¿ TENEMOS CLARA LA RELEVANCIA DE LA INVESTIGACION?

¿ TENEMOS CLARA LA RELEVANCIA DE LA INVESTIGACION?

Estamos acostumbrados a ver los logros de las investigaciones que se hacen en otros países con gran fascinación, y en contadas oportunidades nos vemos a nosotros mismos en ese mismo televisor mostrándole al mundo lo que hemos logrado. Aun así, esto es casi una alegría efímera porque el colombiano protagonista del logro, es inmediatamente contratado por alguna empresa de otro país, dejando de este modo a Colombia solamente con el mismo efímero pensamiento de que nosotros “también podemos”. Ni siquiera quedamos a la espera de otro acontecimiento similar producto de las investigaciones de nuestros científicos o intelectuales, porque simplemente no sabemos qué es lo que se investiga en nuestro país ni cuáles son nuestros intereses y objetivos académicos.

La universidad como lugar de creación y fortalecimiento del espíritu crítico e intelectual, es el espacio que debería ser aprovechado por los estudiantes de todas las carreras para aprender a generar ideas; ideas progresistas y competitivas. Ideas que apunten al desarrollo social y económico, como lo hacen los países que invierten más en sus activos humanos y al desarrollo social. Para esto es necesario generar este tipo de conciencia, es necesario que el discurso académico cambie desde los colegios para que las palabras no se queden dentro de las paredes de las aulas sino que trascienda al ánimo de los que están allí sentados. Una vez la inquietud sea puesta en sus cabezas, el resultado se verá reflejado en personas más comprometidas con el crecimiento intelectual de la nación en todos los ámbitos académicos. Desafortunadamente, lo que se está transmitiendo es exactamente lo contrario, ya que los incentivos dados a los maestros que investigan son mínimos y muchas veces no cumplen sus expectativas. Así, el profesor no está fuertemente comprometido con la construcción social para la cual se preparó, porque pasa de hacer su labor con amor, a hacerlo con desgano en medio de la necesidad.

Aparte de estos factores que tienen un asidero muy fuerte entre los que tienen acceso a la educación y que en la mayoría de los casos permanecen ocultos, se suma el conformismo y la dependencia del vivir de otros. Como se dijo anteriormente, admiramos los logros ajenos. En nuestra mente no está subir al podio sino mirar a los que están allí con los brazos levantados. Lastimosamente las personas que han hecho algo significativo, al no encontrar las oportunidades o las herramientas necesarias para continuar con sus proyectos en su propio país, optan por aceptar, con toda razón, ofertas extranjeras que prometen mejor futuro tanto para sus investigaciones como para ellos. La idea que los mismos padres tienen de sacar a sus hijos para que surjan en el exterior, es reforzada por otra parte, por las instituciones nacionales que no generan contextos propicios que atraigan a nuestros investigadores ni a los del extranjero: seguimos exportando nuestro capital intelectual.

La falta de conexión entre conocimientos, es decir la no interdisciplinariedad, es algo que está presente dentro de nuestro contexto

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