Temas importantes para el final de historia
Enviado por moyanoc1 • 19 de Julio de 2021 • Apuntes • 4.928 Palabras (20 Páginas) • 81 Visitas
Temas importantes para el final de historia
Los temas que considero importantes reforzar:
- El proceso de independencia y las transformaciones sociales, políticas y económicas.
El puerto de Buenos Aires y la sociedad rioplatense: el monopolio.
Se calcula que a mediados del siglo XVII la población de Hispanoamérica llegaba a los diez millones, de las cuales los blancos representaban alrededor del 6% y los indios el 81%. Al terminar el siglo XVIII los habitantes de la región llegaban a la cifra de 15.814.000. La trata de esclavos provenientes de África, producto de acuerdos con Gran Bretaña posteriores al Tratado de Utrecht (1713) se orientaría principalmente hacia el área del Caribe, para su uso en las plantaciones de caña de azúcar.
Si bien desde 1715 existió un “asiento”, es decir un “mercado” de negros en el Río de la Plata prescribiéndose la libre introducción de esclavos a partir de 1741, no puede afirmarse que el grueso de la producción descansara sobre la mano de obra esclava. Si bien los esclavos eran numerosos, particularmente en núcleos urbanos de relativa importancia como Buenos Aires y Córdoba, aún con posterioridad al Decreto de Libertad de Vientres (1813), nunca existió un esclavismo en el Río de la Plata de la magnitud de cómo hubo en Cuba o en Brasil.
Entre los blancos es de destacar el hecho de que la mayoría de la población fuera criolla, es decir, nacida en América y que tuviese una marcada conciencia burguesa característica de las clases propietarias.
El virreinato quedaría oficialmente inaugurado el 20 de octubre de 1777, siendo el primer virrey Pedro de Cevallos. En principio, según destacan algunos historiadores, no se especificó si su creación tendría carácter permanente o definitivo. Por tal motivo, no correspondió al primer virrey, sino a su sucesor Vértiz la creación de instituciones que tuviesen por objeto la regulación del recientemente creado virreinato, cuyo principal cometido era, por una parte, controlar el comercio inglés, y por otra frenar la expansión de su aliado portugués hacia el sur desde su colonia de Brasil, a expensas del territorio español.
Buenos Aires, y principalmente su puerto, en función de lo expuesto con anterioridad quedaría incorporado al régimen de Libre Comercio, instalándose una Aduana local, una Audiencia en la capital, siendo asimismo reorganizadas las jurisdicciones provinciales bajo el régimen de intendencias, que significaría un cambio para la vida económica y social de estas regiones: algunos no vacilan en hallar los orígenes de la Revolución de Mayo en la creación del virreinato.
El Reglamento para el comercio libre de España a Indias disponía que el comercio sólo pudiese llevarse a cabo por medio de naves españolas con dotaciones del mismo origen; se promovía en virtud del mismo la industria naval, con la construcción de navíos de alto calado, estableciéndose para tal fin un número de puertos habilitados para el ingreso de mercaderías, que incluían en el nuevo virreinato a Buenos Aires, Montevideo y Maldonado. Se establecía asimismo el registro de cargas, y de consulados (autoridades marítimas) en los puertos de mayor tráfico. Asi mismo se fomentaba el intercambio entre las distintas regiones del imperio español. Por último establecía nuevas normas fiscales, que favorecían abiertamente a las manufacturas peninsulares y la producción de materias primas hispanoamericanas. Desde luego, al no haber llegado a España la Revolución Industrial, “las manufacturas” se reducían a la economía tradicional de la Península (vino, aceite, etc.). En tal sentido, el Reglamento desalentaba, cuando no prohibía, cualquier producción en suelo hispanoamericano que fuera competencia para aquellas.
se había permitido el sistema de navíos de registro, el cual se reducía a dos navíos con mercadería de importación que podían ingresar al puerto de Buenos Aires. Este sistema, desde luego, distaba mucho de poder “inundar” con manufacturas de origen británico el territorio del Río de la Plata. El contrabando fue de este modo una manera de compensar esta “deficiencia”, en beneficio de las elites portuarias – antecedente directo de lo hoy llamamos “oligarquía”- y de sus contrapartes británicas, con el consiguiente perjuicio de la administración colonial. Cabe destacar que con la apertura del puerto de Buenos Aires se instaló el sistema de control colonial de mercaderías de importación, la Aduana. Por su parte, en el mercado británico había entonces gran demanda del producto rioplatense por excelencia, el cuero, que sin lugar a dudas, constituyó el primer “ciclo” económico que tuvo lugar en suelo argentino.
La explotación de los pueblos originarios. El ciclo de la plata: El Potosí
El cambio más radical introducido por la creación del virreinato del Río de la Plata, lo constituyó la incorporación al mismo de la Intendencia de Charcas, que incluía las explotaciones mineras (plata) de Potosí, otrora las más ricas de América. La producción se basaba, ante todo, en fuerza de trabajo originaria: a diferencia de lo sucedido en Buenos Aires, el elemento indígena predominaba en el Alto Perú. El sistema de trabajo conocido como mita, que reducía a la población indígena a la servidumbre, fue implementado en Potosí. La mita consistía en la adjudicación coactiva de fuerza de trabajo al inca y ya era conocida en el período preincaico. Los españoles no hacen más que seguir implementando el mismo sistema, si bien los incas lo utilizaban para realizar obras públicas y no para la explotación minera, como en el caso de Potosí que tomó miles de vidas: “La mita – apunta Eduardo Galeano en Las Venas Abiertas de América Latina – era una máquina de triturar indios. El empleo del mercurio para la extracción de la plata por amalgama envenenaba tanto o más que los gases tóxicos en el vientre de la tierra. Hacía caer el cabello y los dientes y provocaba temblores indominables. Los ‘azogados’ se arrastraban pidiendo limosna por la calle. Seis mil quinientas fogatas ardían en la noche sobre las laderas del cerro rico, y en ellas se trabajaba la plata valiéndose del viento que enviaba el ‘Glorioso San Agustín’ desde el cielo. A causa del humo de los hornos no había pastos en un radio de seis leguas alrededor de Potosí, y las emanaciones no eran menos implacables con los cuerpos de los hombres…” (Galeano, 2004: 61) La tecnología de producción de la plata en Potosí brinda indicios de las sumamente precarias condiciones de salubridad a la que los indígenas estaban sometidos. A fin de separar la plata del mineral, los indios fundían el mineral agregándole plomo. Los hornos se construían de barro o de piedra en la cima de una montaña, siendo atizados al aire libre por medio del viento. El metal obtenido en estos hornos (que recibían el nombre de huayras o guayras) se colaba sucesivamente hasta conseguir plata pura. Este método se utilizó hasta que los españoles introdujeron la amalgama mediante mercurio, a fines del siglo XVI: desde entonces, la intoxicación con este metal, se volvió endémica para quienes trabajasen en las minas. Imposible imaginar espectáculo más sórdido, únicamente para enriquecer a un conquistador cada vez más endeudado con los banqueros del norte de Europa. A partir del siglo XVIII –momento en el cual se creó el virreinato del Río de La Plata- se apreció en el Alto Perú un pronunciado descenso en la actividad minera, particularmente evidente en las minas de Potosí, en abierta decadencia, en las cuales la extracción de plata descendió de 70 a 40 toneladas anuales. Las actividades extractivas como este tipo de minería tuvieron un final inimaginablemente dramático, que acarreó tanto la destrucción de los pueblos originarios como el agotamiento de un recurso no renovable como la plata. La villa imperial de Potosí, cuya población una vez llegó a los 160.000 habitantes, contaba en el siglo XVIII con 30.000 habitantes. Esta fue la coyuntura en la cual se llevarían a cabo los levantamientos de José Gabriel Condorcanqui (1742-1781), mejor conocido como Tupac Amaru, identificados principalmente con el descontento de los indígenas por la explotación a la que habían sido sometidos. Estos levantamientos de genuino origen popular constituyeron un llamado de advertencia para un imperio que ya tenía sus días contados. La importancia política y económica del ciclo del cuero. Coincidentemente con la decadencia de la explotación de la plata en el Alto Perú, el mercado internacional (léase británico) estaba sumamente interesado en el entonces producto típico del Río de la Plata: el cuero. Se debe tener en cuenta que entonces el cuero no solo desempeñaba el papel que desempeña en la actualidad: además del calzado y, por ejemplo, la encuadernación de libros, la inexistencia de una energía propulsora alternativa a la tracción a sangre, lo convertía en un insumo insustituible para, entre otros, la fabricación de correajes para maquinarias, atalajes, arneses, sillas de montar y otros elementos indispensables para el transporte en aquella época. La existencia de numeroso ganado cimarrón (yeguarizos) en el Río de la Plata lo hacía un producto barato y abundante, cuyas ventajas comparativas sin lugar a dudas le asignan el carácter de primer ciclo propiamente dicho de la economía argentina.
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