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Relación Entre VPH Y cáncer De Cuello Uterino


Enviado por   •  17 de Julio de 2013  •  2.507 Palabras (11 Páginas)  •  482 Visitas

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Relación entre VPH y cáncer de cuello uterino

La infección por virus de papiloma humano (VPH) es una de las infecciones de transmisión sexual más común, por lo que constituye un problema de salud pública a nivel global. Existen fuertes evidencias que indican que el VPH es capaz de causar cáncer de cuello uterino, vaginal, de vulva, anal, de pene, y verrugas genitales. Con frecuencia, el virus de papiloma humano produce en la boca y garganta el papiloma oral y el papiloma laríngeo, también se han reportado casos de papiloma de la conjuntiva del ojo y de papiloma nasal.

Los genotipos de VPH se clasifican de acuerdo a su capacidad para causar cáncer en bajo riesgo (no oncogénicos) y alto riesgo (oncogénicos). Hasta la fecha han sido identificados los siguientes:

Transmisión del VPH:

Se estima que al menos 50% de los hombres y mujeres de todo el mundo han estado en contacto con VPH en algún momento de sus vidas, siendo el hombre el principal transmisor asintomático de este virus. La prevalencia de infección por VPH es mayor entre las mujeres y hombres sexualmente activos, pero estas infecciones son generalmente transitorias, y los individuos infectados son capaces de eliminar el virus sin intervención médica y sin el desarrollo de algún tipo de cáncer. De esta forma, una respuesta inmunitaria efectiva, las características genéticas individuales, y el chequeo ginecológico anual, pueden ser determinantes en la progresión de un cáncer de cuello uterino inducido por VPH (Simonetti, 2009; Vajdic, 2006).

La forma más común de transmisión del VPH es a través del contacto de piel con piel, sin implicar necesariamente el coito, por lo que el sexo oral también es un mecanismo de contagio. Algunas investigaciones sugieren que los objetos de uso personal como prendas de vestir (fómites), así como los “juguetes sexuales” pueden constituir un reservorio o foco de infección (Bailey, 2000; Marrazzo, 2004; Moscicki, 2005). Una mujer embarazada con infección por VPH genital puede transmitir el virus a su bebé durante el parto vaginal, siendo la causa más común de infección por VPH en la boca, laringe o garganta, por lo que en estos casos se recomienda realizar una cesárea (Tenti, 1999).

Diagnóstico de VPH:

Las lesiones por VPH pueden afectar de forma aislada, multicéntrica o multifocal a cualquier parte del tracto genital inferior y a la región perineoanal, por lo que ante cualquier lesión detectada, debe hacerse un estudio exhaustivo del cuello uterino, vagina, vulva, uretra, perineo y ano, así como el estudio de la pareja o parejas sexuales.

La exploración clínica de la mujer, deberá incluir una inspección minuciosa con buena iluminación de toda la vulva y región perineoanal, y un examen detallado con espéculo del cuello uterino y la vagina, dada la frecuente multicentricidad de la infección. En el hombre se inspeccionará cuidadosamente el glande y el meato uretral, el prepucio y el surco balanoprepucial, el tallo del pene, el escroto y la región perianal (OMC, 2009).

Métodos morfológicos:

Citología: La citología mediante la tinción de Papanicolaou, es un método de cribado, no de diagnóstico ya que permite detectar alteraciones celulares (coilocitolosis), que son indicativas de una infección por VPH. De obtenerse una citología compatible con infección por VPH, debe practicarse una colposcopia en todo el tracto genital inferior.

Colposcopia: La colposcopia detecta todas las lesiones subclínicas como epitelios blancos de morfología y extensión variables, que aparecen tras la aplicación de ácido acético al 5%. Esta prueba por sí sola es bastante inespecífica en la vulva, dado que el vestíbulo se puede blanquear ante cualquier proceso inflamatorio, y algo inespecífica en el cuello uterino, razón por la que siempre debe ser valorada por el colposcopista.

Biopsia: Toda lesión sospechosa debe ser biosiada, a pesar que las verrugas genitales en muy pocas ocasiones precisan una confirmación histológica, dado a su escaso porcentaje de asociación con lesiones preneoplásicas. Sin embargo, se recomienda biopsia en todos los condilomas cervicales localizados en la conjunción escamosocilíndrica, y en el resto, solo en casos de duda, cuando la lesión no responde al tratamiento o incluso empeora durante el mismo, en pacientes inmunosuprimidos o cuando son pigmentados, fijos y ulcerados, y en todo caso de condiloma gigante o de lesiones papulares masculares, debido a la posible patología neoplásica o preneoplásica añadida. La biopsia a partir de la lesión sospechosa es una forma rutinaria y establecida de confirmar el diagnóstico histopatológico, y permite un diagnóstico de gran precisión sobre el grado de lesión precursora o malignidad (OMC, 2009).

Microscopia electrónica: esta técnica no es asequible a muchos patólogos, sólo permite diagnosticar los viriones en las células maduras, y es escasamente útil en las lesiones precursoras.

Métodos inmunohistoquímicos:

En el método clásico para detección de anticuerpos anticápside, se emplean anticuerpos policlonales frente a un antígeno común de proteínas tardías. Sin embargo, presentan una baja sensibilidad (positivos sólo en 30-50% de los condilomas), ya que los anticuerpos solo tiñen células que expresan proteínas tardías, y no detectan infecciones latentes y probablemente tampoco la mayoría de las infecciones subclínicas, por la escasa cantidad de antígeno presente en las células infectadas. No son de utilidad como métodos de pronósticos de la enfermedad debido a la ausencia de correlación con la evolución clínica (OMC, 2009).

Métodos moleculares:

Los métodos de biología molecular tienen como ventaja que permiten detectar el ADN incluso cuando está integrado al genoma de la célula hospedadora; son los únicos métodos fiables para detectar la mayoría de las infecciones (incluso las subclínicas y latentes); presentan una elevada sensibilidad y especificidad, y son los únicos métodos que permiten conocer el tipo de VPH y la presencia de infecciones mixtas.

De bajo riesgo: 6, 11, 40, 42, 43, 44, 54, 61, 70, 72, 81 y CP6108.

De alto riesgo: 16, 18, 31, 35, 33, 39, 45, 51, 52, 58, 59, 68, 73 y 82.

1. Técnicas de hibridación molecular: Todos los ensayos de hibridación se basan en la mezcla de hebras sencillas de ácido nucleico muestra o diana, no marcado, con una sonda de secuencia conocida, marcada, bajo condiciones experimentales que permitan el apareamiento de bases complementarias (Luque, 2002). Entre los métodos empleados para el diagnóstico y detección de VPH

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