TORRE TITANIUM DESAFÍO INMOBILIARIO EN EL SIGLO XXI
Enviado por rabbuston • 13 de Mayo de 2013 • 1.766 Palabras (8 Páginas) • 300 Visitas
Introducción
Corrían los primeros años del siglo XXI cuando se comenzó a gestar la idea de construir una torre de oficinas en el sector que se había transformado en el centro financiero y económico de Santiago, que fuera un ícono de la ciudad y que consolidara todo el desarrollo del sector donde se concentraba el nuevo centro económico de la ciudad, que había desplazado el centro tradicional debido a una mejor accesibilidad y conectividad.
Abraham Senerman Lamas ya había comenzado en la década anterior el desarrollo de edificios emblemáticos del sector, los que habían albergado a gran parte de las empresas que representaban el motor económico del país, ofreciéndoles edificios modernos que satisficieran sus necesidades en el mejor sector de la ciudad. Desde el año 1994, ya había desarrollado su fructífera seguidilla: la Torre de la Industria, el Edificio Pacífico, la Torre Costanera, la Torre Vitacura, el Edificio Milenium y el edificio El Bosque 500, los que formaban parte de la historia reciente de este Arquitecto de la Universidad de Chile.
Una Solución Innovadora
Al retroceder en el tiempo, cualquiera podría decir hoy que para alguien como Abraham Senerman iba ser fácil tener éxito en un negocio que era similar a los ya desarrollados en el sector. Sin embargo, toda la historia que se esconde de la primera vista justifica el definir como un gran logro el haber desarrollado un producto como Torre Titanium, en el momento en el cual se construyó.
El mundo venía saliendo de la crisis asiática de fines de los años 90 y el país había repuntado significativamente en materia económica, lo que avizoraba un mercado atractivo para el desarrollo de un proyecto inmobiliario en un lugar privilegiado de la ciudad, donde todos querían estar. Sin embargo, la idea de construir un edificio que fuera el más alto de Chile con un atractivo diseño no era seguro de éxito por sí mismo. Fue así como el modelo que se fuera generando a partir del bosquejo inicial debía tener algo más que lo volviera significativamente distinto y atractivo comparado con lo ya ofrecido.
Como respuesta Titanium se convirtió en el edificio más alto de Chile en el año 2010, arrebatándole el cetro a la torre Telefónica (143 metros). Se ubicó en el mejor sector de la capital, como es la esquina de Avenida Vitacura con Isidora Goyenechea; utilizó la tecnología más moderna disponible hasta ese entonces, convirtiéndose en el primer edificio en Chile en contar con la certificación LEED (Leader in Energy and Enviromental Design), lo que lo convirtió en líder de la Industria Inmobiliaria; agregó un moderno sistema de disipadores sísmicos y un completo sistema de seguridad con dos helipuertos, balcones de rescate, sistema contra incendio y ascensores inteligentes capaces de descender automáticamente al primer nivel ante una eventualidad, junto al uso de ascensores presurizados que pudiesen funcionar continuamente durante un incendio permitiendo así la evacuación de los ocupantes.
Descubriendo Enemigos Ocultos
Los desafíos planteados por el desarrollo del proyecto Torre Titanium como modelo moderno, sustentable, innovador, que representara un ícono y que fuera comercialmente atractivo para los potenciales clientes definitivamente lograron ser resueltos de muy buena forma en la etapa de diseño. De esta manera, el equipo que desarrolló el proyecto logró resolver las interrogantes iniciales en cuanto a cómo solucionar los límites impuestos por el plano regulador de la comuna, que limitaban la altura máxima a construir (194 metros) siempre y cuando el 70% del primer piso fuera destinado a uso público. Es así como bancos, un gimnasio y una cafetería forman parte de la solución.
Pero los desafíos no terminan al encontrar un diseño que resuelva los desafíos técnicos, comerciales y políticos. El Proyecto Torre Titanium debió enfrentar variados desafíos, como fue el encontrar un importante flujo de agua subterránea durante la construcción de las fundaciones y estacionamientos, que obligaron a cambiar en dos oportunidades la dimensión de los equipos dispuestos para evacuar las aguas provenientes de la napa subterránea que llevó a cambiar las capacidades de las bombas originales de 10 l/s a 30 l/s.
Sin embargo, los desafíos no fueron sólo técnicos. Pese a haber creído que la época de la construcción sería más tranquila en cuanto a los vaivenes económicos y que el problema del financiamiento que había sido bien abordado por los líderes del proyecto al asociar dos posturas estratégicas, como son el contar con un equipo técnico capaz de materializar el proyecto representado por Sencorp junto a un equipo de inversionistas exitosos como Bethia, no podía aislar el desarrollo del proyecto de la situación económica mundial. Fue así como la crisis subprime generada en Estados Unidos encontraba a poco andar el proyecto, provocando gran incertidumbre en los mercados mundiales y haciendo quebrar a numerosas entidades financieras.
Lamentablemente el impacto de esta crisis a nivel mundial había hundido la proyección de ventas que tenía inicialmente el proyecto, a tal punto que esa condición inesperada puso en jaque la continuidad del proyecto durante el año 2008. La disyuntiva en aquel entonces era simplemente seguir o detener la obra hasta que las condiciones de mercado mejoraran. Ante esto, el liderazgo ejercido por Abraham Senerman y la estrategia de arrendar gran parte de la superficie a empresas que aceptaron firmar un acuerdo previo, donde prometían arrendar las plantas del nuevo edificio, fueron clave para decidir seguir adelante con la construcción y conseguir la venta del proyecto a inversionistas extranjeros que permitiesen disipar las dudas que lógicamente rondaban las ventas del proyecto.
No satisfecho con las dificultades generadas por la crisis económica del año 2008, el destino le tenía
...