Un Sueño Posible

UN SUEÑO POSIBLE

La dirección de John Lee Hancock hace destacar el trabajo del elenco. Además de Bullock, Quinton Aaron hace un muy buen trabajo como Oher, con sus miradas y expresiones faciales, las cuales transmiten serenidad, gracia y gentileza, a pesar de sus dimensiones físicas.

Pero quien se roba la película es el simpático Jae Head, como el hijo menor de los Touhy, y quien fue el que comenzó a tratar a Oher, aunque está un poco mal caracterizado, porque el verdadero S.J. es mucho mayor, según vemos en la secuencia final de fotografías de las personas que inspiraron el filme.

Si bien las películas que tocan temas relacionados con el deporte suelen limitarse a enfatizar la importancia de la perseverancia y el trabajo en equipo, Hancock prefiere centrarse en la generosidad y el impacto que una persona siempre tiene, para bien o para mal, en la vida de otras.

Los temas del racismo, las diferencias sociales, las relaciones familiares, el desprendimiento de los bienes materiales, el servicio a los demás como medio de realización personal, y el apoyo y la confianza entre los cónyuges, son todos tratados con objetividad. Aunque la familia Tuohy es cristiana evangélica, no se toca mucho el aspecto de su Fe, pero sin duda el director nos reta a las personas cristianas, de cualquier denominación, a vivir la auténtica caridad (amor al prójimo por amor a Dios).

Si coincidimos en considerar como una buena película a aquella que nos inspira a ser mejores, “Un sueño posible” es sin duda muy buena, y de las que hacen que valga la pena seguir yendo al cine.

Una breve escena de violencia familiar, algo de lenguaje vulgar, referencias a drogadicción, algunas expresiones de prejuicios raciales utilizadas para enfatizar que se originan en la ignorancia.

el poder que tiene el amor de un ser humano a otro, y este puede llegar a ser tal, como para realmente ofrecer ayuda que marque la diferencia en la vida de alguien y de muchas personas mas, tan solo con la ayuda e iniciativa de una persona.

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