Relación Europa - África (Plan África)

El Plan África que desarrolló el Ministerio de Asuntos Exteriores y de Cooperación de España es un proyecto que presenta una visión estratégica de las relaciones de España con el continente africano, poniendo especial énfasis a la región del África subsahariana. Podemos notar en él una importante articulación institucional para el enfoque de coherencia con respecto a la concentración sectorial y geográfica de la acción exterior, es decir, los lugares específicos y la parte de la población hacia la que van dirigidas las políticas establecidas en el Plan.

España ha aumentado significativamente los aportes de ayuda oficial al desarrollo dirigida al África Subsahariana en los últimos años (desde unos 102 millones de dólares en 2001 hasta 549 millones de dólares en 2007 según datos de la OCDE). A pesar de esto, España no está aún en la elite de los donantes más importantes en África Subsahariana.

Existen varios retos para el desarrollo en el África Subsahariana, los cuales son de diversas índoles y, a mi parecer, son las causas principales que impiden que el Plan África sea llevado a cabo con la finalidad que fue establecido, es decir, lograr que sea viable.

• La escasez de infraestructuras. A pesar del aumento de la ayuda internacional hacia África, proporcionalmente las infraestructuras de gran escala, sobre todo económicas, han recibido escasa atención, con la excepción del surgimiento de la ayuda procedente de China que, sin embargo, es aún cuantitativamente limitada en comparación con la proveniente de la OCDE.

• El desarrollo de un sector productivo articulado en el que haya un equilibrio entre orientación a la exportación y cobertura del mercado interior. El mercado interior en los países más pobres de la región es muy limitado por dos razones principales: primero, por la debilidad del sector productivo y su orientación histórica al exterior; segundo, por el escaso poder adquisitivo de la mayoría de la población.

• La educación debe seguir un enfoque integrado en el que todos los niveles y formas de transmisión de conocimientos sean considerados con coherencia y visión estratégica a largo plazo. Los vínculos entre la provisión de educación y el empleo son fundamentales pero no lo suficientemente investigados o reflejados en las estrategias de desarrollo.

• Los retos en materia de salud son sustanciales y la atención prestada por la comunidad internacional es muy importante aunque el énfasis creciente en los programas verticales asociados a enfermedades concretas (VIH/SIDA, tuberculosis) puede plantear algún riesgo en términos de olvidar la importancia central del refuerzo de los sistemas de sanidad públicos.

• Es necesaria una búsqueda de una mayor coherencia interna y externa en las políticas de ayuda y de desarrollo con el objetivo de diseñar estrategias de desarrollo de largo plazo y específicas a las circunstancias de cada país.

Las iniciativas para el desarrollo en África están profundamente influidas por los marcos de actuación del sistema de la ayuda internacional, notablemente el de los donantes de la OCDE, y los consensos que se han venido creando, especialmente en los últimos 10 años. Así, la Nueva Agenda de la Ayuda, plasmada en la Declaración de París de 2005 y en varios documentos de política de agencias de países donantes importantes en África, marca una serie de principios y preferencias que han tenido su expresión en los flujos de ayuda de la OCDE hacia África en los últimos 5 o 10 años.

En términos generales, y teniendo en cuenta algunos de los retos enunciados anteriormente, puede decirse que el Plan podría ser más estratégico. Se trata de un documento largo, con una enumeración exhaustiva, en forma de listado, de objetivos y líneas de acción que traslucen

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