Reynosa, Tamaulipas, una ciudad entre dos mundos
Enviado por HiramMendoza • 9 de Junio de 2017 • Ensayo • 1.328 Palabras (6 Páginas) • 259 Visitas
Ensayo
Reynosa, Tamaulipas, una ciudad entre dos mundos.
Es un honor poder participar en esta actividad, donde el M.A.C.E. Abiel González Ramírez nos solicitó la elaboración de un ensayo con una temática libre, mi nombre es Hiram Magdaleno Mendoza Saldívar y actualmente curso el primer cuatrimestre de la Maestría en Literatura Hispanoamericana. De todos los temas que se podrían tratar siempre ha llamado la atención de un servidor la identidad de la tan amada ciudad natal: Reynosa Tamaulipas. Por su zona geográfica, esta ciudad se encuentra en frontera sur con el estado de Texas, USA. Y aunque parezca mentira, este pequeño antecedente desata una serie de transmutaciones con respecto a la cultura propia del mexicano, desde su gastronomía hasta la música.
A muy temprana edad, sentí mucha atracción por la música, y desde la radio se podía tener acceso a los éxitos del momento, escuchar a José José o Leo Dan en el altavoz era motivo de júbilo en la casa que me vio crecer, sin embargo, siempre fue de notable atención un cierto dialecto que no lograba entender del todo, el idioma anglosajón. Desde los cinco años de edad la curiosidad era tanta, que le pedía a mis padres que me inscribieran a una escuela de inglés muy famosa en los ochenta y principios de los noventas: “el instituto Loaiza”, petición que no fue considerada la mayor parte del tiempo, papá argumentaba que no era necesario que aprendiese este idioma, ya que la nacionalidad que gozaba era la mexicana y que lo que más convenía era aprender acerca de mi país, y después, si seguía el interés, el mismo me llevaría a matricularme a la escuela con la que tanto insistía. La verdad es que la curiosidad era tanta, que a escondidas todos los días a las seis de la mañana, sin excepción, a hurtadillas me levantaba de la cama y encendía el televisor, para escuchar el himno a Estados Unidos de América “the star spangler banner” a un volumen muy tenue, apenas perceptible; sin darme cuenta, con el paso del tiempo, comencé a notar que entendía algunas palabras, y relacionaba los sonidos con ciertas imágenes y a los doce años de edad ya hablaba el inglés fluido, cuestión que llamo la atención de papá y mamá, yo me sentía muy orgulloso, papá me observaba en silencio mientras yo presumía de la novedosa habilidad. Así pasaron una o dos semanas, hasta que un día saliendo de la secundaria de camino a la casa, puse la radio y sintonice una estación norte americana en la cual sonaba la canción “love song” de una agrupación llamada “the Cure”, papá apago el radio de inmediato, al reclamar el porqué, me respondió con un reto: “si tú me dices cual es la capital del estado de Tamaulipas, enciendo el radio”, el resto del camino lo hicimos en silencio.
Me costaba trabajo tratar de entender a mis padres, si Reynosa estaba de vecina con Hidalgo, Pharr y Mission, ¿por qué no aprender de su cultura también? Para entrar de lleno en materia vamos a avanzar hasta los años universitarios.
Data del año 1996 en Tampico, Tamaulipas, me encontraba cursando el primer semestre de la carrera de Licenciado en educación Artística en la Universidad Autónoma de Tamaulipas, en la facultad de música y artes. Muy Joven y con el aplomo que caracteriza a un norteño, me disponía a conquistar el mundo, había jóvenes de todos lados de la república, en su mayoría del estado de Veracruz. Para este humilde servidor, esto era muy atractivo, y a manera de rompehielos trataba de entablar conversación con las chicas utilizando mis dotes de bilingüe, cuestión que salió mal por cualquier ángulo que se le viera, las chicas y chicos hablaban dialectos de los que nunca había escuchado, el dialecto más presente era el náhuatl perteneciente a la tan rica zona huasteca de nuestra nación, que en ese momento por poner atención a “otras cosas” desconocía de culturas prehispánicas (actualmente sigo desconociendo muchas). Cada vez que quería hablar con alguien en inglés, me veían raro, algunas personas me decían “vuélvete a tu cacho de gringo” mientras se burlaban a los cuatro vientos. Por más que me esforzaba, no lograba comprender por qué las demás personas no tenían interés en aprender este idioma que a mis oídos resultaba fascinante. Como estudiante foráneo, compartía departamento con jóvenes del estado de Veracruz, Puebla y del propio Tamaulipas (de ciudad Mante para ser exactos). Con el tiempo me fui dando cuenta de lo que mi padre quería que entendiera, México, no solo es un trozo de tierra, es uno de los países más ricos en cultura del mundo, lleno de enigmas que hasta nuestros días siguen sin ser descifrados. Al principio fue muy difícil aceptar esta realidad pues durante la mayor parte de mi vida soñé con vivir un sueño norte americano, que lejos de consolidarme como mexicano, me alejaba de mis raíces y de la riqueza que mi padre muy humildemente quería que conservara. De principio pensaba que era una terquedad de su parte, que me inclinara a disfrutar de las cosas que el gozaba, desde mi punto de vista emigrar del país que me vio nacer, me arropo y formo como persona, era la única forma de crecer… no podría estar más equivocado. El primer año deje de comer comida de franquicias norteamericanas, pues por el lugar en donde me encontraba se ajustaba más a mi presupuesto comer en
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