Repercusión Del Lavado Del Cerebro De Las Marcas

Al realizar la lectura, pareciera que el libro fue redactado para que las personas se limiten o dejen de comprar artículos y/o productos del mercado tradicional por la manera en que allí se expresa el autor, pero si nos centramos en la realidad de que como seres humanos debemos suplir nuestras necesidades básicas (alimentación, salud, vivienda, educación, etc) somos conscientes en que debemos mantenernos en el consumismo y sería imposible creer o imaginarnos que no deberíamos comprar cosas. Lo que sucede es que los especialistas del Marketing con sus competencias y experiencia adquieren los suficientes conocimientos para saber abordar a las personas con la finalidad de que realicen compras y en muchas ocasiones generar no solo hábitos, sino también volverlos adictos. A medida que se avanza en la lectura uno puede imaginarse o decirse, “cómo se puede creer en esto”, “cómo puede alguien caer en este tipo de cosas”. Sin embargo, en lo personal hubo pasajes del libro que me hicieron reflexionar acerca de mis prácticas de consumo hasta el punto que llegué a considerar si en realidad mis preferencias de marcas, gustos, opiniones y decisiones son de mi propio ser, o si por el contrario fueron influenciadas o grabadas en mi subconsciente por personas que saben cómo llegarle a los consumidores.

Si reflexionamos acerca del cómo se presenta el lavado de cerebro en las personas, podemos percatarnos que no solo aplica en el ámbito del consumo, sino también en otros aspectos como por ejemplo la religión, esto considerando que existen distintas creencias de cultos religiosos donde los líderes (pastores, hermanos, sacerdotes, entre otros) logran persuadir y convencer a las personas para hacerlas fieles a sus creencias, hasta el punto de someter a este tipo de personas en estados de conciencia que los hacen creer que tienen la razón y que no hay nada por encima de dichas creencias, lo que en ocasiones conlleva a discrepancias entre las personas hasta el punto de llegar a conflictos, provocaciones, agresiones, guerras que no son bien vistas para la humanidad.

En mi opinión, el lavado de cerebro en sí corresponde a una serie de combinaciones de persuasión que generan un cambio de actitud en las personas, en temas de publicidad y propaganda, impedimentos para acceder a cierta información. Si analizamos a fondo, podemos concluir que este tipo de técnicas se emplean en las instituciones educativas, sistemas de gobierno, en los anuncios, en los jefes, coordinadores o supervisores de las empresas, en los padres, entre otros métodos de comunicación que a diario se presentan en la sociedad.

En algunos casos, quienes aplican el método de lavar el cerebro, usan técnicas que en ocasiones destruyen la integridad psicológica de las personas, ello por la manera en que procesan la información en las mentes y los principios morales que éstas tenían.

A media que transcurre el tiempo y miramos la huella

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