Abuso de poder

Durante los últimos años, la inseguridad ciudadana se ha incrementado, sin embargo, las autoridades no son ajenas al grupo delincuencial. Alguna vez vistieron el uniforme, pero hoy son acusados por delitos de homicidio, robo agravado, narcotráfico, violación, extorsión, entre otros. El porcentaje de policías y militares presos es realmente alarmante, pues es el 36.1% de los 1986 profesionales que, actualmente, purgan prisión en distintas cárceles del país, según el Instituto Nacional Penitenciario (INPE).

Muchos de estos profesionales, miembros de las fuerzas de seguridad, emplean abusivamente las atribuciones públicas conferidas. Por lo tanto, creen erróneamente que la inmunidad está de su lado; por esta razón, estos se dan la facultad de cometer actos delictivos sin medir las consecuencias. A la larga, la mayoría de estos crímenes son descubiertos, y como la justicia lo dicta, deben ser juzgados y sentenciados, como cualquier otro civil. Uno de los presos más famosos es el excomisario de Nueva Chimbote, comandante Freddy Tuesta Chicama, quien en mayo del 2016 fue detenido cuando transportaba 119 kilos de cocaína al balneario de Tortugas, en Casma.

No es nuevo que las autoridades cometan actos reprensibles, no obstante, la globalización y en específico, el uso de las redes sociales, cooperan a que las denuncias hechas por los ciudadanos puedan ser captadas con más rapidez, pues generan más impacto en contraste con el método tradicional, que consta en asistir a una comisaría y presentar una denuncia que muchas veces son manejadas ilegalmente. Hace un mes, una denuncia circulaba por las redes sociales mediante un video, en dicho material audiovisual se dio a conocer la agresión a la que fue sometida un joven vendedor ambulante de nombre Juan Cruz Morales, por parte de Jorge Muñoz, un fiscalizador de Miraflores. Al hacerse viral la noticia, la municipalidad, decidió suspender al funcionario y abrir una investigación.

Se espera que la justicia siga actuando sin discriminar estatus social, profesiones, etc. La inseguridad ciudadana es el pan de cada día, sobre todo en nuestro país, que pone este problema como última de sus prioridades en medio de una creciente crisis política.

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