Semblanza Profesional A Partir De Revalorar Mi Práctica Educativa.

Me inicié en la práctica docente sin buscarlo. En todas las ocasiones en que he participado en la educación ya sea de adultos, adolescentes o niños ha sido por invitación y no porque yo buscara hacerlo.

Tal vez como se dice, estaba marcado en mi destino ya que a pesar de que mi profesión pertenece al área de ciencias, mi mamá asegura que cuando yo era muy pequeña decía que al crecer sería “mamá miss”. Recuerdo que yo quería mucho a mi maestra de preescolar y era para mí una figura a seguir.

Durante mi adolescencia y en la universidad tuve maestros que influyeron en mi, y que compartieron las siguientes características: eran firmes y hasta severas sin embargo tenían mente abierta, dispuestos a escuchar y a compartir. Enseñaban de manera amena e interesante platicando anécdotas y experiencias, eran personas muy preparadas en su campo y tenían un agudo sentido del humor. También tenían una gran sensibilidad para discernir si teníamos algún problema o si necesitábamos ayuda sin ser paternalistas.

A partir de los 13 años y en forma intermitente, estuve enseñando a niños y jóvenes. Durante mi práctica profesional, tuve que integrar la capacitación como parte de los servicios de asesoría profesional que daba, de tal manera que cursé un diplomado universitario especializado en capacitación y desarrollo humano.

Desde hace 13 años me dedico a la docencia en diferentes materias relacionadas con las áreas de ciencias, desarrollo humano, psicología y formación ética y cívica. Creo que encontré “mi elemento” ya que realizo algo que me apasiona y en lo cual considero que soy buena. Para mi trabajar con los chicos de secundaria es más una terapia que un trabajo, aunque sea agotador y a veces agobiante. Soy nutrióloga de profesión pero definitivamente soy maestra por vocación.

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