William blake

Oral

Al analizar los sonetos, elegimos los versos que resultaban pertinentes en cuanto al tema elegido. Tenemos dos posibilidades de lectura: en primer lugar, la lectura propiamente dicha que nos permitió analizar la naturaleza y sus asociación al paso del tiempo en los sonetos y por otra parte, el dibujo como representación concreta que da cuenta de las manifestaciones de la naturaleza (a partir de las estaciones) y de ese juego de luces y sombras.

Tratamos de mantener la claridad y la oscuridad como dos polaridades que se relacionan con la juventud y vejez del hombre. Se eligió la pintura y no otro material (como las fotografías, el collage, etc.) porque permite delinear mejor los contrastes, los claroscuros y la degradación. Esto es posible visualizarlo en el césped que culmina cubierto de nieve y en la mutación del follaje de los árboles.

Si tenemos en cuenta los estudios de Montesantis, el sentido simbólico de la lectura de los sonetos es mucho más despierto si se evoca íconos subyacentes en obras plásticas y literarias. En ese sentido enfocamos aparte en otros textos para crear vínculos de intertextualidad, por ejemplo el cuento de Oscar Wilde: “el gigante egoísta”. En este cuento se cuenta la historia de un gigante que vivió siete años con su amigo el ogro y decide regresar a su castillo, cuyo jardín es grande, adorable, bonito. Al retornar al hogar descubre a un grupo de niños que juegan en él y los echa de su propiedad dejando en claro que nadie puede jugar en su jardín. Acto seguido levanta un muro enorme alrededor del mismo y coloca un cartel donde dice que se prohíbe la entrada.

Debido a esto, el jardín entra en un estado de invierno interminable: ni la primavera ni el otoño quieren entrar en él, por el contrario, el viento del norte, la nieve y el granizo se apoderan completamente de su espacio.

El otoño dio frutos a todos los jardines, pero al del gigante no le dio ninguno. El otoño decía: “es demasiado egoísta”.

Sin embargo, una mañana despierta y nota que la primavera ha regresado a su castillo, ¿cuál era la razón?: Los niños (los niños, la juventud traen la primavera al jardín del gigante egoísta, vemos nuevamente como la naturaleza acompaña el accionar del hombre, resaltando la belleza juvenil, si los niños no jugaban en el jardín del gigante egoísta, la primavera y la belleza nunca llegarían a él)

Una mañana de invierno estando el gigante ya viejo (nuevamente la vejez acompañada de la naturaleza y el paso del tiempo) hace su aparición el niño al que él había ayudado una vez a subir el árbol (Jesús) para llevárselo al paraíso. Esa tarde, los niños que jugaban en su jardín, encontraron al gigante bajo un árbol, muerto y cubierto de flores blancas.

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