SENTIMIENTO JUARISTA

BENITO JUAREZ, EL PATRICIO OAXAQUEÑO.

Existen seres ejemplares, que con solo un paso por la vida entregan lecciones permanentes tanto a los hombres de su tiempo como a las generaciones posteriores, pues son tan notables los hechos que se consuman, tan brillantes las ideas que nos heredan y tan recia su personalidad, que dejan una huella luminosa que no puede pasar inadvertida ante los ojos de la historia.

Características de esta naturaleza están presentes en la broncilinea figura de Don Benito Juárez, Benemérito de las Américas, héroe civil de la Reforma, baluarte de la lucha contra la Intervención Francesa, y consumador de la restauración de la República.

Hacer referencia a la lección cívica de Juárez niño, imbatible ante la adversidad, es recordar la de estudiante tenaz y persistente; recordar la lección del político, visionario y decidido; recordar la lección del reformador, del gobernante entregado y honesto a carta cabal; de Juárez, el defensor de la nación: heroico y patriota.

Su lección cívica, está presente en toda acción constructiva de la grandeza de la patria, resuena en las notas de los himnos que cantan a su gloria, está presente en los nombres de las plazas públicas, vibra en los versos del poeta penetrado en el alma de los niños; resplandece en el bronce de sus monumentos, vive en el espíritu de las leyes, fructifica cada día en la mente luminosa de los hombres que luchan por la paz; con su honradez sin mancha, censura el rostro vergonzoso de la corrupción.

Por todo esto, Juárez es inspiración del quehacer nacional. Nos impulsa a construir con esfuerzo, lealtad y patriotismo, un México más digno, más libre y más fuerte. Hagamos de su lección cívica, la perenne lección de libertad, igualda

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