Usted Puede Afrontar El Desanimo
Enviado por jo_hanita • 11 de Marzo de 2014 • 454 Palabras (2 Páginas) • 240 Visitas
¿Ha perdido un privilegio de servicio?
Hay quienes se han deprimido al haber tenido que renunciar a un preciado privilegio en su ministerio a Dios. Disfrutaban sirviendo a sus hermanos, pero cuando perdieron el privilegio pensaron que ya no eran útiles a Jehová y su organización. Si nos sentimos así, el ejemplo del escritor bíblico Marcos, también llamado Juan Marcos, nos dará una mejor comprensión del asunto (Hechos 12:12).
Marcos acompañó a Pablo y Bernabé en su primer viaje misional, pero, en pleno trayecto, los abandonó y regresó a Jerusalén (Hechos 13:13). Posteriormente, Bernabé quiso que Marcos los acompañara en otro viaje. Sin embargo, como dice la Biblia, “a Pablo no le pareció propio tomar consigo a este, puesto que se había apartado de ellos desde Panfilia y no había ido con ellos a la obra”. Bernabé no estuvo de acuerdo, y el relato pasa a señalar que “ante esto, ocurrió un agudo estallido de cólera, de modo que se separaron el uno del otro; y Bernabé tomó consigo a Marcos y se embarcó para Chipre. Pablo seleccionó a Silas y se fue” (Hechos 15:36-40).
Marcos tuvo que sentirse desolado al enterarse de que el respetado apóstol Pablo no quería contar con él, y de que una discusión sobre sus cualidades había desembocado en un distanciamiento entre Pablo y Bernabé. Pero eso no es todo.
Pablo y Silas todavía necesitaban un compañero de viaje. Cuando llegaron a Listra, hallaron al sustituto de Marcos: un joven de nombre Timoteo, quien tal vez no llevara bautizado más de dos o tres años. Aunque Marcos había pertenecido a la congregación cristiana desde su comienzo, incluso durante más tiempo que el propio apóstol Pablo, fue Timoteo quien recibió aquella asignación tan privilegiada (Hechos 16:1-3).
¿Cómo reaccionó Marcos cuando se enteró de que alguien más joven y con menos experiencia lo había reemplazado? La Biblia no lo dice. Pero sí indica que Marcos continuó activo en el servicio de Jehová. Aprovechó los privilegios que estaban a su alcance. Aunque no pudo servir con Pablo y Silas, acompañó a Bernabé a la tierra natal de este, Chipre. También sirvió en Babilonia con Pedro y, andando el tiempo, tuvo la oportunidad de colaborar con Pablo y Timoteo en Roma (Colosenses 1:1; 4:10; 1 Pedro 5:13). Más tarde, hasta escribió por inspiración uno de los cuatro Evangelios.
Su experiencia encierra una valiosa lección. Marcos no se concentró tanto en un privilegio perdido como para dejar de valorar los que aún estaban a su alcance. Se mantuvo ocupado en el servicio a Jehová, y fue bendecido.
Así que no se desanime porque haya perdido un privilegio. Si mantiene una actitud positiva y permanece ocupado, puede que reciba otros. Hay mucho que hacer en la obra del Señor (1 Corintios 15:58).
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