Vivienda y habitat en la region

VIVIENDA Y HABITAT EN LA REGION

1.1 La situación actual

Para hablar de América Latina hay que hacer referencia a su carácter heterogéneo y a las 20 Américas (Nahoum, 2003,13), representadas en las disímiles realidades de sus países integrantes, sin embargo algunos indicadores pueden darnos pautas someras sobre sus rasgos generales.

América Latina se caracteriza por presentar altos niveles de pobreza y desigualdad social, económica y política. La pobreza afecta al 39.8% de los latinoamericanos/as, de los cuales el 34.1% vive en el área urbana y 58.8% en el área rural. En situación de indigencia está el 15.4% de la población del continente, 10.3% vive en las zonas urbanas y 32.5% en las zonas rurales (CEPAL, 2007). Del total poblacional, el 77.8% es urbano, haciendo que América Latina sea la región más urbanizada del mundo (CEPAL, 2007). Casi un 44% de la población urbana habita en “tugurios” o barrios precarios, y solo el 24% de los hogares pobres urbanos vive en alojamientos sin problemas de calidad, servicios o seguridad de tenencia.

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Esta irreversible tendencia de urbanización, resultado del acelerado crecimiento de la población junto al deterioro de las condiciones de vida en las áreas rurales se ve agravada por la retirada del Estado de sus responsabilidades ligadas a la solución de las necesidades habitacionales. Entre el año 1990 y el 2000, en un incremento sustancial del déficit de vivienda en la región, éste aumentó de 38 a 52 millones de unidades, de las cuales un 39% corresponde al déficit cuantitativo y un 61% al déficit cualitativo (carencia de servicios, CEPAL, 2006), con el consecuente crecimiento de los asentamientos periurbanos informales1.

De los aproximadamente 127 millones de hogares en la región en el 2000, 20 millones vivían hacinados compartiendo viviendas con otros hogares y 30 millones habitaban unidades que no disponían de condiciones sanitarias adecuadas, protección ambiental apropiada (BID, 2006) o estaban construidas con materiales ligeros y sin seguridad de tenencia. Del total de su población urbana, el 86% tiene acceso al agua potable y a servicios de saneamiento básico, en tanto que en el área rural solo el 49% dispone de ellos (CEPAL, 2007) La población más afectada por esta situación son los pueblos indígenas y dentro de ellos las mujeres, en particular las mujeres indígenas jefas de hogar y los jóvenes (CEPAL, 2005).

Tiene también un fuerte efecto sobre la magnitud de estas cifras, el deterioro del parque habitacional existente, incidiendo en una subida sustancial del déficit cualitativo. Los problemas en la calidad de la vivienda afectan con mayor crudeza y en un porcentaje más alto a las unidades habitacionales del área rural, en tanto que es considerablemente mayor el número de personas afectadas en las zonas urbanas. A esto se suma una problemática más reciente, la de los llamados “con techo”,

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