Análisis del Postmodernismo en el marco de la arquitectura y sociedad

Análisis del Postmodernismo en el marco de la arquitectura y sociedad.

Ensayo Final

Ana Joelle Pérez Pantoja

Universidad Autónoma de Querétaro

Licenciatura en Arquitectura

Teoría de la Arquitectura II

        Posmodernidad. Un concepto que abarca tantos campos y, pareciera estar relacionado con el progreso y con el avance de la humanidad. El movimiento comenzó en los años 60, cuando después de las guerras, se comenzaba a cuestionar y a rechazar las ideas políticas socialistas de aquel entonces, y su influencia en la vida, el arte y la manera de pensar de las personas. El capitalismo y sus productos comenzaron a tomar más importancia, la tecnología y la información comenzó a hacerse más presente y todo indica que este “movimiento” nos ha llevado a una época de progreso del pensamiento y de la manera de vivir. Pero ¿Qué tan cierto es esto? ¿Realmente la posmodernidad y sus consecuencias nos han llevado a un nivel más avanzado como sociedad y como individuos? ¿Y esto qué tiene qué ver con la arquitectura y la manera en la que construimos hoy en día?

        El posmodernismo no solo es un movimiento que se aplica al arte o a la arquitectura, no podemos estudiarlo como una influencia aislada, pues está íntimamente relacionado con le pensamiento filosófico. A diferencia del modernismo, el cual se caracteriza por industrialización, urbanización y mecanización, el posmodernismo se centra en una era de información y automatización. Podemos resaltar el deconstructivismo de Derridá, el cual consiste en analizar el objeto por partes, y se aplicaba de la misma manera a la Arquitectura. Y todos estos productos del posmodernismo no surgen de un “genio creador” o de manera espontánea, si no que son el resultado de un contexto social histórico de constante cambio, influencia innegable del capitalismo y la búsqueda colectiva de una realidad utópica. Y este movimiento no se limita a una época, pues bien podría abarcar desde la transición del fin del modernismo hasta los años posteriores, siempre y cuando exista esa crítica constante hacia los conceptos y las normas establecidas. Incluso dentro de esta premisa podemos encontrar un “todo se vale”, puesto que, si nos anima a cuestionarnos cualquier cosa, y no tiene un límite fijo siempre y cuando tome una postura deconstruida de la modernidad, se pueden abarcar muchísimas ramas de diversas disciplinas.

        Es así, pues, que el posmodernismo mantiene nuestra mirada fija en el futuro, anhelando colectivamente una vida mejor y más allá de lo que tenemos. Pero mirar hacia el futuro no siempre es significado de progreso. Esta corriente, inconscientemente nos ha llevado al abandono de nuestra realidad e intentar pretender o simular una vida la cual no nos pertenece, además de darle más valor a cosas superficiales, convirtiéndonos en una sociedad de consumo. Baudrillard propone, en base al discurso kantiano “la muerte de Dios”, que el objeto pierde su significado cuando es objeto de estudio; en esta sociedad, nosotros somos el principal objeto de estudio y esto se ha extendido gracias a la tecnología y a los medios masivos.

        Y esto se refleja en la arquitectura cuando, actualmente, basamos nuestra expectativa de los espacios que queremos habitar en aquellos que vemos en los medios, en personas que no somos nosotros. Intentamos replicar nuestros espacios de trabajo y vivienda con el de los demás;  y si bien la arquitectura siempre es influenciada por nuestro contexto, hemos llegado a un punto en el que damos por sentado las necesidades individuales con base en la del resto, lo cual se hace evidente en la manera en la que replicamos modelos y programas arquitectónicos, creando viviendas iguales, oficinas iguales, centros y espacios iguales.

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