Silvicultura Y Manejo Forestal En México

Pocas áreas del saber humano resultan tan complejas en cuanto a la búsqueda de metodologías para solucionar sus problemas tan complicados para poder alcanzar las metas que se fijen. Tan transcendentales en cuanto a los efectos directos o indirectos que originan las acciones que se programan y que tan estimulantes o frustrantes en cuanto a los bienes y servicios que proporcionan a la humanidad como resulta ser el área de manejo de bosques. El manejo de bosques en su concepto más amplio lleva implícita la premisa indiscutible de que el bosque es un recurso renovable que proporciona madera y otros servicios a los hogares, la industria; el alimento y el refugio a la fauna silvestre y domestica; protección al suelo, al agua y al medio ambiente en general, así como un medio ideal para la recreación de la población, sea lo que quiera hacer el encargado del manejo de un bosque es su responsabilidad asegurar que todas las cuestiones enlistadas anteriormente sean tomadas en cuenta en el presente y asegurarse de que se obtendrán también para siempre en el fututo.

Cualquier actividad humana que desee realizarse con éxito debe ser el resultado de un plan ordenado. Mientras más sean las actividades por realizar y más complejas las interrelaciones entre ellas, más necesaria resulta la planeación. En un bosque bajo aprovechamiento permanente, en donde los lapsos de tiempo transcurren hasta lograr obtenerse la cosecha son en muchos casos superiores a los de la vida humana en donde la determinación de la producción es muy difícil debido a la complejidad de los fenómenos biológicos, económicos, políticos y sociales que sobre ella influyen en donde se tiene que sostener la producción de una gran variedad de bienes y servicios por tiempo indefinido. La planeación de todas las actividades es la única forma que puede garantizar el seguimiento de las mismas hasta alcanzar las metas y los objetivos que se fijen.

Antes de realizar cualquier tipo de planeación deben definirse muy claramente los objetivos, que lógicamente podrán ser muy diferentes según se trate de un bosque o de una región determinada. En la medida que precisemos nuestros objetivos podemos determinar nuestras metas. Las planeación técnica de los aprovechamientos nos indican cómo y dónde podemos hacer aprovechamientos sobre bases ecológicas y silvícolas muy sólidas. La planeación de los usos que se pueden dar al recurso nos proporciona información de cuándo y cuánto debemos cortar sobre las bases económicas, políticas y sociales. No es posible hacer un plan realista si no se cuenta con información fidedigna ya que aunque se precisen los objetivos y se definan las metas no podremos nunca alcanzarlas porque partimos de información falsa o como sucede en muchos casos incompleta.

El manejo forestal mexicano sufre necesariamente los efectos de los cambios internacionales en la materia, pero moldeados por la particular historia nacional y por la forma única en que el país ha planteado la función social de los recursos forestales. Los principales efectos que se perciben acusan la desaparición de los modelos tradicionales teóricos sobre el manejo forestal tanto en el sentido de ordenación de montes como en cuanto a la regulación de operaciones de aprovechamiento y especialmente como planeación de recursos forestales. El que las cualidades de los diversos bosques meta perseguidos anteriormente ya no sean coherentes con las demandas de la sociedad rural. Ni como la empobrecida constitución del bosque del presente explican desinterés en los trabajos usuales del manejo forestal y en particular, la falta de función de los programas de manejo, que en la normatividad actual quedan reducidos a un calendario caprichoso de actividades silvícolas sueltas que apenas y cumplen las restricciones legalmente vigentes de protección al bosque y al ambiente.

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