Sara Aldrete

Es la historia de un grupo organizado y operando en el país 3 años antes de que Sara Aldrete se viera involucrada con grupo comandado por un cubano-americano llamado Constanzo, natal de Miami, que desde el rancho Santa Elena, en la ciudad fronteriza de Matamoros, México, Adolfo de Jesús Constanzo y su banda transportaban semanalmente una tonelada de marihuana al país vecino, pero el lugar no era sólo un centro de distribución de drogas. En 1989 fueron acusados de asesinar a más de una docena de personas durante unos rituales de Palo Mayombe, un culto afroamericano.

Los rituales de purificación o limpias y de protección, le proporcionan de ocho mil a cuarenta mil dólares entre sus clientes, la mayoría, importantes personalidades americanas.

El 9 de abril de 1989, la policía mexicana detiene en un rutinario control la camioneta que conducía David Serna Valdez, de veintidós años, a la altura del kilómetro 39 de la carretera de Matamoros a Reynosa en el rancho Santa Elena. En ella se encuentran restos de marihuana y una pistola calibre 38, por lo que el joven conductor es detenido. Tras unas horas de interrogatorio confiesa que pertenecía a una secta de magia negra y que utilizaban el rancho para realizar sus sacrificios rituales con seres humanos, además del narcotráfico.

Fué mucho de misterio y sorpresa lo que logró que Sara se llegará a involucrar con tan nefastas compañías que siempre a base de engaños y una doble vida de ellos, le hicieron creer que el destino los había únido, sin ella imaginarse que se estaba fraguando su propia destrución.

Sara Aldrete, conocida como "La Narcosatánica", acusada de haber participado en la ejecución de 13 personas en un rancho de Tamaulipas en 1989, reveló los detalles de su detención, ocurrida hace once años.

Afirmó que acompañaba al cubano-norteamericano Adolfo de Jesús Constanzo cuando fueron detenidos en un inmueble de la colonia Cuauhtémoc de la Ciudad de México, un día antes de la fecha planeada para huir hacia Sudamérica. Su destino final sería Haití.

Sara Aldrete recordó que en el operativo policiaco en el que fue detenida murió De Jesús Constanzo, quien portaba una metralleta y tres millones de dólares en una maleta.

En el libro plantea su versión de los hechos: fue secuestrada por El padrino en una ocasión en la que ella se disponía a viajar a la ciudad de Acapulco, un par de hombres que trabajaban con El padrino la recibieron en el aeropuerto de la ciudad de México, comentándole que su amigo había tenido un problema cardiaco y que se encontraba en el hospital.

Sin embargo, al llevarla se dio cuenta que todo era una trampa; la mantuvieron como rehén un mes, mal alimentada y atada a una cama. Cuando tuvo la oportunidad escribió un mensaje, pidiendo ayuda, en un papel que arrojó a la calle, alguien lo

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