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Вioética y nutrición en salud pública


Enviado por   •  3 de Septiembre de 2012  •  Trabajo  •  1.097 Palabras (5 Páginas)  •  546 Visitas

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BIOÉTICA Y NUTRICIÓN EN SALUD PÚBLICA

De las necesidades humanas básicas, donde se incluyen: la libertad, la recreación, el trabajo, la vivienda, el vestuario, el afecto, la salud, la educación; la alimentación juega un papel fundamental, vital para la subsistencia como seres vivos. A través del estado nutricional de nuestra población, como un indicador válido para aproximarnos a la calidad de vida, podemos determinar las posibilidades de desarrollo de un país. Es por esto y mucho más que lo alimentario-nutricional está inmerso y vinculado con todas las esferas del quehacer nacional. No es de extrañar entonces, las múltiples y complejas aplicaciones de la Bioética en esta área del conocimiento.

La nutrición como derecho humano y la política alimentaria-nutricional nacional:

Pensar la nutrición como un derecho humano sería como pensar en el derecho de respirar aire puro, o en el derecho a vivir. ¿Acaso es necesario declarar que tenemos derecho a comer? Pareciera que si, y la reflexión acerca de algo tan obvio toma carácter universal, cuando vemos como comunidades enteras son desbastadas por la hambruna y la desnutrición extrema al otro lado del mundo, y cómo en nuestros propios países y casi frente a nuestros propios ojos, la inseguridad alimentaria va en aumento y los casos de malnutrición por exceso o por déficit y el hambre oculta nos van rodeando.

El UNICEF (1995) publicó un libro sobre los derechos del niño, en donde se dedica todo un capítulo para la exposición y análisis de la nutrición como derecho humano. Por su parte, la FAO (1996) convocó a una Cumbre Mundial sobre la Alimentación, celebrada en Roma. El resultado de ambos esfuerzos: llegar a un consenso universal sobre la necesidad inmediata de que cada nación se haga responsable de fijar unos mínimos morales a través de sus metas nutricionales, las cuales deberían concretarse dentro de las Políticas, Planes de la Nación y en sus Programas subsecuentes, teniendo como norte la seguridad alimentaria, la viabilidad y sustentabilidad de los programas, y la aceptabilidad por la población, al respetar y proteger sus costumbres alimentarias positivas.

Hasta hace poco, la tendencia era la de asociar la desnutrición con falta de alimento, siendo esta una postura reduccionista ante una problemática de mayor trascendencia. La política de estado no puede circunscribirse a sólo programas de suplementación y donación de alimentos, debe ir más allá y abarcar desde la producción y disponibilidad de alimentos hasta la biodisponibilidad de nutrientes, el estado de pobreza y la marginalidad misma. En Honduras la mayoría de los programas alimentarios han fracasado principalmente por falta de componentes educativos, de control y seguimiento, pero sobre todo porque no se ha trabajado en lo que el UNICEF propone como “people´s empowerment”, es decir, la comunidad organizada, participativa que junto con el apoyo del estado, se apoderan de sus problemas, procurando su solución y el desarrollo de la comunidad, bajo el enfoque de desarrollo de Amartya Sen, como “proceso de expansión de las capacidades de la gente”. Hasta ahora, el estado paternalista, todo lo ha dado “gratis” y “por intereses partidistas” y “si se dañaba o se malgastaba le daba uno nuevo”, manteniendo e incrementando la sumisión, el conformismo y la dependencia del pueblo. Basta entonces una leve crisis económica para que todo el sistema se caiga. Lamentablemente las decisiones políticas en materia alimentaria-nutricional no han sido prudentes ni justas.

Los derechos del consumidor, la publicidad y el

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