Valores familiares
Enviado por roberto906 • 15 de Diciembre de 2012 • Trabajo • 1.690 Palabras (7 Páginas) • 639 Visitas
. INTRODUCCIÓN
La familia es el elemento más importante para formar a las personas en la sociedad actual. En la familia existen oportunidades de vivir e integrar los valores y los antivalores. La familia es el elemento de la humanidad que permite distinguir a la sociedad actual. La familia es y sigue siendo la principal fuente en donde se deben de cultivar y practicar los valores.
En la familia se proporcionan experiencias de aprendizajes respetadas con el lenguaje, los valores la cultura y el carácter personal. En la familia se aprende de un medio benéfico más grande de la práctica de valores a través de la ayuda mutua.
Los valores más importantes de la familia mexicana son: el afecto, la cooperación, la humildad, la amistad, la lealtad, lo patriota, etc.
Los antivalores son los que no han favorecido el desarrollo y progreso de los mexicanos. La copia de modas extranjeras a través de los programas de los medios masivos de comunicación ha favorecido a la práctica de los antivalores así mismo, la ausencia de programas educativos para los niños, jóvenes y adultos en donde se dé a conocer la cultura autentica de los mexicanos a nivel local, regional, nacional e internacional.
2. CONTENIDO
La familia sigue siendo en México la base de la sociedad. En tal caso […] ésta tiene prioridad sobre el trabajo o cualquier otro aspecto. Los hijos poseen un papel primordial; por lo tanto sienten seguridad emocional, aunque son muy dependientes de la familia; También a los padres se les cuida y se les respeta en su ancianidad. Como, resultado de este ámbito familiar y educativo, el ejecutivo en un inicio parecerá demasiado condescendiente con sus superiores; llevará a cabo sus instrucciones, sin réplicas mostrándose incapaz de superar por sí sólo los problemas. Asimismo, el ambiente de la empresa le proporcionará seguridad por lo cual se entiende que […] difícilmente se desplacen.
Hill dice que el hogar es el ambiente original de aprendizaje. Como tal, es un lugar cálido que da facilidades. El hogar puede proporcionar experiencias de aprendizajes sacralizadas con el lenguaje, los valores la cultura y el carácter personal. En la comunidad el niño aprende de un medio social más grande de experiencia a través del servicio. Un refrán africano reconoce este hecho: ‘se necesita una aldea para educar a un niño’.
Para Ackoff la mayoría de los adultos contemporáneos creció en culturas centradas en el hogar, en las que la vida gravitaba alrededor de la familia y la comunidad inmediata de la que formaba parte. Por otra parte, la mayoría de los jóvenes actuales creció dentro, de una cultura centrada, en el mundo en la que saben más de la India y China que la mayor parte de los adultos supo de las ciudades vecinas durante su niñez. La transportación y comunicación moder¬na ha permitido a los jóvenes recorrer mundo mientras son jóvenes.
La generación anterior tuvo que esperar a su madurez para lograrlo. Los lugares que para la generación anterior fueron abstracciones durante su juventud, son conocidos de la juventud contemporánea y los conocen como cosas reales, poblados por personas, seres humanos.
Dice Ackoff que la generación anterior creció en hogares que eran los centros del mundo de los padres; esto no sucede con sus hijos. Muchos de los padres de hoy día están orientados a su carrera más que a su hogar. Casi no viven sus vidas en y a través de sus hijos como lo hicieron sus padres. Los padres de ayer aspiraban que sus hijos tuvieran más de lo que ellos tuvieron; los de hoy desean más para sí mismos. Los padres de antaño deseaban que sus hijos fueran mejores que ellos; los de hoy desean que sus hijos sean tan buenos como ellos mismos.
Comenta Ackoff que la juventud actual observa cómo sus padres y otros adultos manipulan su espíritu mediante el alcohol, fármacos, tabaco y muchos otros productos ingeridos o inhalados. Oyen decir que son malos, peligrosos para los niños, aunque observan el placer obvio que los adultos obtienen de aquello. Ya que no se les facilitan las muletas que usan sus padres, han encontrado las propias. Si romper las leyes necesarias para obtenerlas, no es peor que lo que hicieron sus abuelos para tener acceso al alcohol durante la prohibición.
Para empezar […] se ha dicho que el mexicano tiene un complejo de inferioridad. Al respecto, estudios muestran que lo que a primera vista parecía un complejo de inferioridad, es solo una actitud, propia del mexicano, que consiste en no saber valorar la importancia del individuo, ya que lo importante en México no es cada persona, sino la familia que éste forme. Se ha mostrado, por ejemplo, que mientras los norteamericanos sostienen que pelearían por los derechos del individuo, los mexicanos nos dicen que pelearían por los derechos de la familia. Así pues, lo que sucede es que Juan o Pedro, como personas aisladas, son poco importantes, pero Juan y Pedro, como miembros de la familia Rodríguez o de la familia González, son importantes.
Díaz-Guerrero dice que esto es intere¬sante porque, considerando que el mexicano tenía un complejo de inferioridad, se pensó también que los mexicanos serían muy inseguros. Sin embargo, los estudios han mostrado que los niños y adolescentes mexicanos, emocionalmente hablando, se sienten tan seguros de
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