Resumen Robert B. Bain.

“¿Ellos pensaban que la tierra era plana?”

Aplicación de los principios de Cómo aprende la gente [1], en la enseñanza de la Historia en la Educación Secundaria

Robert B. Bain

Durante por lo menos un siglo, los educadores y expertos han señalado la historia como una asignatura mediocre e ineficaz. Se hace referencia al psicólogo G. Stanley Hill, quien plantea que los profesores a cargo de esta asignatura en general están mal preparados y utilizan métodos ineficaces. Diciendo que lo que es enseñado por la historia es demasiado importante para dejárselo a un profesor que recita contenidos desde la memoria, sin cuestionarla, por lo que se aconseja aplicar una pedagogía más activa. Es por esto que el aprendizaje de historia implica para los estudiantes un encuentro con miles de nombres, fechas, hechos, sucesos, personas y lugares con los que no están familiarizados. Por lo que este complejo proceso no puede reducirse a sólo aprender datos o dominar los procesos reflexivos necesarios para comprenderla, es por esto que se deben de trabajar en conjunto.

Un ejemplo de esto es lo planteado en cómo aprende la gente, en donde se establece que para enseñar el “pensamiento histórico” se requiere la presencia de conocimiento y el desarrollo de habilidades. Por lo que es necesario que el profesor los ayude a usar evidencia, evaluar interpretaciones y analizar el cambio a lo largo del tiempo.

En este capítulo se propone una posición diferente: a partir de las disposiciones curriculares y pedagogías tradicionales, se plantea la investigación como el corazón de la instrucción, ya que es a partir de la formulación de los problemas históricos en que se puede dar un primer paso a la enseñanza de esta asignatura. También se sugiere maneras en que los profesores podrían diseñar herramientas específicas para el aprendizaje de la historia. Finalmente, se propone transformar las clases magistrales y los textos escolares a tratar problemas históricos mientras aprenden contenido histórico y construyen su sentido.

¿Dónde comenzar? Cómo se transforman temas y objetivos en problemas históricos

Buscar las respuesta a estas preguntas va más allá que hacer e la historia una actividad cautivadora para los que la estudian, debido a que trabajar con estas permite seleccionar, organizar y estructurar sus hechos históricos. Es por esto que se propone que los estudiantes apliquen este mismo método utilizado por los historiadores, ya que pueden usar estos problemas históricos para organizar datos y orientar sus estudios. Por ende, el crear y usar preguntas es tan fundamental como para el maestro como para el investigador.

Por otro lado se debe tomar en cuenta a dificultad que cuentan los profesores de historia, a quienes se les encomienda enseñar una historia que ya ha sido escrita. Por lo que comenzarían el curso bajo la lupa de las autoridades curriculares y evaluaciones externas. Es por esto que la historia llega a las salas como un listado de cosas que los niños deben aprender y que por ende, los profesores deben enseñar, excluyendo los problemas y preguntas que le dan coherencia, sentido y hasta fascinación al contenido.

En general, los objetivos curriculares no proporcionan las conexiones, patrones o relaciones disciplinares que hacen posible que profesores y estudiantes construyan cuadros coherentes de la historia que estudian. Cómo aprende la gente planea que estos elementos son críticos para la enseñanza y el aprendizaje eficaz. Es por esto que se sugiere organizar el currículum en torno a conceptos claves de la Historia, grandes ideas e interrogantes centrales. ¿Pero cómo logramos movernos de listas de conocimientos e interrogantes centrales? Los maestros de historia deben emplear una lógica tanto como pedagógica como histórica al momento de diseñar estos problemas. Esto en la práctica significa, en primer lugar, tratar de diseñar problemas historiográficos que proporcionen nexos entre objetivos que puedan ser conectados a escala de actividades, lecciones, unidades y cursos. Los problemas integradores pueden ofrecer un marco amplio para ayudar a los estudiantes a desarrollar conexiones significativas entre estos.

En segundo lugar, se debe prestar atención a las múltiples facetas del conocimiento histórico (hechos, conceptos y patrones de pensamiento disciplinares). Los buenos problemas toman en cuenta tanto los contornos como los detalles de las narraciones históricas, esto va ampliando su entendimiento y destreza para utilizar conceptos históricos claves como significación, causa y efecto, cambio y continuidad, evidencia y relatos históricos.

Cómo se problematizan relatos históricos para plantear preguntas históricas a lo largo de un año.

Formular preguntas acerca de los relatos históricos ayuda a los estudiantes “ver el agua en la que están nadando”. Es por esto que permite hacer visible lo que está oculto o poco visible, a comprender cómo la gente produjo esas conclusiones, a la vez que se sopesan las limitaciones y fortalezas de varias interpretaciones. No obstante, concentrarse en la interpretación tampoco privilegia el proceso a expensas de los datos, ya que estos deben ser enseñados. El estudio de las interpretaciones exige que los estudiantes miren las maneras en que estos datos se usan. Por ende, al enseñarles a cuestionar las interpretaciones de las historia podemos ayudarlos a entender que los relatos difieren, que estas diferencias dependen de las preguntas que se formulan los autores, de los criterios utilizados para seleccionar evidencia y el telón de fondo espacio temporal que se usa para crearlos.

*Se plantea una actividad donde se les pide a los estudiantes que relaten y describan su primer día de clases, después estos son comparados de manera en que se cuestione la veracidad de estos, de si poseen toda la información, de si se basaron en hechos diferentes, etc.

Ben: Bueno, la gente de Europa nada sabía acerca de los Estados Unidos o Canadá, porque no habían estado todavía allí. Querían ir a comerciar a China, pero la mayoría temía navegar a través del Atlántico.

Maestro: ¿Por qué? ¿Qué temían?

Ben: El mundo era plano y uno podría caerse de él…

Amanda: La gente no quería darle dinero para sus naves porque suponía que fracasaría. Pero Colón demostró que estaban equivocados…

Ellen: En realidad, no. Colón realmente nunca le dio la vuelta completa a la tierra.

Maestro: ¿Entonces?

Ellen: Bueno, la gente aún podía pensar que la tierra era plana, sólo que había más tierra antes de llegar al final del planeta.

Maestro: ¡Ah! Entonces, ¿la gente, en realidad, tendría que esperar hasta que alguien navegara alrededor de todo el mundo, antes de cambiar sus ideas?

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