Teatro Isabelino
Enviado por iara09 • 28 de Agosto de 2013 • 1.839 Palabras (8 Páginas) • 675 Visitas
El teatro isabelino
El teatro isabelino abarcó desde fines del siglo XVI hasta mediados del siglo XVII. Tuvo especial importancia en su desarrollo la reina Isabel I, quien tuvo gran relevancia en la historia europea de esos siglos. Isabel asumió el trono a finales del año 1558, en un país débil y venido abajo: Inglaterra tenía escasa población, era mal vista en el exterior y sufría graves problemas internos. Sin embargo, a pesar de todas estas dificultades, Isabel consiguió numerosos logros en su reinado. Llevó a Inglaterra a ser conocida como una gran potencia, consolidando el poder de la Monarquía, el poder en el interior del país, y, a su vez, desarrollando una política exterior más ambiciosa, que permitió un gran conocimiento económico que conllevó a la prosperidad del reino y de los sectores de la población más bajos. Dentro de todo este marco, en Inglaterra hubo un importante desarrollo cultural, que se manifestó en la gran cantidad de autores dramáticos, músicos, poetas y pensadores que surgieron. Dentro de todos ellos va a resaltar William Shakespeare. Otros autores que se destacaron en esta época fueron Lyly, Christopher Marlowe y Ben Johnson.
En esta época, Inglaterra se caracteriza por la coexistencia de las costumbres populares y el perfeccionamiento de la cultura. Los famososgentleman[1] saben componer un soneto o una elegía[2] y a su vez manejar las armas. Pero lo que más destaca de esta época es el hecho de que las clases más humildes, como ser los comerciantes, artesanos y hasta los campesinos, están al alcance de los libros, pueden acceder a ellos y los compran y estudian. Aquí se ve cómo en el reinado de la reina Isabel I la instrucción se expandió: cada vez más personas podían acceder a la cultura, es decir, a los libros.
El gran desarrollo cultural que se dio en Inglaterra tuvo su mayor expresión en la difusión y expansión de los teatros populares, y el altísimo nivel de producción dramática. Anteriormente, el teatro era un espectáculo popular. Las obras eran representadas en los patios de las posadas. Pero estos lugares no eran muy adecuados, ya que el movimiento y la actividad de la posada dificultaban la representación, y, a su vez, en las reuniones multitudinarias había una mayor posibilidad de contraer la peste, enfermedad que era muy frecuente. Debido a todas estas desventajas, surgió una legislación para regular la actividad teatral, y se tornó complicado conseguir una licencia para poder hacer representaciones
teatrales. Todo esto fue el punto de partida para que se construyeran edificios destinados exclusivamente a las representaciones, esto es, el teatro. Estas construcciones eran más salubres, por lo que ya no se temía el contagio de la peste. A su vez, esto llevó a que el actor, que hasta ese entonces no tenía una profesión propiamente dicha, la tuviera.
El primer teatro, denominado simplemente The Theatre, se construyó en 1576. Más adelante se construyeron otros: The Curtain, The Rose, The Swan y The Globe. Este último, construido en 1599 y ubicado, como el resto, fuera de la ciudad, para evitar problemas con el Ayuntamiento de Londres, era el más famoso de todos, y fue el preferido de la compañía de la que formó parte William Shakespeare.
Todos estos teatros fueron construidos siguiendo el modelo de los patios de las posadas. Ninguno se conserva en su estado primitivo, pero existe la posibilidad de conocer con cierta aproximación su forma, gracias a algunas referencias de la época. Eran recintos de forma hexagonal u octogonal con un escenario medianamente cubierto que se internaba un poco hacia el centro de un arenal al aire libre circundado por dos o tres pisos de galerías. Este escenario tenía una parte trasera, que se usaba como camarines, y otra sección, llamada ‘entre cajas’ para la entrada y salida de actores. Estaba rodeado por dos o tres pisos de galerías; en el segundo piso se llevabas acabo algunas escenas simultáneas. La plataforma constaba de dos niveles, uno a poco más de un metro respecto a la arena, techado y sujeto por columnas, y otro un poco más alto con un tejado en el que se ocultaba el aparato necesario para manejar la tramoya y maniobrar la puesta en escena. Podía llevar una bandera e incluso simular una torre.
Estos teatros tenían un aforo muy respetable. Se ha calculado, por ejemplo, que The Globe podía acoger a alrededor de 2.000 espectadores
El público acudía al teatro pagando un precio variable según la comodidad del lugar en donde iban a ser ubicados. La entrada más barata exigía estar de pie y expuesto a los cambios meteorológicos; las más caras generalmente eran compradas por la nobleza. La zona más alejada, llamada ‘cielo’, era ocupada por los comerciantes, la aristocracia e incluso por la reina Isabel, que, de incógnita, presenciaba las obras, ya que amaba el teatro.
Las obras se representaban generalmente en los meses más cálidos, ya que una zona estaba al aire libre. Se hacían en las primeras horas de la tarde, para que la luz del sol pudiera entrar; los teatros no tenían techo.
No había, prácticamente, escenografía: sólo algunos accesorios o paneles. Los lugares en donde iba ocurriendo la obras se describían en ella, o se pasaba un cartel que indicaba cuándo había un cambio de espacio. Es por esto que las localizaciones cobraban vida más que nada en la mente del público. Debido a ello, la palabra, es decir, cómo el actor interpretaba a su personaje, era de vital importancia. Muchas veces se recurría a la sobreinterpretación en lenguaje, gesticulación y llamativa vestimenta.
En un principio, la condición social de los cómicos, en especial de la de los más humildes, no se distinguía
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