Abuso de autoridad en la Unidad Departamental de Mercados y Concentraciones de la Alcaldía de Iztacalco en la actualidad
Enviado por ANYLUNA1011 • 10 de Mayo de 2019 • Documentos de Investigación • 5.887 Palabras (24 Páginas) • 268 Visitas
Abuso de autoridad en la Unidad Departamental de Mercados y Concentraciones de la Alcaldía de Iztacalco en la actualidad.
Capítulo I
Antecedentes históricos
El concepto de autoridad se encuentra estrechamente vinculado al de poder, esto data desde el Derecho Romano. La mentalidad romana desde tiempos remotos se encuentra proyectada en todos los ámbitos de la vida social y política como fundamento de la política, encontrando una dualidad entre autoridad y potestad. Los primeros tipos de organización político-social se remontan a los asentamientos protorromanos, comenzando por el gentilicio como la primera organización política romana de la que surgen dos doctrinas principales (Casinos, 1999):
- Teoría patriarcal: tiene como punto de partida la organización política familiar bajo la autoridad del padre.
- Teoría de la tribu u horda: el poder político lo tiene todo el grupo humano primitivo en el que se desarrollan los menores o pequeñas familias.
Casinos (1999) también hace referencia a la fuerza delegada a uno o varios individuos dentro de los grupos sociales por el prestigio y carisma que posee socialmente por lo que las comunidades comienzan a reconocerle como un superior o guía, gozando de poder y por lo tanto de autoridad, ya que no puede tenerse poder sin autoridad y es como devela la dualidad de ambos conceptos. Estos guías o líderes reconocidos desde los romanos caracterizados por un reconocimiento por una razón superior se producen por la profunda conexión religiosa romana, entonces delimitando el aspecto de otorgamiento de poder por cuestiones de religión y por lo tanto de autoridad.
La autoridad entonces, se concibe desde los romanos como un elemento o fuerza cuya autoridad aparece a través de algo que trasciende al hombre común dentro de la sociedad, como factor de orden social inapelable que está por encima de las vicisitudes y lides humanas que como se ha mencionado, se relaciona con aspectos religiosos. Esto es aceptado social y políticamente desde entonces porque también entran en terreno de estudio otras ramas como la psicología, que señala la presencia de la autoridad en respuesta a la necesidad comunitaria de sentir la identidad dentro de un grupo en el que se asegure la supervivencia misma a través de la cohesión por lo que se exige la consolidación de instancias centrales y superiores dotadas de poder coercitivo.
El abuso de autoridad se refiere al uso del poder otorgado mediante el otorgamiento de un cargo o función, siendo una aplicación mal direccionada a los fines comunes del bienestar social y en búsqueda de beneficios personales o de un pequeño grupo de personas. Generalmente se observa en individuos que ostentan poder físico en la escala social como pueden ser puestos públicos o policías que abusan de la autoridad que representan para no dar opción al diálogo entre dos o más partes o bien, posicionando la información a conveniencia propia alejándose de los hechos reales.
La teoría de la indivisibilidad encontrada dentro de la democracia moderna se hace referencia al círculo virtuoso y necesario de los tres poderes: ejecutivo, judicial y legislativo que respecto a la estructura del Estado se pone en las jerarquías más altas a las autoridades que los representan, dictando las leyes y administrando la justicia. En la manera del bien hacer, estas figuras deben estar atentos y vigilantes al buen hacer de los demás o en su defecto determinar las consecuencias al mal comportamiento de estas conductas, sin embargo, dentro de la misma naturaleza humana estos mismos individuos al verse dotados de más cualidades pueden abusar en estas en beneficio propio (Loperena, 2013).
El conjunto de instituciones cuenta con distintas facultades que de acuerdo a su ámbito, nunca deben de dejar de velar por los ejercicios de los derechos individuales, destacando que los tres poderes deber de actuar de manera independiente pero con una coordinación entre sí. De esta manera cada uno de ellos controla y fiscaliza a los demás para evitar abusos de poder, teóricamente.
En la segunda parte del libro ‘’El abuso del poder’’, Loperena (2013) menciona el llamado espíritu de las leyes que ya mencionaba siglos atrás Montesquieu: ‘’La experiencia nos ha enseñado que todo hombre investido de poder abusa de él. No hay poder que no incite al abuso, a la extralimitación. Para evitarlo solo existe una solución. Disponer las cosas de tal forma que de la misma derive una situación en que <
Montesquieu realizó un profundo análisis y aportación en torno a la división de los tres poderes mediante sus principios de distribución social. En estos, señala la existencia de un anacronismo dentro de esta división que puede generar el abuso de poder ya que la distribución jurídica depende totalmente de la distribución social.
La división de los tres poderes que propone se basa en la realización de la libertad como objetivo político sosteniendo que ‘’En un Estado, es decir, en una sociedad en la que hay leyes, la libertad solo puede consistir en poder hacer lo que se debe querer y en no estar obligado a hacer lo que no se debe querer…’’ (Montesquieu, 2003).
Bajo la premisa de Montesquieu se puede identificar la intención de instaurar un orden político, jurídico y social controlado por el poder de Estado en el que la libertad se plantea desde la subordinación de los deseos y pasiones del individuo en cuanto a sus objetivos racionales bajo lo que ‘’debe ser’’ que no siempre es lo que se ‘’quiere hacer’’, por lo que desde esta perspectiva se sugiere una mayor probabilidad de abuso del poder.
Para el mismo autor, la libertad de carácter político no es permitir hacer lo que se quiere hacer, sino que mediante las leyes sustentadas en los fines racionales se debe hacer coincidir las partes racionales de quiénes conforman la sociedad hacía una misma manera de ver las cosas, por lo tanto en el accionar social.
La democracia moderna se caracteriza por el anacronismo del que hablaba Montesquieu, que permitía el abuso del poder, el cual es una constante cada vez mayor en América Latina bajo la etiqueta de los países en ‘’vías de desarrollo’’, realidad de la que no escapa México. La formación de grupos oligopólicos que responden a los intereses de grupos minoritarios funge la función de actuar como núcleos de penetración del dominio de las élites con mayores recursos y de sus propios intereses personales.
El poder al incorporar todo tipo de fuerza mediante el apoyo de las masas, se basta de crear expectativas positivas a la población sobre su representatividad haciéndoles pensar que forman parte del control siendo fundamentales para las decisiones en cada una de las democracias, sin embargo la realidad es otra. Una vez cumplido el objetivo se bastan de dar pequeñas ayudas a los sectores menos favorecidos abusando de la desorientación y comienzan a tomar acciones en favor de sectores opulentos y por lo tanto esto emana del abuso del poder.
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