Una historia de amor

“Y fue en aquel momento que me di cuenta, que amaba más a la soledad que al amor mismo”

Era una mañana fría, me había despertado más temprano de lo habitual, por lo que me quedaba bastante tiempo antes de que mi madre empezara a apurarme para ir a la escuela, así que esa mañana mi mente quiso torturarme un poco; empecé con él porque ningún chico se fijaba en mí y realmente no llegue a ninguna conclusión ya que no veía nada de malo en mí, pero eso duro unos pocos segundos ya que luego empezaron a llegar defecto por defecto a mi cabeza, como si algo los hubiera detenido, pero por un corto lapso de tiempo, y luego los hubiera dejado ir a todos juntos, para causar un efecto aún más fuerte en mis emociones. Estaba tan adentrada en mi pensamiento que para mí fueron tan solo 7 segundos, pero en realidad había pasado ya una hora por lo cual llegaría tarde a estudiar.

Pasada una semana me sentía cada vez peor por culpa de aquel pensamiento insoportable que había invadido mi mente de un momento para otro.

No quería llegar a mi casa porque sabía que el llegar a ese lugar, implicaba no tener nada que hacer, por lo tanto mi mente quedaba absolutamente libre para pensar y especular todas las teorías que yo creía, me hacían desagradable al público, y eso lo quería evitar a toda costa, pero no lo hice, y llegue a mi casa; aquello que me dijo mi madre me termino de derrumbar.

-tu padre y yo hemos decidido enviarte a un internado- no deje terminar a mi madre y la interrumpí gritándole con un NO de desesperación que venía de lo más profundo de mi alma, seguido por el fuerte estruendo que hizo la puerta de la habitación al ser cerrada con un odio tan profundo, que solo se siente una vez en tu vida.

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