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AQUELLO DE MONTAR EMPRESA

La lectura realizada deja muchas e importantes reflexiones. La realidad social, moral, laboral, económica de todas las personas en estos tiempos tan difíciles enfrenta a los jóvenes a emprender grandes desafíos. El sistema económico del mundo y del país en su afán de acumular riqueza a favor de unos cuantos solamente, ha cambiado las reglas que defendían al trabajador que en otrora, vendía su mano de obra a “buen precio” y gozaba de un salario más o menos digno. Hoy en día no es así; la educación forma ya como empresario.

La reflexión más importante es aquella que enseña cómo se puede llegar a construir empresa y también que en la lucha, por la supervivencia el ingenio esta hecho de múltiples esfuerzos y valiosas transformaciones de los seres y las cosas. La realización de los sueños haciendo del ingenio algo productivo y satisfactorio para la vida, se logra luchando incansablemente para alcanzar metas y construir proyecto de empresa.

Imaginar la consolidación de una industria productiva implica arriesgarse en una aventura en la que hay que templar el espíritu, para no desfallecer ante innumerables y variadas circunstancias de triunfo y de fracaso; es ubicarse frente a la riqueza de conocimientos e información brindada por las universidades que tienen esta especialidad y que fomentan la generación de empresas y formación de empresarios, aprovechando el espíritu emprendedor de sus estudiantes; es decir ir más allá del concepto que el trabajo es en sí mismo una vocación, una gratificación esencial que permite expresar productivamente el talento y la capacidad que creadora.

Para construir empresa hay que vivir diversas experiencias y se aprovecha cualquier cosa; hasta del cuerpo humano. En Colombia de cualquier cosa se puede hacer negocio, se negocia con la vida y con la muerte, con la belleza, la educación, el bienestar, el amor… todo es válido, la fe, la esperanza, la tristeza, la alegría, todo es aprovechado.

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