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Sociologia Un género multifacético


Enviado por   •  26 de Agosto de 2017  •  Resumen  •  2.467 Palabras (10 Páginas)  •  394 Visitas

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El ensayo

E

l origen o etimología del vocablo ensayo está en la palabra latina exagium que significa ‘pesada en una balanza’. Muchos siglos después, el término comenzó a utilizarse para textos cuyo «peso» está en las ideas que propone. La Real Academia Española lo define como «escrito en el cual un autor desarrolla sus ideas sin necesidad de mostrar el aparato erudito», es decir, sin las exigencias de una tesis universitaria resultado de una extensa y exhaustiva investigación acerca de un tema. En líneas generales, los autores acuerdan en que el ensayo es un género intermedio entre los géneros literarios y los géneros académicos, puesto que abordan temas de interés científico de un modo estético. Es decir, que importa tanto qué se dice como la manera en que se dice.

Un género multifacético

A partir de los textos fundacionales de Micel de Montaigne y de Francis Bacon, se abrieron dos grandes vertientes para la prosa ensayística: el ensayo literario y el ensayo científico.

El ensayo literario se caracteriza por la libertad que tiene el autor en la elección y el tratamiento de los temas. Los ensayistas suelen partir de otras obras literarias pero también las relacionan y combinan con observaciones, costumbres, experiencias y reflexiones.

El ensayo literario se caracteriza por ser subjetivo y directo para expresar con claridad la visión y reflexiones del propio autor y puede abordar las más diversas disciplinas (la historia, la filosofía, la sociología, las ciencias políticas, entre otras) y las más variadas temáticas. Por ejemplo:

Toda fotografía es un certificado de presencia. Este certificado es el nuevo gen que su invención ha producido en la familia de las imágenes (…) Quizá tengamos una resistencia invencible a creer en el pasado, en la Historia, como no sea en forma de mito. La Fotografía, por vez primera, hace cesar tal resistencia: el pasado es desde entonces tan seguro como el presente, lo que se ve en el papel es tan seguro como lo que se toca. Es el advenimiento de la fotografía y no, como se ha dicho, el del cine, lo que divide la historia del mundo.[1]

En cambio, el ensayo científico combina la capacidad imaginativa con el razonamiento lógico y científico. Del mismo modo en que lo hace la ciencia, el ensayo científico explora la realidad en busca de verdades comprobables, al mismo tiemo, toma del arte literario la intensidad y la belleza expresiva. Por ejemplo:

¿Cómo es eso de que uno tiene una regla que tiene excepciones? ¿Qué significa tener una regla entonces? ¿Y qué quiere decir que una excepción… confirma una regla? (…) Primera observación una regla debería ser algo que tiene validez en un cierto contexto. ES un principio que establece una verdad (…) Ahora bien, qué querría decir que una regla contiene excepciones. Una excepción debería ser algo que no cumple con la regla (aunque debería). Pero la lógica más elemental obliga a preguntarse: ¿cómo hago para saber si cuanto tengo un objeto o un ejemplo para usar la regla, éste o ésta es una excepción o tiene que estar sometido a la regla?[2]

Al ser un género tan flexible, el ensayo permite múltiples abordajes y clasificaciones. Estos abordajes toman en consideración dos elementos del ensayo: el contenido y el modo en el que el ensayista aborda sus textos. De este modo, los ensayos pueden agruparse:

  • por el contenido: históricos, literarios (pueden ser críticos o teóricos), filosóficos, sociológicos, etc.
  • por el modo del tratamiento: informativos, críticos, irónicos, confesionales, polémicos, humorísticos, etc.

El ensayo y su configuración

En el ensayo, la prosa fluye libremente según las intenciones de su autor, sin ajustarse a un formato rígido. Sin embargo, según la tradición textual, se organiza básicamente entre partes:

  • La introducción: en la apertura del texto, se suelen presentar los antecedentes bibliográficos o históricos sobre el tema a tratar, el objetivo del texto y la hipótesis del autor sobre el tema. Está redactado de tal forma que despierta el interés del lector, no solo acerca del tema sino también sobre las ideas que el autor tiene al respecto. A continuación, se suele pasar a la formulación de la tesis u opinión personal del autor sobre el tema y al orden que seguirá para sostenerla.
  • El cuerpo o desarrollo: es la demostración de la hipótesis por medio de una argumentación acompañada con ejemplos y (según la temática del ensayo) material gráfico, datos estadísticos, esquemas, etcétera. En este sector del ensayo, para sostener sus ideas y sus puntos de vista, los autores suelen utilizar distintos procedimientos argumentativos o recursos retóricos como por ejemplo las citas de autoridad, la definición y la ejemplificación, las generalizaciones o la pregunta retórica, entre otros.
  • La conclusión: en esta parte del ensayo puede presentarse un breve resumen en donde se destacan los puntos más importantes tratados en el desarrollo o las consecuencias de los argumentos sostenidos en el cuerpo del texto o ambos elementos.

Las tres partes del ensayo son fundamentales, y por lo tanto siempre tienen lugar en su estructura; las subpartes, en cambio, pueden aparecer o no, y pueden organizarse de formas diversas.

El estilo del ensayo

El vocablo estilo proviene del latín stilus, sustantivo que designaba  ‘una delgada herramienta de metal o punzón utilizada para escribir sobre tablillas enceradas’. Luego, estilo pasó a designar la manera o la forma característica de escribir de una determinada persona. Los estudiosos del ensayo como género coinciden en afirmar que el estilo, junto a la calidad de las ideas y la potencia argumentativa, es uno de sus componentes básicos. A la hora de escribir un ensayo, básicamente, es posible elegir entre dos estilos: uno más subjetivo y vivo en primera persona y otro más objetivo y distanciado en tercera persona.

A continuación, podremos ver dos fragmentos de ensayos sobre la misma temática: las vanguardias argentinas en los años 20, cuyos autores han optado por diferentes estilos:


Buenos Aires, ciudad moderna[pic 4]

Siempre vi estos cuadros de Xul Solar como rompecabezas de Buenos Aires (…) Xul había aprendido en Europa, adonde viajó en 1903 y de donde regresa en 1924, el lenguaje y las experiencias de la vanguardia. Buenos Aires era un espacio donde esas formas de mirar podían seguir desplegándose. (…) Lo que Xul mezcla en sus cuadros también se mezcla en la cultura de los intelectuales: modernidad europea y diferencia rioplatense, aceleración y angustia, tradicionalismo  y espíritu renovador, criollismo y vanguardia. Buenos Aires: el gran escenario latinoamericano de la cultura de la mezcla.

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