Abuso Infantil
Enviado por k3wito • 4 de Agosto de 2013 • 2.928 Palabras (12 Páginas) • 374 Visitas
Arquidiócesis
En la Iglesia católica de rito romano la archidiócesis o arquidiócesis (archi- y arqui- provienen del griego y significan 'ser el primero') es una diócesis con un rango superior a las convencionales. El título es un nombre honorífico y de él se deduce que el obispo titular sea denominado arzobispo. En las Iglesias orientales católicas, las arquidiócesis se denominan archieparquías.
Diócesis sufragáneas[editar]
La arquidiócesis suele presidir sobre un grupo de diócesis de una región, las cuales son conocidas como "sufragáneas", pero la incidencia del arzobispo en la vida de dichas diócesis es más de preeminencia que de injerencia, a menos que existan razones de fuerza mayor para ello como la imposibilidad de un obispo a regir la vida de su diócesis. No todas las archidiócesis tienen diócesis sufragáneas (por ejemplo, la Archidiócesis Castrense de España, no tiene porque no es una arquidiócesis territorial).
Razón de la elección del título[editar]
El título de "Archidiócesis" o "Arquidiócesis" lo da la Santa Sede y existen numerosas razones para ello. Las más importantes son:
1. La diócesis tiene una larga tradición histórica.
2. La diócesis tiene por territorio una importante región urbana de un país.
El pastor[editar]
Por lógica, el obispo recibe el título de arzobispo y éste constituye un cuerpo administrativo que dirige la labor eclesial de la archidiócesis. El arzobispo es nombrado sólo por elpapa y está bajo supervisión directa de éste (a diferencia de los obispos convencionales).
Abuso infantil
"El abuso de un niño despierta en nosotros una intensidad y
amplitud de emociones que está más allá de cualquier expresión
adecuada. Tal vez este crimen nos moviliza tan personalmente
debido a que recordamos lo que es alzar a nuestros propios hijos
por primera vez - el irresistible sentimiento de amor y de instinto
paternal más profundo de nutrir, enseñar y proteger. Es chocante,
casi inconcebible que alguien lastime a un niño. Es la última forma
de traición."
La sociedad se está uniendo, sublevándose en contra y desarraigando el abuso infantil. Una y otra vez, vemos
comunidades enteras movilizándose para buscar niños que se teme, hayan sido secuestrados y abusados. Cuando un
niño está en peligro se transforma en una noticia nacional.
Pero el abuso infantil no siempre fue tema de informes en los medios nacionales. Esta maldad acechaba en las
sombras, casi invisible, generalmente no mencionada. Sin embargo, aún antes de que el tema saliera a la luz en
Estados Unidos, Gordon B. Hinckley, Presidente de La Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos, públicamente
denunció el abuso infantil como una terrible maldad. A comienzos de la década de los 80, él captó nuestros
pensamientos y sentimientos cuando dijo en la transmisión de una conferencia mundial: "Estoy satisfecho de que haya
una creciente sensibilidad pública acerca de esta maldad insidiosa. La explotación de niños%u2026 para satisfacer
deseos sádicos es un pecado del más oscuro matiz."
¿Qué otra posición podría tomar la Iglesia
El tema llega al corazón de la doctrina de la misma. Los niños pequeños son inocentes y preciosos a la vista de Dios.
Jesucristo experimentó algunos de Sus momentos más tiernos con los niños y reservó Su lenguaje más fuerte para
quienes abusen de ellos. "A cualquiera que haga caer en pecado a uno de estos pequeños que creen en mí, más le
valdría que lo hundieran en lo profundo del mar con una gran piedra de molino atada al cuello." (Mateo 18:6). Es más, la
familia es el núcleo de la Iglesia. Los niños asisten a sus reuniones con sus padres. La práctica de la Iglesia incluye una
noche familiar semanal, en la cual otros intereses son dejados de lado para que se puedan edificar fuertes relaciones
familiares. En la familia, los padres se fortalecen el uno al otro para amar y proteger a sus hijos proveyendo un ambiente
en el que los niños puedan crecer y desarrollarse en una atmósfera de amor y apoyo. La Iglesia provee un lugar de
reunión para el objetivo familiar de criar a sus hijos con valores espirituales. Ambas instituciones, la Iglesia y la familia
tienen el interés más elevado en el bienestar de los niños.
En este documento, el tema del abuso infantil es desarrollado desde la perspectiva de La Iglesia de Jesucristo de los
Santos de los Últimos Días. ¿Qué se hace para desalentarlo
¿Qué hace la Iglesia por las víctimas
¿Han existido casos judiciales y acuerdos
Y si es así ¿por qué
¿Cómo trata la Iglesia a aquellos que abusen de niños
¿Cómo difieren las experiencias de esta iglesia, de otras organizaciones religiosas y seculares, y cuáles son las
similitudes
Tales temas son explorados en estas páginas.
Protegiendo a los niños
El rol de la Iglesia en la guerra de la comunidad contra la maldad del abuso es aprender lo que podamos, lidiar con el
problema tal como existe, y compartir nuestras experiencias con otros que estén igualmente motivados.
¿Quiénes constituyen el clero
Página 1/6La Iglesia tiene un clero sin salario. Los líderes de las congregaciones en La Iglesia de Jesucristo de los Santos de los
Últimos Días son llamados obispos. Estos son seleccionados de entre la membrecía local para servir como voluntarios
durante unos cinco años. La mayoría de ellos ha vivido en la comunidad durante mucho tiempo y considera a los
miembros de su congregación como amigos personales y vecinos. Y la mayoría de los obispos tienen hijos propios, a
menudo jóvenes, que asisten a la iglesia y participan en sus actividades. Por lo tanto los obispos ya están fuertemente
involucrados en la seguridad y el bienestar de su comunidad eclesiástica. Cuando un abusador de niños amenaza la
seguridad de sus congregaciones, los obispos no tienen ningún incentivo, ya sea financiero o de otro tipo, para hacer
otra cosa que no sea proteger a su familia eclesiástica tal como protegería a la suya propia.
Los obispos no reciben salarios o recompensa financiera de ningún tipo. Tampoco son miembros aislados del clero. No
existe una orden clerical especial a la que ellos pertenezcan dentro de la Iglesia. Los obispos Santos de los Últimos Días
viven en la comunidad y trabajan
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