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Walking Disaster


Enviado por   •  9 de Octubre de 2014  •  895 Palabras (4 Páginas)  •  169 Visitas

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Incluso con el sudor de su frente y la falta de aliento, no parecía enferma. Su piel no tenía el

resplandor rosado al que estaba acostumbrado, y sus ojos no eran tan brillantes, pero ella

todavía era hermosa. La mujer más bella que había visto.

Su mano se deslizó fuera de la sábana, mientras movía un dedo. Mis ojos se perdieron en su

fragilidad, en sus uñas amarillas, por su brazo delgado, su hombro huesudo, estableciéndose

finalmente en sus ojos. Ella estaba mirando hacia mí, sus párpados dos rendijas, sólo lo

suficiente para hacerme saber que sabía que yo estaba allí. Eso es lo que me gustaba de ella.

Cuando me miraba, ella realmente me veía. No veía más allá de mí a otras docenas de cosas

que tenía que hacer con su día, o se desconectaba de mis historias estúpidas. Ella las

escuchaba y eso la hacia muy feliz. Todos los demás parecían asentir sin escuchar, pero no

ella. Nunca ella.

—Travis— dijo, con la voz ronca. Se aclaró la garganta, y la comisura de su boca se convirtió

en una sonrisa. —Ven aquí, nene. Está bien. Ven aquí

Papá puso unos dedos en la base de mi cuello y me empujó hacia adelante mientras

escuchábamos a la enfermera. Papá la llamaba Becky. Ella llegó a la casa por primera vez

hace unos días. Sus palabras eran suaves, y sus ojos un poco agradables, pero a mi no me

gustaba Becky. No podía explicarlo, pero su ser, ahí presente, daba miedo. Sabía que ella

podría haber estado allí para ayudar, pero no era una buena idea, a pesar de que papá

estuviera bien con ella.

Un leve empujón de mi padre me empujó hacia adelante varios pasos, lo suficientemente

cerca como para que mamá pudiera tocarme. Ella estiró sus largos y elegantes dedos y rozó

mi brazo.

—Está bien, Travis— susurró. —Mami te quiere decir algo.

Metí mi dedo en mi boca, y empujé alrededor en mis encías, inquieto. Ella asintió con la

cabeza haciendo su sonrisa mas grande, así que me aseguro de hacer grandes movimientos

con la cabeza mientras me adelantaba hacia su rostro.

Ella usó lo que quedaba de su fuerza para deslizarse más cerca de mí, y luego se tomó un

respiro. —Lo que voy a preguntarte va ser muy duro, hijo. Sé que puedes hacerlo, porque

ahora eres un niño grande

Asentí de nuevo, reflejando su sonrisa, aunque yo no lo quisiera. Sonreír cuando se veía tan

cansada e incómoda no se sentía bien, pero verme valiente la hacía feliz. Así que era valiente.

—Travis, necesito que escuches lo que te voy a decir, y aún más importante, necesito que lo

recuerdes. Esto va a ser muy duro. He estado tratando de recordar cosas de cuando yo tenía

tres años, y yo. . . — Ella se fue apagando, por un rato el dolor fue demasiado grande.

— ¿El dolor se vuelve inmanejable,

...

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