ARTHUR ANDERSEN
Enviado por vanessammv • 25 de Marzo de 2013 • 500 Palabras (2 Páginas) • 801 Visitas
"Piensa claro, había claro". Probablemente no encontrara declaración más explícita que ésta. Sin embargo, en Ar¬thur Andersen estas palabras, que se encuentran en el lema de la corporación, no fueron suficientemente claras, por¬que en junio de 2002 la compañía fue encontrada culpable de obstrucción de la justicia por haber destruido docu¬mento, relativos a Enron. Este dictamen fue el golpe final para una empresa antes orgullosa. El veredicto de culpable obligó a Andersen a dejar de prestar servicios de auditoría a empresas privadas; de hecho, fue la sentencia de muerte para la compañía. La parte triste es que si la compartía se hubiera comportado de acuerdo con las normas éticas defendidas por su fundador, Arthur E. Andersen, hoy prosperaría y pondría el ejemplo de altas normas en la profe¬sión, en vez de ser recordada por sus normas éticas bajas. La historia de lo que salió mal en Andersen no es sólo de auditorías chapuceras, aunque es parte de algunas de las más grandes que haya habido. Se trata más bien de un cambio fundamental en la cultura de la compartía y los va¬lores de una industria que se vanagloriaba de defender a los inversionistas de las empresas privadas.
Andersen fue fundada en 1918 por el contador Arthur E. Andersen. La compañía creció rápidamente durante el decenio de 1920, y ademes de prestar servicios contables a las empresas, comenzó a realizar investigaciones financie¬ras, lo que fue el inicio de su asesoría. Para 1979, la aseso¬ría administrativa sumaba 20% de las ganancias de la em¬presa. Después de la inundación de reorganizaciones de corporaciones durante el decenio de 1980, las tarifas de ase¬soría crecieron hasta 40% de los ingresos. Los contadores y los asesores emprendieron una lucha por el poder que se intensificó a medida que los ingresos aportados por los segundos se incrementaron. Las tensiones entre los dos grupos aumentaron hasta 1989, cuando en un intento por complacer a todos, se formó Andersen Worldwide como organización general. Pero ni siquiera el nuevo esquema resolvió el problema del poder. Los asesores estaban mo¬lestos por tener que compartir sus ganancias crecientes con sus socios de auditoría (a mediados de la década de 1990 la parte de ingresos de la asesoría era de 56%). En cambio, desde su punto de vista, los contadores pensaban que habían subsidiado el negocio de asesoría durante va¬rios años y muchas veces prestaban servicios de auditoría como “articulo de lanzamiento” sólo para ganar el negocio de asesoría de una compañía. A medida que aumenta¬ba la importancia de la asesoría, la auditoria dejaba de ser el “alma de la empresa”. Para 1997, la brecha entre los dos grupos era tan grande que los socios de Andersen Consul¬ting votaron por separarse. Después de tres años de arbi¬traje cáustico, el negocio de asesoría aceptó pagar a su empresa original 1000 millones de dólares por su indepen¬dencia
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