Género y Sexualidad, en Sociología. Teorías psicosociales y subjetividad
Enviado por Verania Alvizo • 26 de Abril de 2020 • Tarea • 2.795 Palabras (12 Páginas) • 378 Visitas
4B 1. Alvizo Arredondo Verania Marina 10. Género y sexualidad, en sociología.
1 Alvizo Arredondo Verania Marina
10. Género y Sexualidad, en Sociología.
Teorías psicosociales y subjetividad
4° B
24 de abril 2020
Giddens Anthony (2002) Género y Sexualidad, en Sociología. España: Alianza Editorial, cap. 5 pp.151-194 (37)
Género y Sexualidad, en Sociología
“En este capítulo estudiaremos la naturaleza del comportamiento sexual humano y analizaremos el carácter completo de la sexualidad – las pautas sexuales humanas – y las diferencias en este sentido” (Giddens, 2002, p.152).
“El estudio del género y de la sexualidad es una de las dimensiones de la sociología contemporánea que más rápidamente está creciendo y también una de las más fascinantes” (Giddens, 2002, p.152).
Las diferencias de género
“Se han adoptado enfoques contrapuestos para explicar la formación de las identidades de género y los roles sociales que se basan en ellas” (Giddens, 2002, p.152).
El sexo se define de acuerdo a la diferencias físicas y biológicas del ser humano, en cambio el género es más como una identidad, pues se evidencian las diferencias psicológicas, incluyendo las culturas y teniendo en cuenta lo social (Giddens, 2002).
“La distinción entre sexo y género es fundamental, ya que hay muchas diferencias entre hombres y mujeres que no tienen un origen biológico” (Giddens, 2002, p.153).
Hay autores que sostienen que las diferencias entre hombre y mujeres viene desde los cromosomas y las hormonas. De esta manera comentan que los hombres se diferencian desde tiempo anteriores, pues ellos son los que solían salir de caza, además que tienen una agresión, de la cual las mujeres no tienen o es poca. Investigadores afirman que la agresión en hombres varía dependiendo la cultura y que también la pasividad de las mujeres (Giddens, 2002).
En la teoría de “diferencia natural” se basan en comportamiento animal, más que del humano, pues de esta manera se presentan diferencias por la época y los lugares. No todos los rasgos de diferencias son biológicos, pues, en culturas se ha visto a la mujer hacerse cargo de los hijos y del hogar, pues no se les facilitaba salir de caza u otras actividades pesadas, mas esa característica, según los investigadores no se basa en una diferencia biológica (Giddens, 2002).
Otra forma para tratar de comprender sexo y género es la socialización de género, en el cual encontramos que la familia es una parte fundamental de enseñanza, pues, sostiene que sexo es algo con lo que cada ser humano nace, pero el género es algo que se desarrolla, esto a través de la sociedad. Las niñas y los niños al crecer van adoptando actitudes, comportamientos que van de acuerdo a su sexo. Esto puede ser diferente en cada cultura (Giddens, 2002).
La socialización de género
Los funcionalistas son aquellos que llevan la socialización de género de acuerdo a su enfoque funcionalista, los chicos y las chicas reciben refuerzos negativos o positivos de acuerdo a su sexo, es decir que se le puede aplaudir a una chica si se le ve jugando con una cocina o con muñecas, así como también el usar vestido, pero se le puede castigar si se le ve jugando con carritos o usando pantalón. Así como también a hombres, se les aplican este tipo de reforzadores, los cuales ayudan a que aprendan y que acepten sus roles sexuales (Giddens, 2002).
“Es importante recordar que los seres humanos no son sujetos pasivos o receptores incondicionales de la «programación» de género, tal como sociólogos han sugerido. Las personas son agentes activos que crean y modifican los roles por sí mismo” (Giddens, 2002, p.155).
La identidad de género: dos teorías
Dos de las principales teorías que existen para explicar la formación de las identidades de género se centran en la dinámica emocional existente entre los niños y quienes les cuidan. Según estas perspectivas. Las diferencias de género se formulan «inconscientemente» durante los primeros años de vida, en vez de proceder de una predisposición biológica (Giddens, 2002, p.156).
El desarrollo del género según Freud
Esta es una de las teorías más polémica sobre este tema, pues, según este autor, la diferencia de un niño es porque tiene pene, ya que este no es más que anatómico, si no que se refiere como un símbolo de masculinidad y si hay ausencia de pene, estamos hablando de feminidad (Giddens, 2002).
De acuerdo a esta teoría, un chico alrededor de los 4 años a los 5, se siente amenazado por la autonomía y la disciplina del padre hacia él. El niño reconoce a su padre como un rival, pues compite por el afecto de la madre. Por otra parte, la niña siente envidia por no poseer pene, al identificarse con la madre, esta toma el rol de sumisa ya que ninguna de las dos tiene el símbolo que identifica a un masculino (Giddens, 2002).
Al terminar esa fase, se ha aprendido a reprimir los sentimientos eróticos y no es hasta la pubertad que es cuando comienzan los cambios biológicos y estos activan nuevamente los sentimientos eróticos (Giddens, 2002).
Podemos rescatar de esta teoría que:
- Freud establece el vínculo de identidad de género de una manera directa, pero no tomó en cuenta otros aspectos que pudieran ser importantes para la identificación.
- La teoría resalta que el pene es superior a la vagina.
- El padre es el principal para fomentar la disciplina, pero en otras culturas es lo contrario (Giddens, 2002).
El desarrollo del género según Chodorow
“Esta autora señala que el aprendizaje para sentirse varón o mujer se deriva del apego que siente el niño por sus padres desde una edad muy temprana” (Giddens, 2002, p.157).
El niño se siente vinculado con la madre y ese apego debe romperse para formar su yo independiente. Gracias a eso, aprenden a ser lo contrario que una chica, al final, es por eso que carecen de habilidad para demostrar sus emociones y tener una relación íntima con los demás. Su identidad se formó a partir de esa ruptura con la madre. Si llegan a establecer relaciones emocionales, sienten que pierden su identidad (Giddens, 2002).
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