VIOLENCIA Y DEPORTES: REFLEXIONES SOBRE LA VIOLENCIA EN EL FUTBOL CHILENO Y ESTADIO SEGURO

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Universidad de Concepción

Carrera: Sociología

Asignatura: Sociología del Deporte

Docente: Miguel Cornejo A.

VIOLENCIA Y DEPORTES: REFLEXIONES SOBRE LA VIOLENCIA EN EL FUTBOL CHILENO Y ESTADIO SEGURO

Sebastián Aguilera Renault

Concepción, Ciudad Universitaria. 25 de enero 2013

Resumen: El presente artículo analiza la idea de violencia en torno al deporte,  busca dar con una justificación de este fenómeno por parte de quienes lo practican, la sociedad y las estructuras que ejercen el poder en dicha sociedad. Haciendo enfoque de la violencia en el deporte del futbol desde una mirada a su desarrollo histórico y mundial, para aterrizar en la comparación y posterior reflexión con la realidad nacional que se vivió en antaño, pero por sobre todo, la  realidad que se vive hoy en Chile con respecto al Plan de Estadio Seguro,  iniciativa impulsada por el ministerio del interior y seguridad pública, que busca eliminar la violencia en el futbol, garantizar el espectáculo y el retorno de la familia a los estadios. Este plan se presenta en un determinado momento político y evidencia una serie de contradicciones y medidas que no se condicen con lo que este pretende lograr en la ciudadanía. Por lo que la justificación corresponde a una medida biopolítica para la configuración de un nuevo público para el deporte del fútbol acorde con los modelos económicos predominantes y que alcanza todos los espacios de descanso en nuestra sociedad, incluyendo al futbol, el cual durante años se creía como permanentemente propio y al alcance de todos.

Palabras clave: deporte, futbol, violencia, teoría del conflicto, biopolítica, mercado

INTRODUCCIÓN

Los teóricos de la teoría del conflicto sostienen que la complejidad del mundo laboral y el trabajo industrializado crea en los individuos la necesidad de encontrar vías de escape y excitación para satisfacer sus necesidades mediante el consumismo.

Hoy en día el futbol como deporte globalizado se presenta no solo como una actividad recreativa y liberadora, también es uno de los mayores bienes de consumo a nivel mundial, generando adhesión en todas las edades no  tan sólo por  su simpleza como práctica deportiva, si no por su trascendencia comercial y cultural. Si a esto le sumamos la gran cantidad de fines ideológicos y las diferenciaciones culturales que se generaron en torno a este deporte a lo largo de la historia, no nos resultaría extraño que de aquí pudieran desprenderse antivalores como la frustración, la indignación, el odio y el ejercicio de la violencia.

El futbol ha sido testigo de innumerables hechos de violencia dentro y fuera del campo de juego, tanto en América como en el resto del mundo, tal vez más frecuentemente en nuestro continente por el que dicen, es el exceso de pasión que genera este deporte aquí, o tal vez el hecho de que estamos evidenciando nuestra posible indignación histórica  con las injusticias de las que Latinoamérica ha sabido.

Lo que aconteció en Chile y que  acontece hasta hoy con respecto a la violencia en el futbol, y más precisamente con  la aparición del llamado Plan Estadio Seguro, llama poderosamente la atención si consideramos que en Chile no se han dado y difícilmente se darán las fatalidades que se acontecieron en Europa, los hechos de violencia no han sido llevados al extremo de países vecinos como Argentina o Brasil; y si bien existe fanatismo no parece ser tan masivo en nuestra cultura. Por tanto la propuesta de estadio seguro no parece tan urgente, la gente no la solicitó en su mayoría, además de considerar que no es precisamente lo que en cuanto a calidad de vida y oportunidades se ha reclamado con tanta insistencia en el último tiempo. Al parecer es la voluntad de unos pocos que de futbol no saben mucho.

POSICIONAMIENTO

Para un posicionamiento teórico primero nos dirigiremos a la definición de deporte como: la actividad física individual o colectiva realizada como Ejercicio o placer, cuya práctica supone entrenamiento y la sujeción a ciertas reglas generalmente de carácter competitivo. De manera que la explicación más lógica a la consagración a lo largo de los años del futbol  como el más popular entre los deportes se debe a la simpleza de sus reglas, la fácil accesibilidad para la práctica libre de éste y el hecho de que sea una actividad física colectiva, ya que esto último supone una sociabilización constante entre quienes lo practican, entendiendo la socialización como la transmisión e interiorización de pautas culturales hacia un grupo que harán más eficiente la sociedad y como el proceso encargado de construir la identidad, este último aspecto es fundamental en la masificación del futbol ya que cada club está fundado solemnemente bajo  el reconocimiento hacia una ideología, una imagen, un símbolo, un color, o simplemente elementos propios de cada cultura los cuales deben ser defendidos a toda costa mediante el  transcurso del juego. 

Con respecto a la violencia en el deporte, la aparición casi natural de la violencia como fenómeno es justificada por variadas teorías, siendo para nosotros la principal, la teoría del conflicto, la cual nos dice que; la acción social es resultado del enfrentamiento por los intereses de individuos o grupos sociales opuestos, siendo el conflicto de interés el divisor de una sociedad en diferentes clases, grupos e instituciones que disputan tipos de poder. De manera que no necesariamente la violencia entendida en primera instancia como un conflicto no físico es elemental para el desarrollo del deporte, más si se considera un deporte grupal como el futbol que envuelve distintas aristas de la sociedad. Por otro lado, la violencia mayormente explicita puede ser entendida mediante la teoría funcionalista, en donde Merton (1993), señala la existencia de funciones sociales como partes de la estructura social en donde destaca dos tipos de funciones; como lo son las manifiestas y las latentes, estas últimas corresponderían a consecuencias no deseadas en contraposición a las manifiestas, ejemplificándose con fenómenos como la violencia, es decir , la violencia sólo sería una consecuencia accidental de la acción social que produce el futbol. Finalmente  Marsch, Rosser y Harré interpretan la violencia como “una batalla ritual sobre un territorio en que los actores proyectan su agresividad contenida”, por lo que la violencia se da en el futbol por la finalidad de conseguir la victoria tanto para los jugadores como para los espectadores.

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