Resumen de los delitos y las penas Beccaria
Enviado por Fabian Mora • 19 de Junio de 2019 • Resumen • 2.497 Palabras (10 Páginas) • 347 Visitas
Resumen de los delitos y las penas
Cesare B. Becaria
Fabian Mora Villalobos B85324
Origen de las penas, el derecho a castigar.
En un principio los hombres (entendido hombre como personas) que habitaban el mundo eran libres, poseían el derecho de hacer lo que quisieran siempre y cuando esto estuviera en sus posibilidades físicas, posteriormente llegado un punto notaron la necesidad de conformar uniones para aumentar las posibilidades de sobrevivencia, estas primeras uniones dieron paso a otras de mayor magnitud, al establecerse estas el hombre tuvo que ceder parte de su libertad natural, ya que de otra forma el caos impediría la subsistencia, una vez cedida la libertad natural adquirió libertad civil, la unión de estas ultimas conforma la soberanía, para asegurarse que esta libertad civil fuera respetada y acatada el ser humano se vio en la necesidad de imponer límites, en los cuales se buscaba la tutela de ciertos bienes, si se infringían tendrían por consecuencia un castigo, este es el origen de las penas, las cuales nacen de la soberanía, del derecho a castigar.
Lo lógico es pensar que el hombre no quiere ceder en el cambio de la libertad más que la mínima porción necesaria para resguardar los intereses individuales. Por tanto toda ley que busque mas que el resguardo mínimo necesario será por ende injusta.
Consecuencias
La primera es que solo las leyes pueden decretar delitos y estas deben ser hechas por un legislador que represente a la totalidad de habitantes de un sector.
La segunda es que el soberano que representa a las personas no puede decretar normas particulares, las normas deben ser generales e ir dirigidas a la totalidad de la nación.
La tercera es que si se comprobase que las penas son contrarias a la razón de ser o carecen de sentido estas serían injustas, irían en contra del contrato social y de la sociedad.
Acusaciones secretas
Tal costumbre hace a los hombres falsos y solapados. Quien puede sospechar en otro un delator, ve en el un enemigo. Entonces los hombres se acostumbran a enmascarar los sentimientos propios y, con el uso de escondérselos a otros llegan finalmente a escondérselos a ellos mismos.
En esta sección hace ver como algunas naciones dan uso de este artificio para encontrar a los infractores de la ley, castigando al que confía y premiando al que delata, si bien es cierto las acusaciones secretas protegen al que brinda la información, Becaria afirma que hace un mal a la sociedad y le niega al acusado la verdad, se busca la justicia a través de una injusticia.
De la tortura
Un hombre no puede ser llamado culpable hasta sentencia dictada por juez, ni la sociedad puede quitarle la protección publica sino cuando se haya determinado que tal hombre violo las convenciones sociales a las cual el esta afiliado. El fin político de las penas es el terror de los otros hombres. Método indudablemente efectivo para liberar a criminales robustos y condenar a inocentes débiles. Al inocente se le coloca en peor condición, ya que o confiesa un delito que no cometió o sufre un castigo indebido, en cambio el culpable se alza con las de ganar, al brindarle un oportunidad para salir libre pese a cometer delitos.
Este y muchos otros razonamientos son los que hace Becaria, dando a entender que la tortura como método de búsqueda de la verdad es un sin sentido.
Procesos y prescripciones.
En los delitos mayores debe disminuirse el tiempo de la investigación ya que entre mas tiempo pase sin poderse obtener pruebas condenatorias las posibilidades de que el imputado sea inocente incrementan, pero deben aumentar el tiempo de la prescripción, ya que la sentencia dictada busca quitar el atractivo de la impunidad al que comete el delito, una proscripción corta tan solo alienta a los demás a escaparse o evadir la responsabilidad penal. En los menores debe aumentarse el tiempo de la investigación ya que las probabilidades de culpabilidad son mayores y debe reducirse el tiempo de prescripción, ya que el daño de la impunidad es menor.
Tentativa, cómplices e impunidad
La pena mayor reservada para el delito consumado puede dar lugar al arrepentimiento, este es el valor de la tentativa. Algunos tribunales ofrecen impunidad al cómplice de un grave delito que delate a sus compañeros. La misma autorización de la traición por parte del estado, traición que es detestable hasta en los criminales hace ver los valores que dichos tribunales manifiestan, se declara las escuetas fuerzas del sistema judicial que tiene que pedir ayuda a los delincuentes para poder resolver casos.
Suavidad de las penas
¿Cuál puede ser el derecho que se atribuyan los hombres para matar cruelmente a sus semejantes? No ciertamente aquel que se derive de la soberanía y las leyes. No es, pues, la muerte un derecho, sino una guerra de la sociedad en contra del ciudadano. No es la intensidad lo que hace mayor efecto sobre el animo humano, sino su duración; porque nuestra sensibilidad es más fácil y establemente movida por mínimas pero repetidas impresiones que por un fuerte pero pasajero impulso. Para que una pena sea justa no debe tener mas grados de intensidad que los suficientes para apartar de los delitos a los hombres. Es un absurdo que las leyes que castigan el homicidio lo cometan para brindar a los hombres un ejemplo.
Proscripción y confiscaciones
Por proscripción Beccaria hace referencia al extrañamiento y si los bienes del extrañado deberán ser confiscados, el alega que los bienes deben de quedar para sus sucesores, ya que el extrañamiento es una especie de muerte, pero política. Afirma que una confiscación por parte de la nación no hace mas que poner a los débiles en la necesidad de cometer delitos, nada mas triste que una familia que se ve obligada a robar para alimentarse tan solo porque extrañaron al cabeza de hogar.
Infamia
La infamia es un signo de publica desaprobación, que priva al reo de la publica estimación, de la confianza de la patria y de la casi fraternidad que la sociedad inspira. Quien declare acciones que son indiferentes no hace mas que desacreditar los verdaderos actos de infamia. Las penas de infamia no deben ser ni demasiado frecuentes ni caer de una vez sobre un gran numero de personas: lo primero porque los efectos reales y demasiado frecuentes de las cosas de la opinión debilitan la fuerza de la opinión misma y lo segundo porque la infamia de muchos es igual a la infamia de ninguno.
Prontitud de las penas
Cuanto mas pronta y cercana al delito sea la pena será más útil y más justa, más justa por que ahora al inocente los castigos de la incertidumbre. Es, pues, sumamente importante la proximidad entre el delito y la pena, si se quiere que en las mentes rudas y vulgares la seductora pintura de determinado y atractivo delito despierte inmediatamente la idea de la pena.
Certeza e infalibilidad de las penas.
Indultos
La certeza de un castigo aunque este sea moderado hará siempre mayor impresión que el temor de otro más terrible pero unido a la esperanza de la impunidad. El derecho a castigar corresponde a todos los ciudadano y al soberano, la parte ofendida no puede mas que renunciar a su parte del derecho pero no anular el de los demás. A medida que las penas se hacen mas suaves la clemencia y el perdón se hacen menos necesarios.
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