ÉTICA E INTEGRIDAD
Enviado por Miguel_Gonzalez • 25 de Septiembre de 2013 • 1.881 Palabras (8 Páginas) • 332 Visitas
ETICA E INTEGRIDAD
Definición.
Ética: Relativo a los principios de la moral
Integridad: Relativo a Integro <completo/se usa como sinónimo de honradez, probidad, moralidad, rectitud, decencia, lealtad, virginidad, castidad, pureza, inocencia, totalidad, plenitud, generalidad, entereza.
Ética Moral: es la capacidad del ser humano para decidir sobre su comportamiento por sí mismo.
Ética Personal: Total o amplia gama de aptitudes poseída por una persona.
Ética proviene del griego Ethikos, cuyo significado es carácter, y esta tiene por objeto el estudio de la moral y la acción humana. La moral, es un vocablo que se usa para designar valores, normas, y costumbres de un individuo o grupo humano determinado.
La Palabra ética, alude al intento racional de fundamentar la moral, en cuanto al fenómeno de moralidad (carácter o manera de ser). La ética es una temática del ethos=costumbres o hábitos, poniendo en cuestión los postulados sobre los que se basa la acción moral, pretendiendo que estos preceptos sean más adecuados a un determinado proyecto social.
Las definiciones y conceptos antes anotados, nos permitan ver que la ética y la integridad, aunque son conceptos diferentes, siempre están relacionadas. Llama la atención, la gran cantidad de sinónimos que los diccionarios aportan, al referirse a la palabra integridad, concluyendo que todo calificativo virtuoso se asocia con ella.
Directamente, cuando la integridad se refiere a la persona, se le identifica con un individuo veraz, completo, pleno de virtudes, que ha alcanzado madurez en el carácter. Debido a que la integridad se descubre con la exposición del carácter, y el carácter no es otra cosa que la demostración de la ética personal, o lo que es lo mismo; el reflejo de sus valores, concluyo que:
“un individuo será tan íntegro como sean sus valores y el nivel que tenga con la práctica de los mismos”
Al considerar que la moral de un individuo, es el resultado de la adopción de los valores que este ha asimilado en el curso de su vida; estos valores también ocuparan un lugar de aprecio, que se verán reflejados en la conducta.
Como es de saberse, los valores pueden ser tan variados, dependiendo de elementos tales como: la diversidad de las sociedades que nos influencian, el curso de las épocas, y obviamente, la información que penetra a la conciencia del hombre. Así pues, dentro de estos elementos que determinan nuestros valores está presente la educación, la influencia familiar, la vida espiritual, la patria, las amistades, la comprensión de la vida, etc. Estos son elementos que forjan valores, los cuales se nos han enseñando a considerarlos como preciados, de tal forma que, la manera como aprendemos a valorarlos, será en gran medida lo que defina nuestra ética personal.
Recordemos que la ética, estudia la moral y la moral designa los valores, normas y costumbres de un individuo; y cuando elegimos tener la conducta normada con valores que le han dado una dignidad a nuestra personalidad y carácter, entonces tendremos una mayor facultad para conducirnos con integridad. En este pensamiento podemos concluir que:
“la integridad con que el individuo se puede conducir, depende de la acumulación personal de valores morales que lo habilitan para tomar acciones acertadas.”
Tendremos que considerar que siendo los valores, elementos sujetos a parámetros de validación, afectados por el relativismo de las épocas y sociedades diversas, el recurso para estandarizar tales valores morales, deberán tener como punto de referencia, la intervención de la conciencia. Aquí surge una consideración más que se asocia con la integridad, y es que; la conciencia es realmente la que regula los valores, siendo esta, una parte del ser que el Creador ha puesto en el hombre y que ha servido como “certificadora” de los valores que atesoramos, y que denuncia nuestra moralidad.
Con la conciencia podemos discernir de qué manera clasificaremos nuestras acciones, pensamientos y sentimientos, si estos son buenos o malos. Así pues:
“la integridad será el resultado de atesorar los valores de buen nombre que elegimos, basados en una sana conciencia, y estos valores serán evidenciados en todas nuestras acciones”
La máxima expresión de integridad solo podrá ser vista cuando se llegue a la estatura del varón perfecto; el tal, es mencionado en las Escrituras, como resultado de la intervención directa del Dios Espíritu a través de sus obras y dádivas. Esta declaración se vuelve tan obvia, si concluimos que los valores eternos son los que Dios dicta en su Palabra para la perfección del hombre que los practica; y en estos valores eternos, están considerados todos los demás; sean valores familiares, valores sociales, valores educacionales, valores existenciales, valores patrios, valores espirituales, etc.
Si la integridad es equivalente a rectitud, a verdad, a estar completo; ningún esfuerzo secular podrá producir en el hombre la verdadera integridad. Es necesario el discernimiento que se activa mediante una conciencia limpia, para poder elegir y guardar dentro del ser, las cosas de valor que regularan el carácter y serán las que se manifestaran en las acciones.
Para tener integridad, se necesita evaluar lo que se considera de valor moral, siempre a la luz de lo que refiere el mandamiento bíblico y lo que dicta la conciencia tratada espiritualmente; de otra manera, se puede entorpecer la obtención de la integridad, cuando se recurre a la adopción de formas de conducta de dudoso valor.
En conclusión, notaremos que:
“un Hombre Íntegro, será un hombre cabal, con una ética definida y constante, de posturas firmes, producto de convicciones razonadas y entendidas, habiendo considerado siempre el mandamiento de Dios, como el estándar de su vida”
La
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