Amor Propio
Enviado por • 18 de Marzo de 2014 • 402 Palabras (2 Páginas) • 650 Visitas
Nacemos con la facultad de amar como esencia de nuestra vida espiritual, transformamos ese amor verdadero en amor propio, pasando a interesarnos más por nuestras propias cosas que por los demás. Damos prioridad a nuestros deseos personales ante que a toda acción de bien hacia nuestros hermanos, tratando de conseguir beneficios propios aun a costa de cualquier acción negativa de egoísmos, intolerancia y ambición desmedida. Aun sabiendo que el que hace sufrir al prójimo se hace daño a sí mismo, es totalmente valido que tengamos ansias de progresar humanamente, solo debemos tener en cuenta si esto no se transforma en una ambición desmedida; si para satisfacer nuestro amor propio perjudicamos a un semejante, criticamos a los demás, utilizamos nuestra posición para juzgar, en algún momento recibiremos ese mismo perjuicio, esa misma crítica, ese mismo juzgamiento como respuesta a nuestra acción. Al formarnos una idea de lo que queremos lograr en nuestra vida debemos reconocer nuestras limitaciones y no fijarnos un horizonte imposible de conseguir, que nos induzca a un accionar sin escrúpulos para lograrlo. Ante todo importa mucho distinguir el amor propio de su posible desviación, que es el egoísmo y el cual se refiere al amor de si, aunque el amor propio no es egoísta por naturaleza considerando que el hombre tiene tanto de individual como de social y siendo social y en la sociabilidad complementa y perfecciona su individualidad, y se observa que el corazón humano es un laberinto confuso en la serie de sentimientos que alberga todas estas acciones del lugar a las discriminaciones, las guerras, y todo lo que separa en vez de unir, porque hay personas que nacieron para inspirar guerras y nadie tiene la culpa; solo es el amor… el amor verdadero nos impulsa a pensar en los demás antes que en nosotros mismos y nos permite alegrarnos realmente ante el logro ajeno, "El orgullo divide a los hombres, la humildad los une." SOCRATES. Solamente haciendo el bien se puede realmente ser feliz. Cometer una injusticia es peor que sufrirla. El camino moral en el que estamos sumergidos nos impulsa a elegir el camino más fácil y más breve para el logro de nuestras aspiraciones o la satisfacción de nuestro deseos y necesidades y que no es precisamente el más acorde con nuestra conciencia de bien y de mal estos impulsos constituyen, precisamente, los obstáculos que debemos vencer superar con nuestra voluntad y nuestro esfuerzo
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