Qué Significa Ser Docente

¿QUÉ SIGNIFICA SER DOCENTE?

En ocasiones, me cuestiono sí decidí bien lo qué quería ser cuando fuera mayor, sí en verdad fue mi decisión ser profesora, o me vi influenciada porque mis padres son maestros, y la mayoría de mis familiares también. O quizá fue por lo seguro que es este trabajo.

Recuerdo, que de pequeña siempre observé a mi madre salir muy temprano de casa y no volver hasta muy tarde, pues siempre ha tenido doble plaza, de igual forma a mi padre, temprano a trabajar y no regresar hasta por la tarde. A veces, los veía muy cansados, con ganas de quedarse en casa a cuidarnos, pasar más tiempo conmigo y mis hermanos. Sin embargo, también les veía felices por lo que estaban haciendo, cuando alguno de sus alumnos lograba aprender después de tanto esfuerzo por parte de mis padres.

En vacaciones, jugaba con mis hermanos a la escuelita, y recuerdo que quería ser maestra, simplemente por el hecho de gustarme, no me fijaba en la remuneración económica que podría obtener, pues era niña, poco me importaba el dinero, más bien enseñar lo que ya sabía.

Ahora que me veo frente a un grupo de verdad, que está bajo mi responsabilidad, pienso “quizá no debería estar aquí, que tal si no aprenden, y sí nunca logro que estos niños aprendan”, pero al ver después de tanto “batallar” empiezan a aprender y aplicarlo en su vida (lo sé porque ellos mismos lo platican o sus padres hacen comentarios) siento una gran satisfacción y ánimos de seguir en ésta profesión, superándome.

“La escuela no está ubicada en el vacío, sino que está inmersa en la sociedad. De ella recibe influencias y demandas” (Santos Guerra 1998, Seminario de Docencia 2007: 18). Tener en mente esto, me permite realizar una tarea constante que caracteriza la mayoría de las profesiones, y con mayor razón la de ser profesor, actualización constante.

Trabajamos en una sociedad que cambia constantemente, donde la ciencia y la tecnología avanzan tan rápido que ni cuenta nos damos, el quedarnos sin saber ni conocer cuáles son las nuevas tecnologías, descubrimientos científicos, podrían convertirnos en un maestros obsoleto, únicamente dedicado a la transmisión de conocimientos poco útiles para niños del siglo XXI.

Considero, que todo profesor debe tener conocimientos básicos filosóficos de la educación, de esta manera conocerá cómo se ha transformado ésta y en qué principios está sustentada, y creo apreciará más el trabajo que realiza tanto dentro del salón de clases con contenidos, propósitos, objetivos, técnicas, estrategias…, como el que realiza inconscientemente mediante el ejemplo (comportamiento, actitudes, forma de pensar, hablar…).

La educación que actualmente tenemos, no está muy lejos de lo que algunos filósofos idealizaron hace varios siglos. Uno de los aspectos que ha predominado a lo largo del tiempo es la formación de hombres buenos y comprometidos, lo dijeron Sócrates, Platón, Aristóteles, entre otros personajes famosos de la antigua Grecia, dedicados a la educación.

Algunos de ellos, consideraron que la educación debía ser pública, pues de esta manera se instruye a la ciudadanía, ser compatible con el gobierno, basada en valores éticos.

Principios que actualmente rigen algunas corrientes del sistema educativo, por ejemplo, la educación para la paz y los derechos humanos, para la democracia, educación en valores, educación ambiental, la perspectiva de género, educación intercultural, la formación electoral.

Saber esto, me permite no sucumbir ante la influencia de la cultura, pues “el objetivo de la educación consiste en hacer de la cultura más un recurso que un determinante” (Santos Guerra 1998, Seminario de Docencia 2007: 18).

Es decir, la cultura entra a la escuela por muchos mecanismos, mencionados por Santos Guerra (Santos Guerra 1998, Seminario de Docencia 2007: 18), como son las demandas de familias por el éxito de sus hijos, los comportamientos, actitudes, lenguaje de los alumnos, la literatura pedagógica ‘de moda’, entre otros; pero más que dejar influenciar éstos nuestra práctica del todo, deben ser un recurso para mejorarla en bien de ser objetos de cambio en la sociedad positivamente.

Por otro lado, aunque sólo tengo dos años trabajando, me he dado cuenta de muchos factores que determinan si mi trabajo es bueno o no, algunos de ellos son la competitividad extrema, presión de los medios de comunicación, el ejercicio de la obligatoriedad de la educación más que un derecho, la débil articulación de la escuela, la desmotivación del profesorado.

Me llama la atención, como es que los medios de comunicación penetran a nuestro salón de clases, rigiendo la manera de pensar y actuar de nuestros alumnos, muchas veces careciendo de valores como el respeto, la responsabilidad, solidaridad. La escuela como centro de cambio, y yo parte de ella, debo aprovechar tal influencia de manera positiva, propiciando en el aula actividades reflexivas, analógicas, críticas.

Asimismo, considero importante resaltar la débil articulación

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