SER DOCENTE ¿QUÉ SIGNIFICA SER DOCENTE, EDUCAR, ALUMNO Y SOCIEDAD?

¿QUÉ SIGNIFICA SER DOCENTE, EDUCAR, ALUMNO Y SOCIEDAD?

“El maestro del siglo XXI es un formador de ciudadanos, capaz de leer los contextos locales y globales que le rodean y de responder a los retos de su tiempo” (Al tablero, 2005)

Ser docente en este digo, no es una tarea fácil, no significa estar frente a un grupo de niños de entre 6 y 12 años de edad, y enseñar lo que aparece dentro de los planes de estudio, estándares curriculares, aprendizajes esperados o competencias. Ser docente, va más allá de la simple práctica dentro del ámbito escolar; tiene que ver con los propósitos y metas que se puedan plantear con los alumnos, se trata de un compromiso para con todos los actores del contexto escolar, padres de familia, directores y alumnos, asimismo, y más estrechamente, con el futuro de los últimos.

        Para mí, ser docente significa entablar relaciones sociafectivas con los alumnos, basadas en el respeto, la tolerancia, la paciencia y sobretodo la amistad, conocerlos a fondo, saber cuáles son sus inquietudes, sus más grandes aspiraciones y sueños, así como sus gustos o preferencias; es poder ayudarlos en lo que más se pueda, realizar actividades en conjunto y guiarlos desde el principio hasta el fin del ciclo escolar, conociendo y aprendiendo los unos de los otros, sin dejar de lado los contenidos que deban abordarse a lo largo del mismo.

        Como docentes, debemos tener siempre claro, que las relaciones que podamos generar con nuestros alumnos y padres de familia tendrán repercusiones en el futuro de ambos, así como en su contexto familiar; el sólo hecho de pensar que todos aquellos alumnos que pasan por nuestras aulas podrán poner en práctica lo poco o mucho que han aprendido de o con nosotros, es ejemplo de satisfacción, una recompensa, agradecimiento y reconocimiento a la noble labor que desempeñamos.

        Por otra parte, desde la perspectiva del humanismo, ser docente es ser un agente de cambio, es comprometerse con la educación de los niños, así como con la labor que desempeña y ésta se convierte en parte importante de su vida personal. Un maestro humanista y con vocación, ha de ser aquél que da clases con el alma, transmite valores y actitudes que complementan los contenidos y aprendizajes construidos con sus alumnos.

        Aunque en algún momento, llegásemos a tener miedo al desempeñar la docencia, es sumamente sustancial, tener en cuenta que no es obstáculo para rendirse y dejar de lado lo que hacemos, sino que se convierte en una herramienta más, que permite continuar con una actitud positiva dentro y fuera del salón de clases; en estos momentos, será importante demostrar de lo que se es capaz, de la importancia y relevancia que tienen para nosotros la sociedad, los niños y su futuro, para así comprometerse a salir adelante.

...