UN TRISTE ADIOS.

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Un triste adiós

-pero, ¿Qué mierda paso aquí?-Shou miraba por la ventana al ejercito de espectros que trataba de entrar a la ciudad.

-Entremos de una vez y acabemos con esto-dijo Kyo impaciente mientras abría la compuerta de la nave.

-Kyo las liderara-dijo Jui, dirigiéndose a Iori y Shou-, bajaran aquí y eliminaran a todos los espectros, Camui ira a la muralla de Hades, yo ayudare en esta muralla. Jun dirígete al castillo directamente y ayuda a los que estén ahí.

-Entendido-dijeron todos al unísono.

La nave descendió rápidamente, y cuando estuvo a una altura considerable, Kyo salto de ella, seguido de Iori. Antes de que Shou saltara también, miro a Jui sonriendo.

-Te mostrare una vez mas la técnica que he creado, así algún día tal vez la puedas usar-dijo la chica guiñándole un ojo.

-Da tu mejor esfuerzo-le sonrío Jui.

Con una sonrisa, Shou salto de la nave, cayendo en picada y mirando como la batalla entre Kyo e Iori contra los espectros ya había empezado, una pequeña bola de fuego apareció en la palma de su mano y brillaba con intensidad mientras se acercaba al suelo.

-¡Stargazer!-exclamo la guerrera, y la pequeña bola de fuego se transformo en un gigantesco cometa-¡Apártense!-le grito a sus compañeros.

Ellos se alejaron casi al instante y segundos después, Shou cayo con la bola de fuego, causando una gran explosión. Espectros salieron disparados por todos lados, la mayor parte estaban calcinados. Shou invoco su sable y empezó a lanzar ondas cortantes en todas direcciones. Corriendo y deslizándose mientras blandía su arma, la chica cortaba los cuerpos de los espectros que se atravesaban en su camino.

-Bajare aquí-indico Jui y salto de la nave, estirando los brazos a los lados con su sable en la mano derecha, dio vueltas hasta caer agachado en el suelo, agrietándolo. Los espectros se acercaban a Jui corriendo y gruñendo. El guerrero se levanto y comenzó a masacrar a los débiles enemigos que llegaban a el dispuesto a matarlo.

Al verse rodeado de muchos enemigos, Jui salto, trazando círculos con su arma mientras ascendía al tiempo que una línea de fuego crecía de ella, hasta formar un tornado llameante que se expandía rápidamente. Los espectros gruñían de dolor y morían incinerados casi al instante. Jui cayo nuevamente, viendo como la nave se perdía de vista entre el humo de las casas y edificios que rodeaban a lo lejos el castillo, la noche casi reinaba en el cielo estrellado, ya que habían pocas franjas de color naranja, producto de la puesta de sol que en pocos minutos desaparecía.

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