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Resencion Del Libro Kafka


Enviado por   •  20 de Julio de 2014  •  2.204 Palabras (9 Páginas)  •  232 Visitas

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RECESION DEL LIBRO “EL PROCESO” DE FRANZ KAFK”

RESENCIÓN DEL LIBRO “EL PROCESO” DE FRANZ KAFKA

DATOS DEL LIBRO:

Autor: Franz Kafka

Título: El proceso

Título original: Der prozess

Traductor: Feliu Formosa

Diseño cubierta: Alianza editorial.

Ilustración: Egon Shiele

Editorial: Alianza

Edición en esta editorial: segunda (año 2000)

Número de páginas: 280

Lugar y fecha de impresión: Madrid

El libro habla del relato del autor Franz Kafka donde nos narra un largo proceso legal donde Josef K. es arrestado una mañana de malas maneras, en la pensión donde se aloja, acusado de un delito que no conocia tanto para él como para los funcionarios (entre los que se encuentran dos empleados del banco donde trabaja) que le notifican la iniciación de su proceso. Este hecho no altera sin embargo la rutina habitual de Josef K, que pese a todo y no dándole demasiada importancia, puede seguir acudiendo al banco donde trabaja todos los días y seguir una vida normal. Al regresar a la pensión, concluida la jornada, habla con la señora Grubach, dueña del establecimiento, sobre los hechos ocurridos esa mañana, para pedir una disculpa. Pero en realidad su interés se centra en saber si la srta. Büstner (que también se aloja en la pensión) se encuentra en casa, porque la comisión investigadora había recibido a K en su habitación y desea excusarse por el desorden causado por los funcionarios. Esa misma noche cuando K escucha regresar a la srta. Büstner va a verla con la excusa de disculparse, pero su intención es seducirla sin importarle que el sobrino de la señora Grubach pueda escucharlos desde la habitación.

CAPITULO II.-

A los pocos días, K recibe una llamada telefónica anunciándole que será sometido el domingo —para no interrumpir su horario de trabajo— a un primer interrogatorio. Decide asistir, anulando incluso la invitación a un paseo en yate que para ese día le había hecho el director adjunto del Banco.

Se dirige a un suburbio pobre de la ciudad y, no sin esfuerzo, localiza finalmente la dirección que busca. Una vez dentro se da cuenta de estar en una vivienda, llena de gentes del más variado aspecto. Es invitado a entrar por “una joven de ojos negros, que lavaba ropa blanca de niños”.

La rumorosa asamblea, integrada por personas vestidas en su mayoría de negro, con largas levitas, está presidida por un hombre pequeño, sentado detrás de una mesita. El juez de instrucción hace algunas preguntas, a las que José K responde altaneramente, censurando los procedimientos judiciales y tratando de conquistar así la aprobación de su extraño público.

Tras presenciar un incidente protagonizado por la lavandera y un hombre que la abrazaba en un rincón de la sala, espectáculo que entretuvo a los presentes, K decide abandonar el lugar, increpando a los funcionarios judiciales y recriminándoles de nuevo su actitud.

Capítulo III

El domingo siguiente, sin haber sido convocado, el acusado se dirige de nuevo al mismo lugar. En la sala, ahora completamente vacía, es recibido por la misma mujer de la vez anterior. Ella y su marido, ujier del tribunal, viven gratuitamente en la sala de sesiones, que deben dejar libre cuando actúa la justicia. Tras observar los viejos y sucios libros, con algunas ilustraciones obscenas, que usan los funcionarios públicos, José K dedica su atención a la mujer, que ha comenzado a relatarle sus confidencias, y se siente atraído por ella. En ese momento, aparece el estudiante de derecho que la había abrazado en la primera sesión, personaje al que la mujer se prodigaba, pensando en la futura influencia que alcanzaría. El joven la conduce por la fuerza al juez de instrucción, que solicitaba también sus favores. Tanto ella como su marido toleran la situación, puesto que su supervivencia depende de este asentimiento. Poco después, el ujier conduce a K a la sala de espera, donde aguardan los acusados “como mendigos en la esquina de una calle”. Finalmente, después de haber soportado en una de las oficinas un ambiente pesado y enrarecido, que le causa no poco malestar, José K decide irse, proponiéndose

Capítulo IV

Aparece en este capítulo un nuevo personaje: la señorita Montag, que se traslada a la pensión para compartir la habitación con la señorita Bürstner. Esta circunstancia molesta a K, porque altera el plan de seducir a su vecina.

Capítulo V

Días después, ya a punto de salir del Banco, José K oye unos gemidos al pasar junto a una habitación dedicada a los trastos inútiles. Intrigado, entra en ella y ve con asombro que los dos inspectores que le habían detenido días antes están siendo azotados por un verdugo. Al descubrir que el motivo es la queja presentada por él mismo al juez acerca de los funcionarios, se compadece e intenta, sin éxito, sobornar al verdugo para que interrumpa el castigo. Entonces piensa que la justicia está corrompida y hay que luchar contra ella.

Al día siguiente, al marcharse de la oficina, decide inspeccionar de nuevo la habitación, y es mayúscula su sorpresa al encontrar allí a los inspectores, ya vestidos, y al verdugo, que se lamentan de su suerte, como el día anterior.

Esta escena pone muy bien de manifiesto el absurdo kafkiano y el ambiente de pesadilla que domina la obra.

Capítulo VI

Hace su aparición en la historia el tío de K, que, enterado del proceso contra su sobrino, viene a visitarlo con la intención de prestarle ayuda. Con ese fin, le propone ir a ver al abogado Huld, antiguo condiscípulo suyo, profesional de renombre y buen defensor de causas justas. Al llegar a su casa, son atendidos por Leni, la enfermera que cuida al abogado, ya que éste se encuentra en cama, aquejado de un problema cardíaco. Huld, enterado ya del proceso, decide asumir la defensa del acusado. Mientras conversan, suena un ruido fuera de la habitación. José K sale a ver qué lo ha producido y se encuentra con la enfermera, que ha roto a propósito un tiesto para llamar su atención. Hablan del proceso, intercambian confidencias y flirtean. Leni le entrega la llave de la casa para que vaya a visitarla cuando quiera.

Capítulo VII

La ansiedad de K a causa del proceso se acentúa; la evolución del asunto es sumamente lenta e imprevisible: a dos meses de su iniciación, ni siquiera se ha presentado la primera demanda.

A medida que el protagonista se va sumergiendo en su misterioso proceso, va perdiendo más y más interés por el trabajo del Banco. Un industrial que

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