Administraccion
Enviado por 121595 • 27 de Septiembre de 2014 • 1.372 Palabras (6 Páginas) • 229 Visitas
Contratos Administrativos
Sabemos que el contrato es un acuerdo bilateral de voluntades para crear un una situación jurídica individual. Es bilateral, por que debe de haber intereses opuestos, y es individual puesto que produce consecuencias jurídicas subjetivas, ya que si fuera general tendría carácter de ley.
Sin embargo, se ha dicho que, los contratos que celebra la administración pueden ser:
a) Contratos civiles realizados por la Administración sujetos al régimen de Derecho privado
b) Contratos administrativos en los que interviene la Administración, sujetos a régimen jurídico especia.
Ahora bien, si esta división es de carácter polémico, con mayor razón por el concepto de contrato administrativo. “Esta sustancia polémica de contrato administrativo obedece, por de pronto, al hecho de que toda su intención institucional está montada sobre una aparente contradicción, la que resulta de pretender insertar en el Derecho público la figura por excellence del Derecho privado: el contrato, figura en la cual parece que habrían de desaparecer necesariamente las notas que tradicionalmente vienen marcando al Derecho público, la desigualdad de las partes, la autoridad de la administración, esencialmente concebida como una potentior persona, el poder de mando, la prerrogativa.”
La historia de las instituciones democráticas en México es muy reciente. Entre las principales instituciones destaca el Instituto Federal Electoral (IFE). El IFE es un organismo electoral que surge en las décadas de los 90’, debido a la necesidad de tener un organismo que regulara las elecciones del país posteriores al año 1990.
En un principio el IFE se componía por un Consejo General, el cual dependía de la correlación de fuerzas entre los actores políticos. Y su conformación era: un consejero presidente, ocho consejeros electorales y los representantes de cada partido. Durante los años posteriores a su creación (IFE) empezaron a surgir reformas en materia electoral, una de las más importantes fue la de 1996 donde se establecía la afiliación individual a los partidos políticos, el financiamiento de los partidos políticos, etc.
Con la reglamentación de los partidos y de las Agrupaciones Políticas Nacionales (APN) se abría una puerta para las distintas corrientes políticas, pero también daba salida a los que no tuvieran un mínimo de adhesiones ciudadanas. También se evitaba que hubiera una sobrerrepresentación mayor al 8%.
Cuando un organismo autónomo como el IFE encuentra los mecanismos para poner en práctica las reglas del juego democrático, hay intereses que se sienten lastimados. De forma permanente, durante el periodo previo a las elecciones del año 2000, la correlación de las fuerzas partidistas en torno al IFE se estructuro sobre la base de un antagonismo entre dos polos, el PRI, como partido en el gobierno, y los partidos de la oposición, que empujaban el proceso de democratización. Aunque una vez que el PRI se reincorporo al Consejo General, empezó su combate en contra de la autonomía del IFE.
El 16 de marzo de 1999, el representante del PRI en el consejo manifestó que varios de los consejeros contravenían, con sus conductas y acciones ilegales, las tareas que les habían sido encomendadas. Y de nuevo las redes de consejeros locales para el proceso del año 2000 fueron un espacio de lucha entre la vieja estructura del PRI y los grupos de organizaciones de la sociedad civil; el bloque opositor consiguió que hubiera consejeros de corte ciudadano y los integrantes del consejo tuvieron la oportunidad de vigilar y participar en el proceso de selección y designación. Pasada la elección de 2000, el Consejo general tuvo algunos cambios y dos de sus consejeros salieron para ocupar posiciones gubernamentales, con esa modificación los nuevos temas de fiscalización y el clima propiciado por la alternancia, el IFE empezó una fase diferente, que coincidió con los últimos tres años del resto de consejeros electos en 1996.
La alternancia presidencial despejo las intenciones de tener un organismo electoral controlado, el campo electoral se modificó porque se ampliaron las facultades generadas por la autonomía institucional. Uno de los problemas que el IFE resolvió fue el relativo a la confiabilidad del padrón electoral, ya que en pleno proceso electoral 2003 apareció una sombra de duda; pero las listas nominales que se emplearían habían sido sometidas a la más rigurosa verificación y en esto habían
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