Análisis de Ágora, ¿Conflicto religioso o de intereses?
Enviado por Tamia Manuela Carrillo • 22 de Abril de 2018 • Reseña • 2.004 Palabras (9 Páginas) • 207 Visitas
Análisis de Ágora, ¿Conflicto religioso o de intereses?
Tamia Manuela Carrillo- Valentina Dallos Valenzuela
“La religión es verdad para le gente común, falsa para los sabios y útil para los poderosos.”
-Séneca (4 a. C.- 65 d.C.)
Ágora[1] es una película dirigía por Alejandro Amenábar que tiene como trama principal la historia de Hipatia de Alejandría, una científica, astrónoma, matemática y filósofa griega, pero que de fondo, muestra la conflictiva y problemática situación que en ese entonces afectaba la estabilidad social, política y económica de las Ciudades-Estado griegas con la disputa religiosa. En una primera instancia entre paganos (religiones helénicas y romanas) y cristianos; y posteriormente entre cristianos y judíos. El espacio-tiempo en que se desarrolla este drama histórico, se encuentra ubicado más exactamente en Alejandría, Egipto, hacia el siglo IV d.C.
A finales del siglo IV d.C. en Alejandría, se observa la pluralidad de cultos religiosos que aparentemente convivan de forma pacífica dentro de la ciudad, en donde el cristianismo primitivo adquiría cada vez mayor relevancia, poder y adeptos, mientras que la religión helénica permanecía en ciertas esferas de la sociedad. El cristianismo primitivo en su carrera evangelizadora aceptaba a cualquier persona que quisiera hacer parte de ella, sin importar su proveniencia, allí quizá reside la amplia acogida y aceptación de esta religión por parte de un gran número de individuos, pues otorgaba la posibilidad de hacer parte de un grupo a aquellos que en otras religiones eran excluidos o rechazados no solo en este aspecto, sino también en la pirámide o jerarquía social, un ejemplo de esto, son los esclavos, ya que en la sociedad helénica–romana estos, no representaban más que una pertenencia sin un valor significativo, y en la sociedad cristiana pasaban a adoptar un papel con mayor participación dentro de esta.
Es claro que la organización social era distinta en los dos grupos sociales; el papel de la mujer era totalmente distinto. Mientras que las mujeres en la sociedad helénica-romana tenían casi los mismos derechos que los hombres, como por ejemplo la posibilidad de enseñar y de ocupar ciertos cargos públicos, en la sociedad cristiana, su papel era de total inferioridad y sumisión hacia Dios y los hombres, justificada en el desprecio al símbolo sexual y por ende origen de pecado que ser mujer representaba. Como ejemplo de esto se toma la diatriba de Tertuliano:
Vive la sentencia de Dios sobre este sexo aun en este mundo: que viva también la culpa. Tú eres la puerta del diablo; Tú eres el que abrió el sello de ese árbol; Tú eres la primera transgresora de la ley divina, tú eres la que persuadiste a aquél a quien el diablo no pudo atacar; Tú destruiste tan fácilmente al hombre, imagen de Dios; Por tu mero hecho, por la muerte, incluso por el morir del Hijo de Dios: ¿te puedes ocurrir cubrir con adornos tus túnicas de piel?[2]
Como este ejemplo a lo largo del desarrollo y evolución del cristianismo se tienen cientos, tal vez miles de apartes, versículos, citas, entre otros; en donde “la inferioridad femenina y la necesidad de sumisión al hombre” (Gutierréz, 2012) está latente y el papel de la mujer está limitado, a ser peor que una esclava que no tiene voz, ni poder de decisión, ni posibilidad de opinar, ni siquiera de pensar sin que un hombre le dé el aval de hacerlo. Este fundamento religioso será adoptado alrededor del mundo para justificar y legitimar la “supremacía” o “superioridad” del hombre sobre la mujer, y así tener un control total sobre ésta, tanto así, que se adhirió, no solo a la vida religiosa y familiar, sino que se extendió hasta la esfera política, generando una amplia brecha de desigualdad alrededor del mundo y de las sociedades que tenían como base la religión cristiana. A pesar de esto no se puede desconocer que en la actualidad gracias a diversos procesos históricos, esta concepción de un mundo dominado por los hombres, se quedó atrás, aunque existen algunos vestigios de la influencia que tuvo este fundamento del cristianismo primitivo.
Como un ejemplo del papel que tenía la mujer en la sociedad románica- helénica se toma una de las frases de la película, dicha por Theon a su hija Hipatia: “Todas las religiones dogmáticas son una falacia y no deben aceptarse. Resérvate siempre el derecho a pensar por ti misma, es preferible pensar y equivocarse, a no pensar.” (Amenábar, 2009 ). Aquí se puede observar claramente la diferencia, pues la religión era algo importante, pero esto no le quitaba la posibilidad de expresarse, educarse y generar conocimiento a las mujeres, ya que campos como la filosofía, las matemáticas, la astronomía, y muchos más, representaban una herramienta útil para conocer los distintos fenómenos que la realidad planteaba.
Las agresiones entre “paganos” y cristianos con el tiempo se notaban más, por ejemplo, en un fragmento de la película se muestra cuando los judíos realizan se encuentran realizando una de sus ceremonias tradicionales, durante el día sagrado, Sabbat[3], cuando de una manera inesperada entran los cristianos apedreando e insultando a los creyentes de esta religión, poniendo calificativos como “Herejes”, “Impuros” y “Pecadores”. Esto, desencadenó una serie de agresiones entre las dos comunidades que respondían a un malestar y diferencia irreconciliable, con el tiempo las agresiones se intensificaron y encrudecieron. Estas manifestaciones de odio, repudio y discriminación presentadas por ambas culturas, terminaron reduciendo el número de judíos que se encontraban en la sociedad y el de demás partidarios de religiones distintas al cristianismo. Mientras las demás religiones se debilitaban, el Cristianismo se hacía cada vez más fuerte.
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