Tener, O No Tener Hijos
Enviado por karinastegher • 17 de Agosto de 2014 • 1.086 Palabras (5 Páginas) • 315 Visitas
La maternidad es aún, un deber indiscutible para la mayoría de las mujeres
Tener, o no tener hijos
A pesar de los desafíos de la vida moderna, el ideal de la familia es plantea-do como garantía absoluta de felicidad.
La Felicidad, es un ideal que muchas veces representamos en nuestra mente como una pintura intocable que simboliza eso, que de forma instantánea nos llevará al cielo, o cuanto menos, a algo parecido a ello. Algunas mujeres, en la época actual lo visualizan en aras de la realización personal. Otras, en cambio, tratan de combinar las aspiraciones individuales, con la azarosa tarea de formar una familia como un deber atávico que no se cuestiona ni replantea.
La vida familiar está signada por las relaciones de amor. La mayoría de los seres humanos podemos dar fe de esto. Además, desde los inicios de la humanidad, hombre y mujer se han unido y como consecuencia, los hijos llegaron sin muchos cuestionamien-tos. Ely Chinoy en su análisis sobre la estructura social, da cuenta de que en los anti-guos esquemas agrarios o pastorales la multiplicidad familiar era un pilar importante, puesto que constituía la fundamental mano de obra, para el trabajo de campo, que bene-ficiaría a todos sus integrantes. Además, cada individuo tenía una función social que lo contenía en dicha estructura. Actualmente, convivimos en la sociedad posmoderna, de-rivada de la etapa industrial, en la que se privilegian las aptitudes individuales. El mode-lo familiar se orienta a lo conyugal. La tecnología derivó, entre otras ventajas, a la exis-tencia de opciones anticonceptivas, que permiten planificar la familia, postergarla o evitarla. Entonces, estamos hablando de un replanteo que solo posible hacer en esta era.
Los mandatos sociales, están aún a la orden del día. La psicóloga Mariel Vega es-pecialista en relaciones de pareja, confirma la existencia del valor social de que “la mu-jer tiene que casarse y tener hijos”. En consecuencia, muchas se convierten en madres por cuestiones narcisistas y en aras de cumplir un rol social ancestral. Se suma a esto la posibilidad que brinda la inseminación artificial, de realizar este ideal sin la presencia del hombre. Así, a pesar de alterar la estructura familiar clásica, se refuerza la idea de “maternidad a toda costa”.
También, la influencia de concepciones religiosas, de todo tipo y origen, refuerza el modelo a favor de lo reproductivo. Sin importar el credo, si es el catolicismo, judaísmo, islamismo o los diversos cultos evangelistas, el papel de redención de la mujer es a tra-vés de la maternidad. Cualquier acción en sentido contrario, la convierte en una grave infractora de un destino divino.
Sin embargo, hay otras voces que se atreven a enunciar esas cosas que nadie más di-ce. El psicólogo Nattavudh Powdthavee, del Departamento de Economía y Estudios Relacionados de la Universidad de York, en el Reino Unido, realizó un interesante estu-dio en este campo. En un artículo publicado en The Psychologist, relata la investigación hecha en Europa y Estados unidos. Concluye, que madres y padres, presentan niveles significativamente más bajos de satisfacción, que los observados por adultos sin hijos. Estos, registran señales menores de bienestar vital, marital y mental, en comparación con otros, que no han sido padres. Las tensiones se registran, no solo en períodos de crianza, sino también cuando los hijos son económicamente
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