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UNIDAD I MARCO CONCEPTUAL, FUNDAMENTOS DE AUDITORÍA


Enviado por   •  26 de Agosto de 2014  •  6.657 Palabras (27 Páginas)  •  615 Visitas

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INDICE

Introducción

1.1-Definición de Auditoría

1.2- Evolución Histórica

1.3- Clasificación e Importancia.

1.4- Auditoría de estados financieros.

1.4.1 Responsabilidad, importancia e informes.

1.5- Interesados: Accionistas, administradores, Estado, Inversionistas, Clientes, Acreedores, Trabajadores, etc.

1.6- Organismos que la regulan

1.7- El dictamen como resultado de la auditoría de estados financieros: Definición, estructura y tipos de opinión

Conclusión

Bibliografía

1.1 DEFINICIÓN DE AUDITORÍA.

Los diferentes tipos de auditorías y su finalidad han evolucionado en el transcurso de muchos años, y esa evolución sigue en marcha. Así, la auditoría debe definirse con la amplitud suficiente para abarcar sus distintos tipos y finalidades. La definición de auditoría que apareció en 1973 en la publicación A Statement of Basic Auditing Concepts, de la Asociación Norteamericana de Contabilidad (AAA), Comité de Conceptos Básicos de Auditoría, satisface ese objetivo ya que comprende tanto el proceso como las finalidades de la auditoría:

“La auditoría es el proceso sistemático de obtener y evaluar objetivamente la evidencia acerca de las afirmaciones relacionadas con actos y acontecimientos económicos, a fin de evaluar las declaraciones a la luz de los criterios establecidos y comunicar el resultado a las partes interesadas.

El comité de la AAA señaló que su definición era intencionalmente amplia y abarcaba “los muy diferentes propósitos para los cuales se puede practicar una auditoría y los diversos aspectos que es posible enfocar en un trabajo específico de auditoría”.

1. 2 EVOLUCIÓN HISTÓRICA.

Los historiadores creen que los registros contables tuvieron su origen alrededor del año 4000 a.C., cuando las antiguas civilizaciones del Cercano Oriente comenzaron a establecer gobiernos y negocios organizados. Desde el principio, los gobiernos se preocuparon por llevar cuenta de las entradas y salidas de dinero y el cobro de impuestos. Parte integrante de esa preocupación fue el establecimiento de controles, incluso auditorías, para disminuir los errores y fraudes por parte de funcionarios incompetentes o faltos de honradez.

Los más antiguos registros contables y referencias a auditorías, en el sentido moderno de la palabra, que se tienen en países de habla inglesa son los registros de los Erarios de Inglaterra y Escocia, que datan del año 1130. En Gran Bretaña, las primeras auditorías eran de dos tipos. Las de las ciudades y poblaciones se hacían públicamente ante los funcionarios del gobierno y los ciudadanos y consistían en que los auditores “oyeran” la lectura de las cuentas hecha por el tesorero; análogamente, las auditorías de los gremios se hacían ante los miembros. Hacia mediados del siglo dieciséis, los auditores de las ciudades marcaban a menudo las cuentas con frases tales como “oída por los auditores firmantes”. El segundo tipo de auditoría implicaba un examen detallado de las cuentas que llevaban los funcionarios de finanzas de los grandes señoríos, seguido por una “declaración de auditoría”, es decir, un informe verbal ante el señor del lugar y consejo. Típicamente, el auditor era miembro del consejo señorial y fue, por tanto, el precursor del moderno auditor interno.

Los dos tipos de auditoría practicados en Gran Bretaña antes del siglo diecisiete estaban encaminados primordialmente a examinar los fondos confiados a los funcionarios públicos o privados. Esas auditorías no tenían por objeto probar la calidad de las cuentas, salvo en la medida en que las inexactitudes pudieran indicar la existencia de fraude. Los cambios económicos de los 200 años siguientes introdujeron nuevos aspectos contables que se concentraron en el registro de las propiedades y en el cálculo de ganancias y pérdidas con un sentido comercial. También la auditoría comenzó a evolucionar, desde un proceso auditivo hasta el examen riguroso de los registros escritos y la prueba de la evidencia de apoyo. A finales del siglo diecisiete se promulgó la primera ley (en Escocia) que prohibía que ciertos funcionarios actuaran como auditores de una ciudad, con lo cual se introdujo la moderna noción de independencia del auditor en el mundo occidental.

Pese a estos progresos en la práctica de la auditoría, no fue hasta bien adelantado el siglo diecinueve (que trajo consigo la construcción de ferrocarriles y el crecimiento de las compañías de seguros, los bancos y otras empresas a base de acciones) cuando el auditor profesional se convirtió en parte importante del escenario empresarial. En los Estados Unidos, los ferrocarriles fueron de las primeras empresas en emplear auditores internos. Hacia finales del siglo diecinueve, los llamados “auditores viajeros” visitaban las muy dispersas agencias de boletos con el fin de evaluar la responsabilidad de los gerentes por el activo y sus sistemas de información.

Hasta principios del siglo veinte las auditorías independientes en los Estados Unidos siguieron el modelo de los procedimientos británicos. El trabajo de auditoría consistía en un examen detallado de los datos relacionados con el balance. Robert H. Montgomery, llamó a las primeras auditorías norteamericanas “auditorías de tender de libros” y estimó que las tres cuartas partes del tiempo se dedicaban a comprobar las sumas y los pases. Como no había requisitos establecidos para las auditorías y éstas en su mayoría eran practicadas por auditores británicos enviados por los inversionistas ingleses de las compañías establecidas en los Estados Unidos, la profesión avanzó lentamente al principio. Sólo unos cuantos trabajos sobre auditoría fueron publicados en ese país antes de 1900. En 1905 y nuevamente en 1909, Montgomery publicó ediciones norteamericanas de la obra Auditing: A Practical Manual for Auditors, escrita en Inglaterra por Lawrence R. Dicksee, y en 1912, reconociendo las diferencias entre las prácticas de los dos países, escribió el primer libro norteamericano de auditoría, Auditing, Theory and Practice, que posteriormente llevó el título de Montgomery’s Auditing.

Poco a poco, las auditorías en los Estados Unidos se convirtieron en “auditorías de prueba”, a medida que los procedimientos se fueron adaptando a las empresas de rápida expansión, las cuales consideraron que la verificación detallada, al estilo inglés, de las sumas y los pases llevaba demasiado tiempo y resultaba muy costosa. Además del empleo cada vez mayor de los métodos de prueba, los auditores comenzaron a obtener evidencia externa como un

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