Violencia Intrafamiliar

 Introducción.

En el momento que alguien de la familia recurre a los golpes o agresiones verbales, o deja de cumplir con sus deberes y obligaciones en su trato diario con los menores y adultos de la casa, comete violencia intrafamiliar.

La violencia intrafamiliar existe cuando uno de los integrantes de la familia, por acción u omisión, daña la vida o la integridad física o psicológica, e incluso la libertad de otro u otros integrantes, y afecta el desarrollo de su personalidad.

La violencia intrafamiliar es consecuencia de diferentes situaciones de carácter familiar, social y cultural.

Implicaciones sobre las causas y efectos de la situación problemática en su ámbito escolar.

Los niños que crecen con violencia, ya sea como víctimas o como observadores de un ambiente familiar violento, están expuestos a un desarrollo mental anormal, patológico, con desviaciones y problemas emocionales.

Entre las principales necesidades del niño, además de las propiamente fisiológicas son las emocionales como: la seguridad, el sentido de la pertenencia y abrigo en un ambiente de afecto que sea capaz de ofrecer protección y estímulo para un desarrollo sano.

Cuando el niño es descuidado, agredido o simplemente abandonado, como víctima de una agresión pasiva de los padres, el infante muestra claros signos de alteraciones, entre los cuales es notorio su desarrollo anormal, los trastornos del afecto, del comportamiento inclusive conductas auto-agresivas.

Estos trastornos se presentan tanto en el recién nacido, como en la edad preescolar, manifestándose con diversas características.

En los niños preescolares y mayores, las consecuencias de vivir en un ambiente familiar, social y/o escolar cargado de violencia, ejerce un efecto negativo y notable en los parámetros del desarrollo normal, presentando, entre otras, algunas de las siguientes características:

• Dificultades escolares.

• Memoria distorsionada (dificultades en la retención y evocación).

• Capacidades cognitivas disminuidas.

• Trastornos de aprendizaje y de conducta.

• Hiperactividad.

• Rasgos y conductas antisociales.

• Muestras de ira y resentimiento, con conductas agresivas y provocativas.

• Reproducción de conductas violentas.

• Formas de relación social disfuncional, alterando sus habilidades sociales.

• Represión de sentimientos, mecanismo de defensa que ocasionará alteraciones serias en la vida posterior.

• Disminución en su capacidad de comprensión y empatía con las demás personas.

• Incapacidad para reprimir conductas y actitudes violentas; falla del control de los impulsos.

• Insensibilidad a la violencia en general.

• Baja autoestima, alteración de su auto concepto y de sus propias capacidades, y distorsión de la imagen de sí mismo.

• Poca capacidad de proyectar su futuro con visiones de éxito, anticipando un futura deprimente y no optimista.

• Desconfianza hacia los demás y con incredulidad ante las muestras de afecto y apoyo, provocando el rechazo de la gente, con profecías auto cumplidoras.

• Dificultad para concentrarse en las tareas inmediatas, como el aprendizaje, el juego y la socialización.

• Patología y alteraciones del juego.

• Dificultad para respetar y acatar límites y disciplina escolar con los parámetros socialmente aceptados.

 Manejo de la situación problema en la comunidad educativa.

¿Cómo podemos tratar la conducta agresiva del niño?

Cuando se trata la conducta agresiva de un niño en psicoterapia es muy importante que haya una fuerte relación con todos los adultos que forman el ambiente del niño, porque debemos incidir en ese ambiente para cambiar la conducta. Evidentemente el objetivo final es siempre reducir o eliminar la conducta agresiva en todas las situaciones que se produzca, pero para lograrlo es necesario que el niño aprenda otro tipo de conductas alternativas a la agresión. El tratamiento tendrá siempre dos objetivos a alcanzar: por un lado la eliminación de la conducta agresiva y por otro la potenciación junto con el aprendizaje de la conducta asertiva o socialmente hábil.

Vamos a ver algunas de las cosas que podemos hacer. En el caso de un niño que hemos evaluado la cual se mantiene por los reforzadores posteriores, trataremos de suprimirlos: si sus conductas no se refuerzan,

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