tecnologías que ha venido adelantando en el SENA, así como también a una redistribución del ingreso que impacta sobre la calidad de vida y las nuevas demandas de los ciudadanos mediante las cajas de compensación familiar (CCF).

Por otro lado, los parafiscales son vistos en especial por los empresarios y por algunos miembros del gobierno como una de las figuras más costosas y cuestionadas, pues encarece en un 9% el costo de la mano de obra, costo que difícilmente se traduce en beneficios para el trabajador y la sociedad. Razón por la cual es considerada como una de las principales causantes del aumento en las tasas de desempleo y en la informalidad.

Ahora bien, desde mi punto de vista, ambos argumentos resultan valederos desde cada posición tomada, pero considerando el beneficio del país y el crecimiento sostenible de los Colombianos en busca de un bienestar común, es importante pensar en qué pasaría si se eliminaran los parafiscales dentro de nuestra realidad actual.

Como empleado, he tenido la oportunidad de desempeñar diversos roles dentro de mi experiencia laboral en diferentes compañías de la región, tanto nacionales como multinacionales conformadas con capital extranjero, y basado en esta experiencia, me atrevo a afirmar que aun cuando los parafiscales implican una recarga del 40% en el valor de la nómina, y fuera de esto son tomados como un impuesto a esta que desestimula la generación de nuevos empleos, lo cierto es que una disminución o eliminación de estos aportes no aumentarían de manera significativa la ocupación en Colombia, puesto que en nombre de la competitividad de la globalización y en la eficiencia operacional, los empresarios no vincularían más empleados si no los necesitan; y así desmonten los parafiscales, nadie garantizaría que se incorporen más personas en el mundo laboral o que aquellos empleos que están en la informalidad pasen a formalizarse, pero por el contrario, si se puede afirmar que muchos colombianos se verían afectados con nefastas implicaciones en materia social y económica debido a la imposibilidad que podría haber para recaudar los 6 billones de pesos que se necesitan para mantener los programas de ICBF, SENA y CCF, los cuales, en primera instancia tendrían que asumirse por parte del presupuesto del estado, probablemente traduciéndose en más impuestos para las empresas y probablemente para todas las personas, incluyendo aquellas que hoy necesitan de estos beneficios para sobrevivir e intentar vislumbrar un mejor futuro para ellos y sus familias.

Por lo anterior, en la búsqueda de un equilibrio fiscal se puede generar un desequilibrio social al tratar de reducir en este momento estos costos laborales no salariales, los cuales por ejemplo: le restarían una suma muy importante

...