SUEÑO

SUEÑO +VIGILIA = VIDA

Alumno: Aguelo R.

Era un lugar extraño, con ese orden desordenado en el que ni tú mismo sabes muy bien el lugar que ocupas en la escena. Había gente, algunos eran conocidos, incluso diría que eran parte de mi familia. De pronto me levanté, corrí y me lancé a una piscina que apareció, sí, apareció sin saber cómo, era como si saliese de un mundo mágico. Al entrar en el agua empecé a caer, mas y más, rápidamente; la piscina no tenía fondo y el aire faltaba a mis pulmones, sentí que me ahogaba…..

Cuando abrí los ojos me dí cuenta, sentí claramente, que había estado a punto de morir ahogado. La sensación no era nueva, la había sentido en otras ocasiones, quizá en ésta había sido más intensa, más larga, más angustiosa. Decidí consultar a un médico, me sometieron a una serie de pruebas y la conclusión fue rotunda, padezco apnea del sueño.

Aquél sueño fue real, las sensaciones respondían a una situación física que me estaba aconteciendo, realmente, en ese momento. Quizá fue, incluso, una forma de advertirme, de avisarme, de un problema grave que podría acarrear consecuencias irreparables.

Siempre he creído que el sueño forma parte de la vida y, por lo tanto es tan real lo que vivimos en él, como lo que vivimos cuando creemos estar en estado de vigilia. Si como dice Berkeley, “ser es ser percibido”, en los sueños percibimos cosas con los sentidos, nos emocionamos con ellas, luego, durante ese tiempo, son…. o al menos nos lo parece.

La vida es un todo, un todo que se va desarrollando desde el segundo uno de nuestra existencia hasta el segundo final. En ese todo hay, al menos, dos partes diferenciadas, la que denominamos parte activa, despierta, la que se desarrolla en un mundo que conocemos, con una disposición de las cosas acorde con nuestra lógica, donde los hechos tienen un origen y donde el sinsentido, aunque también convive con nosotros, es un sinsentido que nos resulta familiar y que está integrado plenamente con nuestra vida. La otra parte es aquella que acontece cuando relajamos nuestra actividad y nos abandonamos al descanso reparador; ahí aparece lo que denominamos sueño, con él llenamos una buena parte de nuestra vida, un tercio en números redondos, y en ese tiempo de descanso, nuestra mente, en cambio, permanece alerta, viva, despierta, creativa. Es el tiempo de las representaciones sin control, del surrealismo, de la caricatura, del absurdo…. calificativos, estos, que son la consecuencia de que analicemos los “sueños” con los criterios de la otra parte de la vida, de la “vigilia”, claro está.

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