Vitalidad y Crecimiento Personal

INSTITUTO POLITECNICO NACIONAL[pic 2][pic 3]

ESCUELA SUPERIOR DE COMERCIO Y ADMINISTRACION

UNIDAD SANTO TOMAS

LICENCIATURA EN NEGOCIOS INTERNACIONALES

Curso Propedéutico

Actividad de Aprendizaje 13

La Síntesis.

Vitalidad y Crecimiento Personal

Nombre del Alumno: Campos Mendoza Viridiana

VITALIDAD Y CRECIMIENTO PERSONAL

La vida puede parecer simple o complicada, todo depende de la manera en que queramos verla pues implica diferentes aspectos para que sea disfrutada, pero sobre todo, aprovechada. La planeación de esta es el comienzo de lo que vendrá después ya que no puede haber acción sin saber qué es lo que se hará y cómo se llevará a cabo. Si se hiciese de manera contraria, los resultados podrían ser no tan satisfactorios como se especularía.

Muchas personas decimos conocernos pero realmente es una tarea que va más allá de saber lo que nos gusta y lo que nos desagrada; es ser consciente de la manera de pensar, lo que nos hace sentir bien, tener un criterio propio, saber hasta dónde podemos llegar y conocer cuáles son nuestros límites sin sobrepasarlos. Tener metas realizables, tener presentes nuestras debilidades y fortalezas; lo que considero una amenaza y una oportunidad ya que no todo viene de la misma forma para todos. Somos diferentes uno de otro, tenemos necesidades y metas distintas por lo que no pretendamos saber quiénes somos a través de otras personas.

Al estar rodeados de diversos factores que influyen en nuestra manera de ser y de pensar, dígase religión, familia, escuela, trabajo, amigos, etc., podríamos estar confundidos entre lo que somos, lo que decimos ser o lo que los demás quieren que seamos pues, vivimos en una sociedad ya definida y enmarcada en cuanto a valores, códigos de comportamiento, que, al ser “transgredidos”, esta busca enjuiciar al autor.

Que ya lo dijo un gran físico y astrónomo italiano del siglo XVI, Galileo Galilei, “la mayor sabiduría que existe es conocerse a uno mismo”, pues es de aquí de donde emergerá el éxito o fracaso al que decidamos llegar.

Cuando se es niño realmente nada importa, tal vez sea esa la dicha más grande de serlo. Uno no tiene que preocuparse por comer pues esto no es más importante que jugar, aunque eso también vaya cambiando con el paso de los años ya que ahora la tecnología, a medida que avanza, devora la atención de personas cada vez más jóvenes arrebatándoles etapas.

Pero bueno, regresando al punto de la importancia que damos a la vida en la niñez, nos lleva a la realidad cuando crecemos. La vida se va volviendo más “difícil” pues comienza a llenarse de obligaciones, responsabilidades, situaciones decisivas, lecciones de las que hemos de aprender, caídas; pero también triunfos, satisfacciones, las ganas de seguir adelante y el hambre de conocimiento así como de autorrealización se vuelven más grandes llevándonos a lugares que posiblemente nunca imaginamos antes.

Entonces, al ser más conscientes de lo hacemos, lo que somos y lo que queremos ser, viene la necesidad de planear, de decidir hacia dónde ir, qué camino tomar porque nos gusta, porque queremos y porque sabemos que es para lo que fuimos hechos.

Fijar ese rumbo puede ser difícil para muchos pues vivimos en un mundo en el que no existen las mismas oportunidades para todas las vocaciones aunque cada una de ellas tenga su razón de ser y sea la de muchos individuos; pero hay que considerar también los planes que queremos realizar en otros aspectos de la vida.

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