Tatuajes en paises 3er mundistas

Tatuajes: Aceptación Social

     “Un tatuaje genuino cuenta una historia. Me gustan las historias y los tatuajes, no importa qué tan bien hechos estén, y si no cuentan una historia que te involucra emocionalmente, entonces están allí sólo por decoración, entonces no son tatuajes válidos. Tiene que haber algún atractivo emocional o no son un tatuaje real. Éste le dice a la gente lo que eres y lo que crees, así no hay error alguno.” Leo Millares.

     Tatuajes, un término tan criticado por unos y tan deseado por otros, ¿Qué son realmente?, ¿Por qué son tan amados o aborrecidos por la humanidad?, ¿Tienen algún significado?, ¿Te convierte en un vago tenerlos?, ¿Debería la sociedad quitarte derechos por el simple hecho de tener alguno? O por otro lado, ¿Aceptarlos? ¿Por qué ver esto influye en la percepción de los demás? Muchas de estas interrogantes son planteadas por personas que no entendemos el “Por qué” de las críticas, yo soy una de ellas, y es por eso que en el presente ensayo se detallará porque no debería ser un fenómeno juzgado o creador de estereotipos de conducta.

     En términos teóricos, un tatuaje podría definirse como una modificación permanente del color de la piel en el que se crea un dibujo, una figura o un texto y se plasma con agujas u otros utensilios que inyectan tinta o algún otro pigmento bajo la epidermis de una persona. (wikipedia, 2017)

     Sin embargo, ¿Es este el verdadero significado de un tatuaje? O ¿Son estos dibujos la representación de algo más emocional? Existen diferentes respuestas a estas preguntas, de acuerdo a la percepción y creencias individuales. El escritor y periodista norteamericano Jack London expresó “Enséñame a alguien con un tatuaje y yo te enseñaré a alguien con un pasado interesante”, lo que nos hace asumir que London asocia los tatuajes con señales de vida, de historia y experiencias, algo menos superficial y más emocional, un signo con el que la persona se identifica y está ligada a sus ideologías.

     Por otro lado, no faltan las personas que solo ven los tatuajes como símbolos de vagancia y tienen estereotipos sobre esto, como personas incultas, indecentes o como falta de estética. El hombre  tiende a juzgar por la apariencia, sin haber antes conocido al individuo y esto nos lleva a conceptos erróneos sobre alguien, ya que no siempre somos lo que aparentamos, los valores o la inteligencia no están dados por nuestros gustos físicos, es decir eso no nos define.

     “Y qué es, pensé, ¡después de todo! Es sólo su exterior, un hombre puede ser honesto bajo cualquier tipo de piel” Herman Melville. Si todos pensaran como Melville y les diéramos la oportunidad a todos de demostrar quienes realmente son y dejáramos la apariencia de lado, descubriríamos que una distinción personal no te hace mejor ni peor que nadie, después de todo no pensamos con la piel, sino con el cerebro y un tatuaje no lo afecta.

     Lastimosamente no es así como la comunidad piensa, al menos no la mayoría y esto trae algunas consecuencia para quienes tenemos un tatuaje, una de ellas es en el ámbito laboral, puesto que aunque existen algunos oficios en los que tenerlo puede ser algo benéfico, que realza tu imagen como en el caso de los futbolistas, modelos, artistas, entre otros; no todos podemos trabajar en esa industria y por el contrario, buscamos un trabajo promedio como gerente, contador, doctor, etc.

     En trabajos como estos, los jefes suelen ser muy exigentes y de mente cerrada, piensan que la imagen lo es todo y no corren el riesgo de dar una mala impresión de su empresa, por lo que prefieren no contratarte, pese a estar seguros de tener el mayor potencial para el empleo. ¿Cómo se pueden desaprovechar las habilidades de alguien por su apariencia física?

     También están las consecuencias familiares, las personas tatuadas son propensas a ser rechazadas en su círculo parental por parecer satánicos, de la calle y dar una mala percepción de todos los miembros que le rodean.

     Los efectos amorosos suelen ser marcados, no todas las mujeres son amantes de los tatuajes y al ser más vanidosas y superficiales se dejan llevar mucho por el aspecto físico del hombre, lo que no resulta ideal para quienes no tenemos el mejor exterior.

     Por último, las secuelas sociales son muy evidentes, gran parte de la población prefiere alejarse de este tipo de personas para no ser clasificadas como una de ellas y no pertenecer a ese grupo de “vagos” de los que todos hablan. Esto nos hace más solitarios y aislados del mundo.

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