Rol del educador en ces
Enviado por Cubi Nico • 28 de Julio de 2021 • Monografía • 23.263 Palabras (94 Páginas) • 114 Visitas
CERP del ESTE
Consejo de Formación en Educación
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Tutora: Ed Social Gabriela Pérez
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EL ENCUENTRO
El aporte de la educación social a los liceos de ciclo básico: una mirada desde la práctica educativo social en Maldonado
Estudiante: Diego Corporales CI: 3681178 0
Cel: 098986430
Fecha de entrega: 25 de Mayo de 2018
La puerta estaba cerrada
—¿Quién es?
—Soy yo.
—No te conozco.
Y la puerta siguió cerrada. Al día siguiente:
—¿Quién es?
—Soy yo.
—No sé quién eres.
Y la puerta siguió cerrada. Y al otro día:
—¿Quién es?
—Soy tú.
Y la puerta se abrió.
(Del poeta persa Farid al-din Attar, nacido en 1119, en la ciudad de Nishapur)
Agradezco a todas las estudiantes que dispusieron de su tiempo para acceder a las entrevistas. A los compañeros y compañeras de generación con quienes compartimos un largo recorrido formativo, que perdura y perdurará en el ejercicio profesional.
A Miriam y Violeta.
Índice
pág.
Introducción y presentación del trabajo 3
A modo de introducción… 3
Objetivos y desglose… 6
Capítulo I Marco Teórico 8
La escuela, el liceo y las instituciones educativas como instituciones fundacionales de la identidad nacional… 8
Lo escolar en la época actual… 13
La educación social en la enseñanza media… 17
El educador social ante un nuevo escenario: El liceo… 21
Capítulo II Proceso de indagación… 29
Metodología… 29
Resultados… 31
Tabla 1… 32
Tabla 2… 35
Tabla 3… 41
Actividad 1… 49
Capitulo III Conclusiones y comentarios finales… 50
Marco institucional… 50
El sujeto de la educación social… 54
El agente de la educación social… 57
Contenidos de la educación social… 61
Metodologías… 64
Reflexiones finales… 68
Bibliografía… 70
Anexos… 74
Introducción y presentación del tema abordado
Todos nosotros sabemos algo. Todos nosotros ignoramos algo.
Por eso, aprendemos siempre. Paulo Freire
A modo de introducción
En el año 2011 la formación de educadores sociales pasa de la órbita del Instituto del niño y adolescente del Uruguay (INAU) a la del Consejo de Formación en Educación (CFE). Ese cambio no sólo se contextualiza en la posibilidad de darle un nuevo marco político y administrativo a la formación, dotarla de mayores recursos, destinar mayor carga horaria a las materias teóricas y prácticas; sino que además significó un cambio en la potencialidad de la profesión. En primer lugar, porque la carrera fue pensada en la proyección de una formación universitaria, con posibilidades de desarrollo en investigación y con una organización que permita al estudiante generar trayectorias formativas en aquellas áreas específicas donde quiera continuar su formación según los distintos ámbitos o dispositivos del campo profesional.
Por otra parte, porque la formación en el marco del CFE se pensó necesariamente descentralizada. Hasta el momento, la misma se brindaba exclusivamente en la capital del país, limitando a muchos estudiantes y trabajadores de instituciones del interior más alejado a profesionalizarse en la educación social. En la gran mayoría de instituciones socioeducativas del interior, como es el caso de Maldonado; los clubes de niños, centro juveniles, programas calle, de inclusión educativa, etc. el rol del educador1 (que en Montevideo desde hace tiempo es ocupado por educadores sociales) venía siendo desempeñados por profesionales de diversas disciplinas: psicólogos, trabajadores sociales, profesores de educación física, maestros, o docentes de distintas áreas.
A partir de la instauración de la carrera en el departamento, rápidamente los
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1Uso genérico del término. Aludirá en este trabajo a lo masculino y a lo femenino.
estudiantes de educación social fueron ocupando diversos espacios laborales, aún sin haber egresado. Esto tiene que ver en parte con que las prácticas que se desarrollan a partir de segundo año, no sólo permiten a los estudiantes familiarizarse con el rol en distintos centros y dispositivos, sino que además, permite al centro conocer la especificidad del aporte del educador social en la institución. Es más, al haber muy pocos educadores sociales egresados ejerciendo dicho rol en los centros de práctica, el mismo fue construyéndose necesariamente en un ida y vuelta; es decir, con el conocimiento teórico que los estudiantes traen desde la formación, y lo que los centros entienden y/o conocen del rol. Esta situación implica por un lado una oportunidad, ya que en muchos casos los centros esperan que los practicantes le vuelquen elementos teóricos y prácticos específicos a la tarea cotidiana y/o al proyecto de centro. Pero por otro lado implica cierto compromiso, ya que son esas mismas prácticas las que pueden alentar o desalentar el llamado a la profesión y la distinción con lo que ya hay.
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