San Carlo Alle Quattro Fontane
Enviado por eriko93 • 29 de Junio de 2014 • 520 Palabras (3 Páginas) • 251 Visitas
Francesco Borromini (1599-1667) fue un arquitecto romano de gran talento e imaginación. Antagonista y rival personal de Bernini, trabajó sobre todo para órdenes religiosas modestas. La arquitectura de Borromini trasgrede en mayor modo que la de Bernini las normas del clasicismo renacentista. Sus iglesias, generalmente pertenecientes a órdenes religiosas de escasos recursos económicos y de modesto tamaño, están repletas de fantasía, expresividad y dramatismo. Borromini dotó a sus construcciones de un intenso movimiento, conseguido con la ondulación de muros y entablamentos, que creaban ritmos cóncavo-convexos basados en el efecto de curva contra curva. De igual modo, también recurrió a plantas complejas y dinámicas que combinaban diversas formas geométricas. El decorativismo y la trasgresión de las reglas clásicas fueron constantes en su obra, sobre todo gracias a la creación de nuevas proporciones y a un uso brillante de la perspectiva, que proporcionaba la ilusión de unas mayores dimensiones de sus edificios con respecto a lo que en realidad medían. El carácter rupturista de Borromini con respecto al clasicismo se aprecia en su recuperación de algunos elementos de origen medieval como las bóvedas de crucería, los arcos mixtilíneos e incluso formas similares a los pináculos.
Cuando Bernini triunfaba ya como arquitecto y empezaban a desplegarse las formas del Barroco, Borromini recibió su primer encargo en solitario: el conjunto de San Carlo alle Quattro Fontane, ligeramente anterior al convento de los filipenses. Bastaron estas dos obras para hacer de Borromini un arquitecto reconocido y con un estilo muy bien definido.
La década de 1650 fue la más fecunda de su carrera, gracias al papa Inocencio X, quien le confió la restauración y transformación de la basílica de San Juan de Letrán, aunque con grandes cortapisas, y la construcción de Sant'Ivo alla Sapienza, iglesia que el arquitecto remató con una espectacular linterna-aguja helicoidal, de prodigioso impulso ascendente.
Su incansable deseo de superación se concretó en el estudio constante de manuales de arquitectura (algunos de los que integraban su biblioteca tenían notas de su puño y letra) y en la profundización en la obra de Miguel Ángel, de quien fue un gran admirador. Hombre de carácter difícil, mantuvo relaciones muy tensas con sus patrocinadores y estuvo siempre enfrentado a Bernini, más por diferencias de temperamento y cultura que por particulares lances biográficos. Sus principales valedores fueron el Papado y las órdenes religiosas, que apreciaron su arquitectura más orientada a los sentimientos que a la razón.
Aunque se le conoce sobre todo por sus obras religiosas, Borromini fue también un solicitado arquitecto de palacios y casas particulares, entre los que destacan los palacios Spada y Falconeri. Su última obra fue la fachada de San Carlo alle Quattro Fontane, iniciada por él en 1665 y finalizada
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