Trabajo Individual Social Y Trancedental
Enviado por adria_jireth • 13 de Mayo de 2015 • 776 Palabras (4 Páginas) • 193 Visitas
Se entiende por trabajo esa acción humana a través de la cual el hombre se perfecciona como hombre a la par que perfecciona la realidad física. De ahí lo positivo del trabajo, pues sin él, el hombre no mejora en humanidad. En efecto, por una parte, trabajar es añadir al mundo más perfección de la que él ofrece. Por otra, trabajar es perfeccionarse como hombre. El hombre añade porque sobreabunda. A nivel de naturaleza el ser humano da mucho más de lo que recibe; a nivel de esencia, irrestrictamente más; y a nivel de acto de ser personal, por mucho que dé no se gasta. La persona es dar. Ahí tenemos otro de los radicales personales. Se introduce el tema del trabajo para que, a través de él, que es una manifestación esencial (y habitual en todo hombre), podamos encaminarnos a conocer esa peculiar nota distintiva del núcleo personal humano, del ser, que es donante, oferente (del que se tratará directamente en el último Capítulo).
Para exponer la índole del trabajo es preciso, pues, ver el nexo de conexión de lo que el hombre hace con él mismo como persona. En efecto, al ejercer cualquier acción externa, nosotros no somos inmunes a las repercusiones de ella en nosotros. Uno mejora o empeora por dentro al actuar externamente, al desempeñar cualquier trabajo. El crecer intrínseco queda referido a la inteligencia y a la voluntad; y tal crecimiento –como se recordará del Tema 6–, son los hábitos y virtudes respectivamente. ¿Cuándo se produce ese crecimiento? Con lo que se puede llamar el “primer trabajo”. Además, este trabajo puede darse sin transformación ninguna de la realidad física, aunque acompaña siempre a nuestras actuaciones si éstas se dan. Este primer trabajo también es una donación, pues con él la persona humana perfecciona su propia esencia.
No obstante, de ordinario se entiende por trabajo el perfeccionamiento de la realidad externa mediante una serie de acciones que el hombre ejerce sobre ella, y así está bien entendido. También podemos añadir que el “primer trabajo” es la "transformación" de algo de sí, de algo del hombre por sí, por la persona. Si el hombre no pudiera perfeccionar su esencia humana por dentro, no podría disponer según su naturaleza corpórea y tampoco podría producir nada por fuera. Más aún, incluso con el trabajo externo el hombre se mejora o se empeora siempre por dentro. El hombre perfecciona, pues, no sólo la naturaleza del mundo, sino también, y sobre todo, su propia naturaleza; su esencia en mayor medida aún. El perfeccionamiento debe ser consciente de que ambas realidades tienen dueño, y de que el hombre no es su dueño sino su administrador. Sólo de esa consideración nace el respeto del hombre al cosmos y a su propia naturaleza humana. El mismo hombre no es inmune a lo que él hace, sino que en su hacer a él le pasa algo en su interior. En este sentido se dice que el hombre es un perfeccionador perfectible, es decir, que
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